Saturday 5 de October, 2024

PERSONAJES | Hoy 08:55

Miguel Ángel Rodríguez: “El teatro off es como una calle paralela que me faltaba recorrer”

El actor se sube al escenario en “Quieto”, en el teatro bar Nün de Villa Crespo, su primera experiencia fuera del circuito comercial.

Animal de televisión y con éxitos en el teatro comercial como “La jaula de las locas” y “Toc Toc”, Miguel Ángel Rodríguez acaba de volver al teatro bar Nün del barrio de Villa Crespo con “Quieto”, una comedia dramática de Florencia Naftulewicz estrenada en febrero pasado. Siempre a sala llena en su primera temporada, la obra habla sobre el encuentro de un padre viudo, testarudo e inerte y su hija -también interpretada por Naftulewicz-, que intenta sacarlo del encierro y la depresión. Un encuentro donde ambos tienen muchas cosas pendientes por decirse y después de lo cual nada quedará igual.

Noticias: “Quieto” es su primera obra en el off Corrientes. ¿Qué le significa haber recorrido el camino inverso a la mayoría de los actores?

Miguel Ángel Rodríguez: Es como una calle paralela que me faltaba recorrer. Ya me pasó el año pasado con “Edmond”, mi primera obra en un teatro oficial, para la reapertura del Alvear. Una comedia donde encarné a Coquelin y que imagina la primera representación de Cyrano de Bergerac en 1897 y las dificultades de su autor, Edmond Rostand, para montarla. “Edmond” y “Quieto” significan que uno está, que piensan en uno y la oportunidad de desafiarme a mí mismo con otros materiales y espacios. 

Noticias: ¿Lo buscaba? 

Rodríguez: Era más deseado que buscado. Muchas veces deseé hacer algo en el San Martín u otro teatro oficial. También en el off. Y me preguntaba si había algún prurito con lo popular, con que haya empezado en la tele y que llegara al teatro comercial de la mano de ella. Ahora sé que todo ese recorrido me permitió hacer este tipo de cosas.

Noticias: A “Quieto” llegó por una amiga en común entre usted y la autora. ¿Qué le atrajo del texto?  

Rodríguez: Esa amiga en común, que además es una de las dueñas de Nün, me acercó el libreto porque Florencia había pensado en mí para ese papel; y cuando lo leí me encantó. En el primer encuentro con Florencia le dije: “Escribiste una obra para Luis Sandrini”, porque tiene esas cosas de la melancolía, del corazón, del costumbrismo y de un humor irónico; y es inevitable que a los espectadores no les pase algo porque habla del vínculo padre - hijo, que todos tenemos muy presente. La historia de “Quieto” no tiene nada que ver con la de la autora y su padre, pero ella la escribió como si le hubiese pasado. Una maravilla, propia de gente iluminada para escribir así. Como Alicia Muñoz, que sin estar casada ni haber tenido hijos, ha escrito sobre esos temas como los dioses.

Noticias: Cuando recibió el guión, ¿la obra ya se llamaba “Quieto”?

Rodríguez: No, eso surgió durante el proceso de los ensayos, que es muy rico, por la actitud de Renzo, ml personaje. En el libro original, Renzo tenía dos levantadas, miraba la tele, pero después, por cuestiones básicamente de espacio, fuimos por otro lado.

Noticias: ¿Cómo fue componer un personaje unos 20 años mayor que usted y que está casi siempre sentado en un sillón? 

Rodríguez: Fue algo distinto, que nunca había hecho. Un día llegó Francisco Lumerman, el director, y me dijo: “De acá no te movés”. Fue un desafío, no porque moverse en el escenario sea fácil, sino porque tuve que valerme de otras herramientas. Recordé varios tips que me había dado Luis Brandoni cuando me dirigió en “Justo en lo mejor de mi vida”, justamente de Alicia Muñoz, y para “Quieto”, Francisco me dio otros más      

Noticias: ¿Alguna relación entre “Quieto” y su historia con su padre o de la de usted con sus hijos?   

Rodríguez: Papá también es viudo -mamá murió en 2011-, pero no se cayó cuando enviudó. Es más, tiene 94 años y aún vive sólo. En cuanto a mis hijos, luego venir a verme, ambos me dijeron: “¡Uy! ¡Lo que nos espera! ¿Vas a ser así, vos?” (risas). A ver, también tengo mis mañas, pero mis hijos no tienen que pedirme un abrazo, como hace la hija de Renzo, Julieta, y él se queda ahí, quieto, pero que tengo mis mañas, seguro. Renzo es un viejo jodido, que te cae mal, aunque por momentos también lo querés; y con Julieta pasa más o menos lo mismo. Las comedias tradicionales que hice me encantan. “La jaula de las locas”, por ejemplo, no es una comedia ligera, tiene algo, pero es más de carcajada. “Quieto”, en cambio, es una obra que te atraviesa, que te hace reflexionar. Lo noto en las reacciones del público.   .       

Noticias: ¿Con “Quieto” accedió a otro tipo de público?

Rodríguez: Sí. En parte, por el público que sigue a Florencia y el que acostumbra venir a Nün. El público de “El nieto de don Mateo”, de “Los Rodríguez” o de “Los Roldán”, al principio quizás dudó, pero como la recomendación en las redes dicen “vayan a verla”, también se fue acercando. Estoy muy feliz con esta obra y apuesto a otras cosas.

Noticias: ¿A cuáles?

Rodríguez: A viajar a Perú y España, por ejemplo. Con obras anteriores, salí de gira por el interior y algunos países vecinos, pero no más. 

Noticias: Usted comenzó siendo asistente de Juan Carlos Altavista y luego lo fue de Marcelo Tinelli. ¿Cómo llegó a la actuación? 

Rodríguez: Yo empecé con Juan Carlos cuando estaba de novio con su hija Maribel; y llegué ahí por mi amor por la televisión, que sigue intacta. Por mi pasión con “Los tres chiflados”, Sandrini, Pepe Biondi, José Marrone y Osvaldo Miranda. Yo no quería actuar, era feliz detrás de escena, produciendo. Después, cuando Juan Carlos se enfermó, empecé a moverme solo.

Noticias: ¿Quién fue el primero que le propuso actuar? 

Rodríguez: Jorge Guinzburg, que se moría de risa con las boludeces que hacía detrás de cámaras. Luego me lo propusieron Alejandro Dolina y Juan Carlos Badía, pero siempre dije que no.

Noticias: ¿Era consciente de lo que ellos veían en usted? 

Rodríguez: Sí, Desde chico, por mi abuela y mis viejos, que me hacían contar chistes. También en el colegio, donde no faltaba nunca, pero no por estudioso, sino porque me divertía hacer reír. Yo nunca estudié actuación, aprendí todo consumiendo tele y observando detrás de escena. Mi primera actuación recién fue en “Videomatch”, por sugerencia de Claudio Villarruel, en un sketch de actualidad. Las imitaciones llegaron después: Aldo Rico, Roberto Galán, Juan Alberto Mateyko. Carlos Bilardo, Mariano Grondona, Jorge Lanata… Fueron cerca de 400.

Noticias: Su primera interpretación a cara lavada fue en “Son amores”. ¿Necesitaba salir de las caricaturas?  

Rodríguez: En “El nieto de don Mateo” también estaba con la cara bastante lavada, sólo me ponía un bigote. Pero igual vale lo que decís. Fueron procesos diferentes y en esa época ya necesitaba un cambio. Yo consumía mucho las producciones de Pol-ka, me encantaba “El sodero de mi vida” y ahí Adrián Suar justo me habló de Roberto Sánchez, el árbitro de fútbol de “Son amores”.

Noticias: Con su recreación del “Minguito” de Altavista, tuvo dos cara a cara nada menos que con Diego Maradona y Lionel Messi. Hábleme de eso.

Rodríguez: Con Diego lo hice en “La noche del 10”, Yo estaba invitado al living y en un corte fui al camarín y volví personificado de “Minguito”. Fue bastante improvisado y para Diego fue una sorpresa total. Con él teníamos una relación previa, porque yo ya había ido a su casamiento, nos habíamos visto varias veces en “Videomatch” y él ya había ido a “Jamón del medio”, un programa que tuve en TyC Sports. Con Messi, en cambio, no nos conocíamos. Todo surgió porque él había visto desde Barcelona una editorial de mi “Minguito” en “Polémica en el bar” donde hablé de unos chicos que murieron por el consumo de pastillas en una disco de acá y él quiso venir. Fueron dos grandes gustos que me dio esta profesión...     

Noticias: Hace poco terminó de grabar la segunda temporada de “Barrabrava” y “Las reglas del boxeador”, serie basada en la novela homónima de Jazmín Riera, Cuénteme.

Rodríguez: “Barrabrava 2” tiene varias aristas nuevas, pero siguen el futbol, la historia de amor y el “Oveja”, mi personaje, que está en su mundo, ya sin “El Tío”, el personaje de Gustavo Garzón. “Las reglas del boxeador” es una historia de amor entre una joven curiosa e inocente y un boxeador inapropiado e irresistible, donde yo hago de un ex boxeador que se fue para el lado de las peleas clandestinas y la venta de falopa, en paralelo con otro ex boxeador que entrena a chicos de barrio. Pero antes se estrenará “Los MacAnimals”, una serie infantil donde interpreté a un abuelo veterinario que tiene una máquina que convierte a los animales en personas.

Noticias: ¿Su pasión por el fútbol le ayudó a hacer “Barrabrava”? 

Rodríguez: Sí, de tanto ir a la cancha. Yo nací en el barrio de Saavedra y una de las primeras cosas que vi fue a Platense. Después me hice fana de San Lorenzo, por un tío mío, mi mamá y mi abuela. Yo soy un futbolista frustrado y un músico frustrado. Para mí, la música es la expresión artística por excelencia. Con el canto me di algunos gustos, pero soy un pianista y un bandoneonista frustrado.

Noticias: Gabriel Goity me dijo que cuando muera, quiere que lo entierren con la camiseta de su club de rugby, San Martín. ¿Usted querría que lo entierren con la de San Lorenzo? 

Rodríguez: Eso y más. Si el cajón tiene los colores del club, mejor aún (risas)

por Sergio Nuñez

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