Los incendios masivos, ahora en Canadá, prueban el impacto del calentamiento global, y que sus focos no son exclusividad de la impericia de un tipo de gobernantes, ni de un signo político. El primer ministro Justin Trudeau, hoy en la hoguera de los ambientalistas, había pecado durante los incendios en el Amazonas de querer oficiar de brújula moral frente a Jair Bolsonaro, quien entonces acusaba a Biden, Macron y el propio Trudeau, de "fustigar a Brasil todo el tiempo" asegurando "que nosotros no sabemos tratar la Amazonía". Entonces, el primer ministro canadiense, había escrito en Twitter: “necesitamos actuar por el Amazonas y actuar por nuestro planeta: nuestros hijos y nietos cuentan con nosotros”.
Sus palabras vuelven como boomerang: lo acusan hoy de favorecer a la minera Barrick Gold, responsable de contaminar y depredar los recursos naturales en varios puntos del planeta, mientras se cuestiona la construcción de una segunda línea del oleoducto Trans Mountain (por el oleoducto actual se transportan unos 300.000 barriles diarios de petróleo desde Edmonton a Burnaby). Y lo tachan de cínico al presentar en medio de los incendios un tardío proyecto legislativo para declarar la emergencia climática.
Calentamiento
“La temporada de incendios forestales en curso en Canadá es un presagio de nuestro futuro climático inmediato”, sostiene Mohammadreza Alizadeh, investigadora de la Universidad McGill en Montreal y el MIT. Las investigaciones muestran que el cambio climático es responsable principal de los incendios forestales (según la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica). Para 2090, se espera que los incendios forestales globales aumenten en intensidad hasta en un 57%, advirtió otro informe de las Naciones Unidas el año pasado.
Y Canadá está en camino de experimentar su temporada de incendios forestales más severa registrada, marcaron los funcionarios canadienses esta semana. El país ya ha visto un incremento del 1.400% de la cantidad normal de tierra quemada para esta época del año. Más de 400 incendios ardían en todo Canadá la semana pasada. Y se espera que las condiciones cálidas y secas persistan hasta el final de la temporada de verano en septiembre.
Según la agencia de recursos naturales de Canadá, para fines de siglo, el cambio climático podría duplicar la superficie quemada por incendios forestales, con la pérdida de extensos bosques y un alto costo para la seguridad humana, los ecosistemas y la calidad del aire, al tiempo que amenaza el suministro de madera.
Imprevisto. Tanto la intensidad como la amplia distribución de los incendios de este año en Canadá han sorprendido a los funcionarios. Los incendios están ardiendo en casi todas las provincias y territorios. “La distribución de los incendios de costa a costa este año es inusual. En esta época del año, los incendios generalmente ocurren solo en un lado del país a la vez, con mayor frecuencia en el oeste”, marcó a Reuters Michael Norton, funcionario del Ministerio de Recursos Naturales de Canadá.
Daniel Swain, científico climático del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de California en Los Ángeles, agregó que la investigación muestra que ya ha habido un aumento relacionado con el cambio climático en el tenor de incendios en el oeste de Canadá. Los incendios han obligado a decenas de miles de personas a evacuar sus hogares desde mayo y han generado un humo intenso que ha degradado la calidad del aire a cientos de millas de distancia en los Estados Unidos, cubriendo incluso Nueva York. Marshall Burke, profesor asociado de Ciencias del Sistema Terrestre en la Universidad de Stanford, señaló que el humo en Nueva York fue de mayor escala que cualquier cosa vista en las últimas dos décadas.
Revival
Esta ola de focos de incendio en Canadá llega todos modos llega no sin avisos. El enojo con Trudeau reside en que hace dos años aconteció otra temporada de incendios sin precedentes: las llamas destruyeron entonces una aldea entera cuando la nación batía su temperatura récord en un siglo. Y Greenpeace Canadá señaló con incredulidad en Twitter que el 7 de junio el gobierno de Trudeau publicitara el Día del Aire Limpio de Canadá, mientras que las autoridades responsabilizaban enteramente al cambio climático, pero sin un plan de acción más agresivo para mitigar sus efectos. “Los incendios forestales en curso nos recuerdan que la contaminación por carbono tiene un costo para nuestra sociedad, ya que acelera el cambio climático”, tuiteó Steven Guilbeault, ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá.
"El cambio climático hace que los incendios forestales sean más frecuentes y generalizados. Si no hacemos nada, esta es nuestra nueva realidad”, contestó en la misma red social el senador estadounidense Bernie Sanders. “Es hora de actuar”, dijo. La diputada Alexandria Ocasio-Cortez se hizo eco: “Debemos adaptar nuestros sistemas alimentarios, redes de energía, infraestructura, atención médica, etc. lo antes posible para prepararnos para lo que vendrá y ponernos al día con lo que ya está aquí”, tuiteó.
Los incendios y las emergencias de calidad del aire resultantes se producen cuando los funcionarios mundiales se reúnen en la Conferencia sobre el Cambio Climático de Bonn en Alemania para evaluar el progreso en la acción climática y mirar hacia las conversaciones sobre el clima de las Naciones Unidas Cop28. Escenario relevante pero poco determinante frente a las llamas que se entienden sin control. l
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