Thursday 9 de May, 2024

MUNDO | 25-01-2024 11:52

Revival estadounidense: ¿Trump y Biden otra vez frente a frente?

El republicano es el favorito de la interna a pesar de su frente judicial, y el demócrata va por la reelección aunque su residencia es incluso cuestionada por los propios.

La victoria en New Hampshire para Donald Trump en la interna republicana lo pone un paso más cerca de la nominación, y de un nuevo versus con el actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. De hecho Trump ha logrado convertir esa carrera electoral de primarias en un casting para la búsqueda de su propio vice, una elección en la que ya descartó a la única rival en pie: la ex embajadora frente a la ONU en su administración, Nikki Haley. Con Ron DeSantis, el gobernador de La Florida fuera, el magnate no ve otro obstáculo en su retorno a la Casa Blanca que el propio Biden, a quien ahora cree, enfrenta en ventaja.

Es cierto que Trump tiene puntos flacos. Numerosas causas en la justicia que señalan su intervención en un intento por obstruir la asunción de su sucesor, además de otras que lo investigan por la tenencia en su domicilio privado de documentos clasificados, y otros hechos de corrupción. Pero ahí aparecen otras manchas en espejo para el actual presidente, salpicado además por los escándalos sexuales y de tráfico de influencias de su hijo Hunter, cuando Biden era el vice de Barack Obama.

El juicio contra Trump por los documentos clasificados hallados en su casa de la Florida tiene fecha de inicio para el 20 de mayo de 2024, seis meses antes de las elecciones presidenciales de noviembre. Y no se descarta que puede darse una condena, por lo que los republicanos fieles al ex presidente agitan desde hace tiempo la bandera de la proscripción.

La decisión de la Casa Blanca y la campaña de Biden, quien va por la reelección, han sido la de no comentar sobre los problemas judiciales de su predecesor, buscando evitar dar la apariencia de estar interfiriendo y direccionando el trabajo del Departamento de Justicia. El equipo de Biden entiende que una condena de su rival casi seguramente alejará a los votantes independientes e indecisos que a menudo deciden las elecciones, y eso podría redundar en favor del actual presidente.

Pero los asesores del Biden son conscientes de que el silencio continuo sobre los cargos que enfrenta Trump priva a Biden de un arma política potente, particularmente en el caso de los cargos de interferencia electoral e incitación a los disturbios del 6 de enero que derivaron en la toma del Capitolio.  Pero una confrontación directa con Trump debe ser aplazada hasta que sea inevitable.

La gestión actual tiene también otros problemas, el gasto bélico en Ucrania y ahora en Israel, combinado con una economía que no es la esperada. Y la investigación sobre el manejo de documentos clasificados por parte de Biden, después de su paso por la vicepresidencia, también sigue abierta.

Para los republicanos, Biden presionó a Hacienda para minimizar el juicio contra su hijo Hunter, a quien denuncian además por abuso y trata de personas. La diputada trumpista Marjorie Taylor Greene presentó pruebas de que el hijo del presidente estadounidense violó una ley que prohíbe transportar mujeres de un estado a otro para “propósitos inmorales”, y exhibió fotografías de Hunter (parte de un lote de 10 mil fotos que tiene el FBI) donde se lo ve teniendo sexo con distintas mujeres hasta en oficinas del Capitolio.

Algo que para la actual administración tiene un costo enorme, pues tira por tierra su hándicap moral y lo equipara al del rival. En un escenario en el que ambos presidentes se enfrentan nos solo entre ellos, pero también a la justicia por causas similares. Una elección estadounidense que será por seguro una lucha en el barro.

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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