Para que Cristina Kirchner sea desaforada por el Senado, se necesitan dos tercios de los miembros del cuerpo a favor de esa medida pedida por el juez Claudio Bonadio. Es decir, 48 de los 72 senadores. Difícilmente los peronistas que hasta ahora vienen evitando el desafuero del condenado Carlos Menem vayan a aceptar el de la ex presidenta, pese al encono que le tienen y que los ha llevado a armar ayer un bloque separado de ella. De hecho, el jefe del nuevo grupo Argentina Federal, Miguel Ángel Pichetto, ha planteado hace meses que los fueros sólo deben quitarse cuando exista sentencia firme. La nueva senadora bonaerense no está ni condenada en primera instancia.
Argentina Federal suma 25 senadores. Cambiemos también tiene 25, aunque aspira a sumar una más, del Movimiento Popular Fueguino (Mopof). La alianza de Macri necesitaría convencer al bloque de Pichetto para llegar a los 48 votos necesarios para desaforar a Cristina Kirchner. Improbable.
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Después hay otros 21 senadores. La ex jefa de Estado y otros siete integran Unidad Ciudanana (UC). Hay cuatro peronistas sueltos, incluidos Adolfo Rodríguez Saá, que se ha acercado a Cristina Kirchner, y el salteño Juan Carlos Romero. El Frente Cívico de Santiago del Estero, del nuevo gobernador Gerardo Zamora, tiene dos; el Movimiento Popular Neuquino (MPN), dos; y el Frente Renovador de la Concordia de Misiones, del gobernador Hugo Passalacqua, dos. Son partidos que han facilitado la aprobación de leyes que quería Macri, pero está por verse si aceptarían desaforar a la política a la que santiagueños y misioneros apoyaban cuando gobernaba la Casa Rosada. El Partido Renovador de Salta tiene una senadora, Pino Solanas es el único de Proyecto Sur y la rionegrina María Magdalena Odarda es de la Coalición Cívica, pero se opone a Cambiemos. Los números están lejos de amenazar a Cristina Kirchner con las rejas... por ahora.
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