Thursday 12 de December, 2024

NOTICIAS URUGUAY | 09-09-2019 20:27

Laura Canoura: "No le debo pleitesía a nadie"

En octubre celebra en el Sodre sus 40 años con la música. Integró uno de los grupos emblemáticos del Uruguay. Siempre arriesga.

El timbre de su casa, en el barrio Sur, donde recibió a NOTICIAS no deja dudas. Dice, “La casa de la cantora”. “Cantoura” como firma a veces, está feliz mientras diseña cómo celebrará esas cuatro décadas, marcadas por los riesgos de emprender un camino personal y auténtico. Mate en mano, recorrió una vida musical, que tuvo sus polémicas.

Noticias: Parece imposible pensar en que aquella jovencita de “Rumbo”, en los ́80, hoy esté celebrando cuarenta años de música.

Laura Canoura: En esa época era estudiante de arquitectura, por lo que mi futuro lo veía por otro lado. Lo que hacía con “Rumbo” era por hobby. Ninguno de nosotros teníamos claro si iba a haber un mañana con la música. Creo que fueron los Sex Pistols que decían “no future”. Nosotros no teníamos ni idea del “future”. Fue mucho después que empezó todo. Cuando mi hija tenía cuatro años, en la década del ́90, ahí como que decidí enfocarme en la música. Recuerdo que entré a la facultad a instancias de mi hermana mayor, a quien admiro e idolatro y que me vendió todo ese mundo. Mi intención era seguir sus pasos. Estando allí, viendo otros mundos, me di cuenta que me gustaba mucho el diseño industrial, pero no había nada para estudiar en ese momento. Por eso siempre le digo a mis amigos, que no se queden con las ganas de hacer lo que les gusta. Si tenés que dejar de estudiar algo que no te gusta, por hacer lo que realmente sentís, hacelo.

Noticias: ¿Y por qué cantar?

Canoura: Fueron muchos factores. Salgo de una familia muy musical, ningún profesional, pero todos muy cantores. Por el lado de mi papá siempre estuvo la costumbre de juntarse y terminar en cantarola. Me colaba en la barra de mi hermana Carmen y allí estaba Jorge di Pólito, que ya era músico, que me dio las primeras clases de guitarra y por él entré al Nemus, un conservatorio que había fundado, entre otros, Daniel Viglietti. Lo tomé como una actividad extracurricular para verme con gente de mi edad. Mauricio Ubal, Carlos Vicente, Miguel López y yo éramos alumnos de Miguel Marozzi o de Jorge Lazaroff, preparando un concierto de fin de cursos nos tocó a nosotros cuatro, sospecho que a instancias del “Choncho” Lazaroff que era muy intuitivo. Esa fue la semilla.

Noticias: ¿Y cómo se sentía en “Rumbo”, la única mujer, sobre todo si miramos con los ojos de hoy?

Canoura: Me sentía muy querida, muy contenida. Por supuesto que si mirás con retrospectiva, por supuesto que había situaciones que hoy serían impensadas. El vínculo de una mujer y el resto de los hombres en el grupo no sería así ahora. De hecho, hoy hay muchas mujeres líderes de bandas. Yo me sentía súper cuidada, a veces hasta por demás, con esa actitud que tienen los hermanos varones con una hermana mujer. A mí me encantaba. Me hacía sentir bien.

Noticias: Cuando hoy se escuchan los discos de “Rumbo”, aquellas grabaciones, después de tanto tiempo, se sostienen perfectamente desde el punto de vista artístico.

Canoura: Es que había sustento. Estoy muy orgullosa de todo ese proceso ¡Ensayábamos muchísimo! Pensar que cantábamos sin amplificación. La única forma de hacer eso, es que haya mucho empaste, conocer los volúmenes de los instrumentos, las voces, todo. Fue un camino maravilloso que me dio mucho contenido y muchas ideas para lo que vino después. Creo que no hay nada de lo que haya hecho, que me arrepienta y me pregunte: ¿cómo dejé salir ese disco? Ahora, todo está mucho más expuesto, pero en la época en la que empezamos a desarrollarnos como artistas, con “Rumbo”, con Las tres, mi primera etapa solista, no había nada y no se guardaba nada. Ahora todo se registra: el momento de la inspiración, cuando escribe la letra, el momento en que la cantó por primera vez. Estamos como el péndulo y eso deberá equilibrarse.

Noticias: Ud. es una profesional obsesiva, que cuida todos los detalles...

Canoura: ... no. Cría fama y échate a dormir. No es que no sea profesional, pero me desobsesioné bastante. Llega un momento en el que te das cuenta en el que hay que equilibrar. Porque también se sufre mucho con esa actitud obsesiva. Muchas veces el público, o el que te contrata, o los periodistas, no tienen ni idea que para llegar a determinado nivel de rigurosidad, porque no me gusta llamarle obsesión, por ejemplo el de Jaime Roos, tuvieron que pasar un montón de cosas. Creo que cuando vino Eric Clapton, se viralizaron -por llamarlo de alguna manera, porque no había redes en ese momento- las páginas de su contrato con todo lo que pedía. Todo el mundo estaba horrorizado. Yo pensaba que para que este tipo ponga en su contrato, que tiene que tener agua marca Perrier en su camarín, le debe haber pasado que cuando fue a tocar a algún lugar, le dieron agua y le cayó mal. Por ejemplo, en Egipto, hay un agua, muy popular, que está contaminada, entonces vos tomás eso, al otro día no cantás porque te vas por el caño. Entonces, el tipo agrega esas cosas, que pueden parecer elitistas, para cuidar sus presentaciones. Yo desactivé mucho esa característica el día que me di cuenta que las tareas hay que repartirlas. Que si derivás responsabilidades en otro, como en un productor, en un sonidista, en el arreglador, tenés que confiar. Es saber que el otro está haciendo las cosas bien por el grupo. Eso te ayuda a desactivar lo obsesivo y dejar de ver, como una madre, para ver si están lavando bien los platos.

Noticias: Su primer disco solista, “Esa tristeza” producido por Jaime Roos (1985), al comienzo no funcionó. El disco de oro llegó cinco años después ¿Cómo vivió esos cinco años?

Canoura: Aprendiendo qué tenía que hacer para descongelarme. Porque gran parte de que sucediera eso, fue mía. Mía por sobre todo, pero también de Jaime, porque él era el productor del disco, no de Laura Canoura. No era el responsable de generar un espacio propicio para que Canoura empezara a dar sus primeros pasos como solista. Tenía que armar un grupo que me acompañara, un equipo técnico, entre tantas cosas que hoy manejo de memoria. En aquel momento no tenía nada, salvo un disco precioso que Jaime había producido, pero no sabía qué tenía que hacer. En el interín me casé, tuve una hija, desarrollé otros aspectos de mi vida y después sucedió “Las tres”, que fue el vehículo de destape completo para mí. Ahí sí aprendí todo lo que tenía que aprender. Jaime era el faro que iluminaba lo que teníamos que hacer y nosotras lo hacíamos. Gracias a ese trabajo que hicimos, primero con Estela Magnone y Mariana Ingold y después Flavia Ripa, desarrollamos el trabajo detrás del escenario, que es el que no se ve. Aquel primer disco solista no lo recuerdo como una frustración, yo no sabía lo que tenía que pasar. No tenía para comparar con nada ni con nadie. No había ninguna mujer para poder decir qué hace ella para que le vaya bien y a mí mal. Me focalicé en la maternidad, cosa que me encantó. Pero además surgieron otros vínculos, como con la productora de video Casablanca y se hizo el clip de “Detrás del miedo”. También un día vino a vernos a “La barraca” Carlitos Cotelo y le dije, casi que por cosa de chiquilina y porque me parecía divertido, por qué no me invitaba a cantar un jingle. Y me llamó para grabar el de Diet Pepsi y ahí fue pim pam pum, detonó. Nada de estas cosas las provoqué conscientemente.

Noticias: Diga que no había redes, pero igual con aquel jingle la criticaron duramente.

Canoura: Hubo gente que me lapidó. Hicieron una pintada, por el Buceo, que decía “Canoura te vendiste”. En esa, como tantas veces, fue importante la presencia de mi viejo. Lo llamé y le dije “papá, acabo de mancillar el apellido”. Y me dijo “pero nena, no te preocupes, están hablando de vos, que se mueran en la ignorancia.” Lo más gracioso es que yo me había vendido por muy poca plata (risas). La gente que me cuestionaba era gente que no me importaba que me cuestionara. Era gente con la que yo no comulgaba con su extrema ideología. Esas cosas te definen también. No sólo te define lo que dicen de bueno de vos, sino también lo malo. Hasta ese momento nadie de la música popular había grabado un jingle, fui la primera.

Noticias: En su carrera no ha medido riesgos. Se la nota auténtica.

Canoura: Es verdad que uno tiene que ser auténtico, midiendo no lastimar, no agredir a nadie. Siento que no le debo pleitesía a nadie. Ahora que está muy de moda ser orejano, se lo he escuchado decir a gente de extrema derecha y de extrema izquierda. He sido toda mi vida independiente, desde todo punto de vista, me animo a decir lo que pienso en muchos ámbitos, donde justamente puede ser mal visto, o en otros casos, no mido consecuencias, ni mala ni buena. Eso no está bien. Hay que aprender a cuidarse, más en estas épocas de redes.

Noticias: Una de las cosas que descubrí, con sorpresa, al leer el libro que su hermana Cristina, escribió sobre usted fue su argumentación sobre no participar de determinados programas o eventos para recaudar fondos. Eso la exponía a críticas, sin embargo lo dijo.

Canoura: Eso tiene que ser una decisión muy libre. Veo artistas, a los que quiero y respeto profesional y personalmente, que toman posturas totalmente antagónicas a las mías. Eso es recontra respetable. Primero uno tiene que ser fiel a uno mismo. En mis clases les digo a mis alumnos que primero canten para su burbujita interior, ver lo que les pasa a ellos, y después ver qué les pasa con el otro. A veces me parece que algunos cantan más para otros que para uno mismo. En la época que con “Rumbo” cantábamos en cada comité y en cada cooperativa yo creía mucho que eso estaba bien. No me arrepiento absolutamente de nada. Lo que pasa es que tiene que ser evolutivo. No puedo seguir haciendo eso cuarenta años después, porque no sería justa conmigo. Los cooperativistas son otros, los militantes, son otros, los partidos son otros ¿y los artistas tenemos que seguir siendo los mismos? En todo caso, nuevos artistas que hablen para los públicos nuevos. Después de haber hecho todo eso con “Rumbo”, hicimos un Teatro Solís y obviamente no fue nadie, porque todos ya nos habían visto en cuanto comité y cooperativa había. Eso fue lo que precipitó la experiencia “Rumbo”, fue muy duro. Ahí nos disolvimos. Además, con todo lo loable que pueden tener todas esas experiencias de canto solidario, en el ámbito que sea, hacia los discapacitados o una cooperativa, como que el valor artístico no se valora. Se desenfoca mucho la atención. He visto por televisión, en las redes, actuaciones muy patéticas en el entorno, no por lo que hace el artista, sino por el espacio que se le da. Eso no está bien. Ese no es un lugar en el que yo quiera estar. Claro que quiero estar en el lado solidario, pero haciendo algo digno. Si no lo puedo hacer, hay algo que no estamos pensando bien. Pensemos de otra manera, en hacer otras cosas.

Noticias: Hace poco en una entrevista, Francis Andreu confesó que no canta ciertos temas que hoy son políticamente incorrectos para no incomodar a ciertos colectivos. ¿Cómo se ubica usted en todo estos movimientos?

Canoura: De nuevo el péndulo. Sigo manteniendo mi libertad e independencia de opinión, sobre todo pensando en que si uno lo hace desde el respeto por la opinión del otro, está bárbaro. Tendría que ser así. Pensando en el universo de artistas mujeres, cuando empecé éramos cuatro y ahora perdí la cuenta de cuántas somos, en diferentes niveles. Es imposible que yo coincida con todas. Hay algunos puntos en las que todas coincidimos. pero hay puntos en los que jamás vamos a coincidir en los próximos meses o en los próximos años y hay otros en los que hay que esperar el proceso y el devenir. En otro aspecto, sí he dejado de cantar canciones que ya no me representan. Por ejemplo “Como nuestros padres” una canción que me identificó tanto en una época siento que no me dan ganas de cantarla hoy. En todo caso tendrían que cantarla otros. Yo estaría agarrándome de algo que no está bien. Es una restrospectiva que ya no me representa.

Noticias: ¿Con qué palabra definiría sus cuarenta años de carrera?

Canoura: Movimiento. Hay que moverse, no hay que quedarse.

por Jaime Clara

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