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PERSONAJES | 21-02-2015 01:22

Pablo Culell: “El éxito hace que las cosas sean impunes”

Mano derecha de Sebastián Ortega en Underground, habla sobre los prejuicios de la tele, la pasión por el trabajo, el rating, Tinelli y Hadad.

Al alumno Culell, Pablo no le quitaban energía las bromas por el apellido. Ni tampoco se puso dramático cuando a la hora de elegir carrera, su padre le respondió con una pregunta: “¿Por qué no buscás algo que te dé de comer?”. Y se decidió por Comunicación, en la Universidad del Salvador. Sabía que algún día, si se lo proponía, iba a dedicarse a filmar.

“Siempre fui un tipo muy positivo”, dice Culell, director de contenidos y producción de Underground, mano derecha de Sebastián Ortega, productor ejecutivo de muchísimas ficciones y especialista en hacer posible los sueños de los contadores de cuentos. Con los secretos ganados por esa experiencia, escribió un libro con el guionista Jorge Maestro,

“Nacidos para contar. Escribir y producir para cine y tv” (Grijalbo), basado en el curso que dictan hace años acerca del difícil arte del cómo en la pantalla.

Noticias: ¿Nunca quiso ser actor?

Pablo Culell: Siempre me lo preguntan, porque en lo cotidiano me sale, pero nunca lo tuve como un norte. Me gusta la organización, el todo, por eso creo que tengo alma de productor pero estudié, fundamentalmente, para entender al actor.

De chico, en Pergamino, jugaba a la radio. O armaba funciones de circo en las que cada vecinito traía su mascota mientras él ejercía como maestro de ceremonias. A los trece años, la mudanza familiar lo acercó más a las luces del espectáculo. La mamá era maestra y el papá trabajaba en el campo pero puso un comercio de láminas y posters cuando migraron a San Martín, en el conurbano. Al terminar la secundaria y empezar la universidad, Culell se mudó solo a Palermo.

“Mi primer trabajo fue en El Trece gracias a una beca rentada. Empecé con tareas menores de asistencia en el programa “360 todo para ver” que conducía María Belén Aramburu. En seguida, se abre una vacante en ficción que me permitió formarme con una productora muy grosa, Patricia Weber. Al poco tiempo, estaba haciendo la comedia “Son de diez” (1992-1995) y a los dos años me ascendieron a productor ejecutivo, uno de los más jóvenes que tuvo la tele en ese momento”, dice, de un tirón, su currículum de promesa ascendente en la era Hugo Di Guglielmo, el gerente de programación de El Trece desde 1990 hasta 2001.

Noticias: ¿Cuándo lo conoce a Sebastián Ortega?

Culell: En 2001. Acababa de llegar de Miami y estaba de novio con Guillermina Valdes. Y yo me fui del canal con un retiro voluntario: Hugo (Di Guglielmo) no estaba, entra Pol-ka, el canal deja de producir internamente, era raro para los productores de planta. Aproveché ese tiempo para estudiar guión con Maestro y Vainman (Sergio), y puesta en escena con el gran Alberto Ure. Y ahí, al toque, Sebastián me avisa que Marcelo Tinelli lo había convocado para hacerse cargo de la gerencia logística de Ideas del Sur y quería que me fuera con él. Era muy creativo pero necesitaba alguien que entendiera la tele desde la ejecución: así me transformé en el productor general de Ideas del Sur. Fueron cinco años de trabajo que salieron muy bien, desde el megaéxito de “Los Roldán” hasta “Tumberos” y “Ser urbano”.

Noticias: El gran hallazgo de “Los Roldán” fue darle lugar a Florencia de la V en el papel de la hermana travesti, totalmente naturalizada como un personaje más.

Culell: En ese aspecto fue una telenovela vanguardista, la primera comedia blanca a nivel mundial, según tengo entendido, que tenía entre sus protagonistas a una travesti y se contaba su historia integrada a una familia y en una franja horaria apta para todo público.

Noticias: ¿En ese momento, 2004, costó incorporarla?

Culell: Corríamos con la ventaja de que Florencia de la V no era la estrella que ahora es. Era bastante aceptada por la gente y tenía una imagen linda para el gran público pero hubo dudas, más que nada sobre qué iba a pasar con los auspiciantes. No para nosotros, desde ya, que éramos a quienes se les ocurrió. Pero la cosa quedó en un “arranquemos de a poco y veamos qué pasa”. Y el “de a poco” duró cinco minutos porque explotó: el éxito hace que las cosas sean impunes porque es impune el éxito. Todo aquello que genera una duda o un prejuicio cuando se transforma en éxito deja de serlo y después los auspiciantes la elegían a ella como figura de sus marcas.

Noticias: ¿Tinelli se metía?

Culell: Nos dejó trabajar con mucha libertad pero, indudablemente, tiene ese paladar popular y traía ideas de cómo lograrlo. Pero confiaba, él confiaba.

Noticias: ¿La ruptura con Ideas del Sur/Tinelli fue personal o solo laboral?

Culell: Ni siquiera hubo ruptura; fue de común acuerdo y en muy buenos términos. Cuando Marcelo (Tinelli) decide vender en 2006 parte de las acciones al Grupo Clarín y entrar a El Trece, como la parte ejecutiva la maneja Pol-ka, Sebastián dijo: “No tengo nada que hacer ahí” y le comunica a Marcelo que prefiere abrir otra productora. Me fui con él y se armó Underground.

Noticias: Lo primero que hacen es para Canal 9 de Daniel Hadad. ¿Cómo la pasaron?

Culell: La verdad que bien y te voy a decir una cosa que no es una postura. Trabajamos de una manera muy honesta, hacemos lo que queremos, nos apasiona el trabajo y hay una parte lúdica, tanto de Sebastián como mía, que no hemos perdido. Más allá del negocio y de no ser ingenuos, nos gusta contar historias, nos preocupamos por la calidad del producto y es lo que le transmitimos a quien nos llama. Es eso lo que nos mantiene entusiasmados a esta altura de la profesión.

Noticias: ¿Pero reconoce algún error de ese momento?

Culell: Por supuesto. El entusiasmo de Daniel Hadad era tal que nos pedía más y más. Y empezamos con tres tiras diarias cuando tendríamos que haber dicho: “Nooo, vamos de a poco”. Con “Gladiadores de Pompeya” nos equivocamos muchísimo, fue un fracaso absoluto por la omnipotencia de creernos superpoderosos pero nos hizo crecer. “Amo de casa” con Andrea Bonelli y Carlos Calvo era más light, nos fue relativamente bien. Y “El tiempo no para” fue un éxito cool, le fue muy bien en un cierto target porque no era masiva, era bastante oscura, una novela muy fuerte para la época.

Noticias: Aparecía el tema del amor gay sin eufemismos.

Culell: Fue la primera novela gay en la Argentina y no tuvo tanta repercusión. “Farsantes”, una gran novela de Pol-ka, fue una heredera natural de “El tiempo no para” donde se tocó el tema de una manera muy natural como nunca se había visto en televisión, con escenas entre hombres y mujeres. Sentíamos que la homosexualidad no era un conflicto y había que contarla de ese modo. Pero eso no quiere decir que en otras novelas no podamos contarlo distinto. Todavía existe la hipocresía de una buena parte de la sociedad de decir que es absolutamente abierta con la temática y después no lo es. Eso es lo que cuenta hoy “Viudas e hijos del rock and roll”, donde hay un sector social que sigue vapuleando o menospreciando a una persona por amar diferente o por sentir otra cosa: en ese caso, la historia gay la contamos desde la sátira.

Noticias: Después del palazo en el 9, llegó el resurgimiento con “Lalola”, por América. O, al menos, así lo contaron.

Culell: Es que fue así: aprendimos que hay que darles tiempo a los programas, que a nosotros no nos gusta hacer palo y a la bolsa. Queremos hacer las cosas bien, con tiempo. Se hizo un piloto, se invirtió mucho dinero y la verdad es que nos jugamos. A Sebastián siempre le gustó –y yo lo acompaño– hacer ficciones con lo que creemos que a la gente le puede llegar a gustar pero dando una vuelta de tuerca más a nivel riesgo. No hagamos siempre lo mismo. Y fue un gran desafío contar la historia de amor de este hombre en el cuerpo de una mujer: para nosotros fue una bisagra en la carrera de Underground como fue “Tumberos” como disparador del gran espectáculo pero con profundidad temática.

Noticias: ¿Qué producto le dio más satisfacciones?

Culell: Satisfacción me dieron varios, pero el programa que yo más quiero fue “Graduados” y creo que para Sebastián en algún punto también porque nos identifica. Yo me sentí muy identificado, generacional e ideológicamente, en el sentido de ratificarme que se pueden hacer cosas populares buenas y donde se puede conmover al público. Son de esos programas que uno recuerda siempre.

Noticias: En marzo empiezan a grabar la miniserie “Historia de un clan” para Telefe en coincidencia con “El clan”, la película de Pablo Trapero sobre los Puccio, con Guillermo Francella.

Culell: Sí, pero son miradas diferentes. La nuestra es una miniserie de trece capítulos, protagonizada por Alejandro Awada (no Diego Peretti que no pudo conciliar agenda), el “Chino” Darín y Cecilia Roth, con dirección y libros de Luis Ortega (no Adrián Caetano), acompañados por Javier Van de Couter en guión. El proyecto ganó el concurso de ficciones INCAA y esperemos tener aire para fines de abril o mayo.

Noticias: ¿Cómo trabaja en equipo con Sebastián Ortega?

Culell: Sebastián piensa la idea primero, la testea conmigo, yo le doy mi parecer, en función del canal que nos contrata para determinado horario y demás. Si nos parece que puede ser viable, convocamos a un grupo de autores, ya con algunos lineamientos; los autores nos hacen su devolución y entonces se empieza a desarrollar el programa.

Noticias: ¿Hay volantazos en las historias a causa del rating?

Culell: Sí, cuando se trata de una tira diaria, sí. Nosotros tratamos de respetar lo que pensamos en un primer momento, no nos gusta hacer cualquier cosa, pero a veces el público te marca un camino que es un aporte también. Otra cosa es cuando uno da un manotazo terrible porque un programa se te muere, te lo levantan y vos tenés una estructura de gente trabajando y tampoco te podés hacer el valiente y morir con las botas puestas porque no somos una superproductora.

Noticias: ¿Cómo recibe las críticas de los medios?

Culell: Me gusta que se hagan criticas de las cosas que hacemos pero no siempre los críticos están a la altura de los medios; hay gente que ni siquiera tiene formación para la crítica, que no sabe y lo único que hace es contarte el programa cuando se supone que la crítica es una guía, hecha por alguien con una mirada más abarcativa que te puede hablar de un todo y te puede hacer un aporte para bien o para mal, pero siempre con respeto, diciendo las cosas como corresponde.

por Leni González

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