Friday 3 de May, 2024

PERSONAJES | 02-08-2023 06:00

Anne Bousquet: “Me enamoré de Argentina, las empanadas y los paisajes”

Economista francesa, es la líder de la bodega Domaine Bousquet. Cómo asumió el legado familiar y su amor por Argentina.

Anne Bousquet se crió en Carcassonne, corriendo entre los viñedos familiares pero sin ninguna intención de dedicarse al mundo del vino. Cuando estaba por terminar la facultad de economía, encontró un programa de intercambio con una universidad norteamericana y partió para poner distancia de un novio tóxico y asfixiante. “Lo tomaron todos bastante mal, en especial mi novio y mi mamá que todavía se enoja cuando lo recuerda”, cuenta. Decidida, Anne Bousquet se fue a Estados Unidos, se instaló en Minnesota sin saber que en el invierno hace tanto frío que el hielo no llega a derretirse con el sol y se queda hasta la primavera pero allí conoció a su marido, Labid Al Ameri, y comenzaron un viaje que los llevaría durante dos décadas a través de tres continentes. 

Ese espíritu aventurero es un legado familiar. Su padre, Jean, tercera generación de vitivinicultores, un día vendió todo, se mudó a la Argentina y enamorado de Mendoza se instaló en un descampado desértico en Tupungato donde creó Domaine Bousquet, la primera bodega orgánica del país. 

Durante años intentó convencer a su hija de continuar con el negocio familiar pero tuvieron que pasar años para que aceptara. “Primero me enamoré del país, de las empanadas, de los paisajes, después del vino”, explica. Hoy Anne vive en Miami con su marido y su hija, viaja todos los meses a Mendoza y recuerda esta aventura vitivinícola que empezó para ella en diciembre de 2001, en uno de los momentos más movidos de la historia del país. 

Noticias: ¿Cuál fue su primer contacto con Argentina?

Anne Bousquet: Un día mi padre me llama, año 96 y me dice que está interesado en irse a Argentina, yo pensaba que estaba loco. Un día, vendió todo lo que tenía en Francia, viñedos y bodega, y se fue a Tupungato con su segunda mujer. 

Noticias: ¿Qué lo convenció de hacer una movida tan grande?

Bousquet: Le gustó que el clima fuera diferente, que no lloviera, poder controlar mejor la calidad de la uva. En Argentina no hay tantas diferencias entre añadas como en Francia donde puede haber muchísima y eso es por el agua; también la altitud y la diferencia de temperatura entre día y noche que es muy buena para la uva, y el suelo arenoso, pobre, que son los mejores para la viña.

Noticias: ¿Cómo siguió todo?

Bousquet: Me mandaba fotos, yo pensaba que estaba loco, era un campo de arena. Pasaban los años y yo seguía medio negada aún a dedicarme a esto, mi padre llamaba a mi marido y él sí escuchaba. Yo seguía con mi carrera de economista, en una empresa internacional. 

Noticias: ¿Por qué estaba tan negada a seguir el legado familiar?

Bousquet: Yo siempre veía a mis padres muy estresados. En Carcassonne llueve mucho y estaban obsesionados con el clima, mi abuelo se levantaba a la madrugada a ver si llovía y tenían que salir corriendo a cosechar, para mí era un momento horrible, todo lo contrario de lo que pasa en Mendoza donde no llueve.

Noticias: ¿Y cuando lo vieron por primera vez?

Bousquet: Llegamos con Labid en diciembre de 2001 y no lo podíamos creer, cuando pasamos por Buenos Aires sacábamos fotos de la gente haciendo cola en los bancos, no entendíamos el caos, pero la tranquilidad y la paz de Mendoza nos impactó, kilómetros sin ver a nadie, aún hoy me impacta el contraste con Europa donde todo está tan cerca. Estuvimos 2 semanas y hablando con los ingenieros agrónomos entendimos que se podía hacer una vitivinicultura orgánica. En 2005 cuando empezamos a vender, ya teníamos todo certificado. 

Noticias: ¿Cómo fueron esos comienzos?

Bousquet: A principios de 2004, mi padre le pide ayuda a Labid para vender los vinos y como a mi marido le encanta vender, fuimos a una feria de vinos en Miami. Allí una de las organizadoras que había probado el vino nos dice que nos inscribamos en un concurso. Lo hicimos y estuvimos entre los cinco premiados. 

Noticias: ¿Cómo fue ese momento?

Bousquet: Recuerdo que le contamos a mi padre y se puso a llorar. Después de eso, Labid dejó su trabajo de broker, nos mudamos a Bruselas porque mi compañía tenía oficinas ahí y ¡alguien tenía que facturar! Y él empezó a vender los vinos. 

Noticias: ¿Fue difícil?

Bousquet: Teníamos un problema de logística, los vinos estaban lejos así que decidimos invertir y comprar un container para tener en Europa. En ese tiempo, había poco certificado orgánico, nos presentamos en una licitación en Suecia en 2008 y ganamos, eso nos permitió crecer rápido, y así pasamos a vender nuestro primer millón de botellas. 

Noticias: ¿Usted seguía con su trabajo en Bruselas?

Bousquet: Sí, mi marido me decía, ya está, dejá de negarte, hay que mudarse. Habíamos estado 7 años en Boston, 3 en Bruselas, yo era vicepresidente de todo el análisis económico de la empresa en Europa y fui a ver a mi jefe que era y sigue siendo mi amigo, y le dije me voy. No lo podía creer, tuve que sacar un mapa y mostrarle dónde quedaba Tupungato. Lo que me ayudó a decidirme fue que mi hija nació en enero de 2008 y yo viajaba mucho por trabajo, tenía mucha responsabilidad y sentí que era el momento de apostar por el proyecto familiar.

Noticias: ¿Cuándo llegaron a Mendoza? ¿Cómo fue el cambio?

Bousquet: En marzo de 2009. Lloraba todas las noches, fue un cambio muy grande, sufría mucho, no hablaba español, mi marido se crió en España pero él y yo siempre nos comunicamos en inglés, nos conocimos en Estados Unidos y él no hablaba francés. Cuando una pareja empieza a manejarse en un idioma, es raro que cambie. 

Noticias: ¿Y con su hija?

Bousquet: La volvemos loca, pobre, una mezcla pero ahora que vivimos en Miami más inglés. 

Noticias: Finalmente aceptó el legado familiar 

Bousquet: ¡Sí! También tuvimos suerte de ser con Labid tan complementarios. Nos conocimos a los 21 años en una fiesta y en esa época no podíamos saber que tantos años después íbamos a poder trabajar juntos, eso es pura suerte, él es muy macro y yo muy micro, de estar en los detalles, yo estoy detrás organizando todo y él es un gran visionario de los negocios.

De los 11 millones de litros de vino orgánico que se exportan, 7 millones pertenecen a Domaine Bousquet. La bodega está rodeada por 260 hectáreas de viñedos orgánicos; obtuvo la certificación Fair for Life en el año 2015 – Comercio justo - y For Life – Responsabilidad social - en 2018 que promueven la sustentabilidad, las condiciones de trabajo justas, la transparencia y la mejora social en el lugar de trabajo creando puestos en y con la comunidad (60% de sus empleados son de Tupungato y 45% son mujeres).

Además, desde 2021 son uno de los miembros fundadores de Sustainable Wine Roundtable (SWR), una coalición global formada por diferentes actores de la industria vitivinícola: bodegas, productores, distribuidores, minoristas, industrias auxiliares y comunicación.

Noticias: ¿Está creciendo la categoría de vinos orgánicos? 

Bousquet: Mucho, es un mercado que crece, más a partir de la pandemia, no solo de vino sino también de productos. Nosotros siempre quisimos hacer vinos orgánicos de alta gama y demostrar que un vino orgánico que viene de un lugar como Valle de Uco podía ser de alta calidad. Y me alegra ver que cada vez más bodegas se suman a desarrollar este segmento. Fuimos los primeros en certificar orgánico en el país y somos la única bodega que tiene su línea de vinos orgánicos.

Noticias: ¿Su papá ya está retirado? 

Bousquet: Sí, él nos vendió sus acciones a nosotros y a mi hermano que vive en Francia. Con mi padre fue difícil, aunque nos pidió que nos mudemos, tuvimos años complicados, no nos hablamos durante tres años. En 2014 cuando mi hermano se casó, hicimos todos las paces y ahora nos vemos. Lo perdoné pero no me olvidé. 

Noticias: ¿Él se quedó en Mendoza?

Bousquet: Sí. Yo vengo todos los meses, mi marido y mi hija vienen tres o cuatro veces al año. Paso más tiempo en Argentina que en Francia, yo me siento argentina.

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Silvina Reusmann

Silvina Reusmann

Periodista.

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