Hace una semana, un estudio realizado en Indonesia que alcanzó a 128.000 trabajadores de la salud, y publicado por The Lancet, encontró que la CoronaVac, producida por el laboratorio chino Sinovac Biotech, tenía una tasa de protección mucho mayor que la que habían indicado los ensayos clínicos: una eficacia de 94%.
El estudio refutaba los testeos previos de Brasil y Turquía donde la CoronaVac había sido vinculada a cuatro tasas de eficacia diferentes, del 50% al 91%, lo que generó preocupación entre los científicos y puso en duda su capacidad de protección contra el Covid-19.
De esas dudas se valió Argentina para rechazarla, incluso para ser usada por la Conmebol para vacunar a los futbolistas que participarán de la Copa América que se desarrollará en nuestro país. Y el canciller argentino Felipe Solá se había enojado con los medios que habían confundido a esta vacuna china con la que aplica el gobierno, la Sinopharm.
"No tendría que hacer falta aclarar que la Argentina compró Sinopharm, que tiene mayor eficacia que Sinovac", remarcó Solá desde su cuenta oficial de Twitter, en alusión a la portada del diario Clarín del lunes 12 de abril, cuando todavía subsistían las dudas sobre la CoronaVac de Sinovac.
Aunque en la región la CoronaVac ya se aplicaba en Chile, Brasil, Colombia y Uruguay. Y es la segunda vacuna más producida en el mundo detrás de la de Pfizer: con unos 380 millones de dosis enviadas a todo el mundo, está por encima incluso de AstraZeneca.
En Uruguay, las 550 mil dosis de CoronaVac serán usadas para la vacunación de personas menores a 31 años según el secretario de la Presidencia de Uruguay, Álvaro Delgado. Llegarán la última semana de mayo y con ellas el país vecino computará 2.1 millones de dosis, teniendo en cuenta las partidas de Pfizer/BioNtecH ya recibidas y lo provisto desde el mecanismo COVAX.
En Chile la CoronaVac se usó para masificar el plan de vacunación, uno de los más exitosos del mundo: con un promedio de 1,08 dosis diarias por cada 100 habitantes vacunados, el páís transandino se convirtió en marzo en el que más rápido administró la vacuna contra COVID-19 en todo el mundo.
Sinovac habría de proveer a Chile con más de 10 millones de vacunas. Y según estudios locales de fase 4 presentados por el Ministerio de Salud de Chile. evitaba 67% de los casos sintomáticos, 89% de ingresos en cuidados intensivos, y 80% de las muertes.
La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, indicó que “el ISP autorizó su uso para mayores de 18 años y se confirmó que también es segura y eficaz para la población mayor de 60 años”. Para febrero el país vecino ya contaba con 4 millones de dosis del laboratorio chino, que además autorizó hace tiempo su producción en Brasil.
Allí, el Instituto Butantan por ahora entregó al Ministerio de Salud 47,2 millones de vacunas: más del 70% de los brasileños inmunizados recibieron la vacuna china Coronavac. Y el instituto está a la espera de que el Gobierno chino autorice la exportación de un lote de 10.000 litros del Ingrediente Farmacéutico Activo (IFA), equivalente a 18 millones de dosis.
Esta cantidad de insumo es la necesaria para producir las vacunas previstas para entregarse al Gobierno en mayo y junio, según precisó el director del Instituto Butantan, Dimas Covas. "En este momento lo que se retrasa es la previsión. Es decir, que en mayo teníamos la previsión de entregar 12 millones de dosis, y entregaremos algo más de cinco millones, en junio tenemos la previsión de seis millones de dosis", marcó Covas.
La vacuna de Sinovac se diferencia de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca en que mientras estas usan un gen, CoronaVac utiliza el propio virus inactivado (muerto) a través de un proceso químico con beta-propiolactona. La CoronaVac necesita dos dosis para cumplir con su efectividad y requiere una refrigeración estándar de entre 2 y 8 grados centígrados, a diferencia de la de Pfizer-BioNTech, que debe conservarse a -70ºC.
"El virus se hace crecer en células vero, de forma masiva, en laboratorio. Ahí se hace crecer el virus que se inactiva para garantizar que no sea infectivo, es decir, que no es capaz de replicarse", explicó Marcos López Hoyos, presidente de la SEI (Sociedad de Inmunología Española).
Los resultados publicados por The Lancet mostraron buenos resultados tanto a nivel de inmunogenicidad como de seguridad, "con efectos secundarios leves similares a los asociados a otras vacunas aprobadas". Y los análisis han tardado más porque "al tratarse del virus completo el análisis de seguridad requerido era muy importante".
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