Monday 9 de December, 2024

POLíTICA | 14-12-2020 15:26

Aborto legal: quién fue la primera mujer en llevar esa lucha a una campaña política

Fue candidata del PST en 1973: “Exigimos la libertad de amar y de abortar”, reclamaba. De origen obrero y perseguida por la dictadura, luego se unió a la revolución sandinista.

1973 fue un año bisagra para la historia argentina. Nunca pasó, ni tampoco volvió a suceder, que los sueños de un país mejor llegaran en 365 días a un punto tan alto para luego caer con tanto ruido y tanta tragedia. En esos 12 meses se pasó del furor por el regreso de la democracia y los vientos de la primavera camporista a la salida acelerada del “Tío” y la aparición de la sangrienta Triple A. Sin embargo, aquel año también quedará para la memoria por otra razón: en aquellas elecciones en que triunfó Héctor Cámpora hubo una mujer candidata que por primera vez en la historia local llevó la pelea por la legalización del aborto a su campaña política. “Exigimos la libertad de amar y de abortar”, era una de las consignas que lanzó Nora Ciapponi en su campaña a vicepresidenta del Partido Socialista de los Trabajadores.  

“Es que esa frase rompía con el mensaje siniestro de los que juzgaban y juzgan el acto individual de la mujer de abortar”, explica hoy Ciapponi, a punto de cumplir 80 años. Hace casi cincuenta, Nora era una obrera textil que era delegada en “La Hidrófila Argentina”, en el barrio de Florida. Para cuando llegaron las elecciones del 11 de marzo de 1973 ella, con 31 años, ya contaba con cuatro detenciones durante la dictadura de Onganía en su currículum y una larga historia de lucha política. El PST, su partido, fue uno de los más atacados en aquél régimen de facto y en especial sería un blanco predilecto de la Triple A: luego de tener su bautismo de fuego en el asesinato del padre Carlos Mugica ese grupo paramilitar seguiría con la Masacre de Pacheco el 29 de mayo de 1974 a un local de aquella zona del partido–hechos por los que hace poco absolvieron a Julio Yessi, el último condenado por crímenes de la Triple A- o con el triple intento de asesinato a Carlos Petroni, otro de sus dirigentes.

Pero ese horror era difícil de preveer en las elecciones de 1973. “¿Va a votar a un patrón, a un militar, a un político patronal? ¿O va a votar a Nora?”, preguntaba el flyer que editó el PST para esa contienda electoral. Para aquella campaña, tal cual relata la activista feminista, escritora y ensayista Mabel Belucci en su libro “Historia de una desobediencia”, el partido socialista lograba dos récords hasta entonces inéditos en Argentina: llevaba por primera vez a una mujer como candidata –faltaba aún un año para el turno de Isabel Perón- y por primera vez también postulaba la legalización del aborto. En el punto número ocho de su programa, el partido por el cual se presentaba Ciapponi pedía “la libertad en la relaciones sexuales, el divorcio absoluto, la libre venta de anticonceptivos, la protección de la madre soltera, y la legalización y gratuidad del aborto, practicado en establecimientos del Estado y con todas las garantías necesarias que aseguren la salud”.

La campaña de Nora Ciapponi en 1973

En esa campaña, y con programa en mano, es que Ciapponi largó su famosa frase: “Lo que quería decir era que yo y todas las mujeres tenemos el derecho a gozar y el derecho también a abortar, era la defensa de un derecho en mano fundamental, la decisión de si quiero tener hijos o no. No me castiguen por haber quedado embarazada, porque también tengo el derecho a amar. No me saquen ningún derecho, al revés”.

De aquella campaña le quedan varios recuerdos a Nora. El primero es llamativo a los ojos de hoy: cuenta que en aquel momento el tema del aborto era menos tabú –“todas las mujeres se hacían abortos, era sabido, y no estaban entonces los prejuicios que aparecieron luego de la última dictadura”- pero que sin embargo la campaña por la legalización del aborto u otros reivindicaciones feministas tenían un espacio limitado en la sociedad. Es que además de la resistencia de la Iglesia se le sumó luego la del gobierno peronista –en 1974 Juan Domingo Perón firmó el decreto 659 que restringía duramente la difusión y venta de anticonceptivos- y también de toda la izquierda revolucionaria que veía a todas las luchas de género como una batalla de segundo o tercer órden. “Procrear procrear procrear, procrear como quiere el General”, era una de las canciones famosas de Montoneros.

En las elecciones el PST, que llevaba a Juan Carlos Coral como candidato presidencial, sacó 80 mil votos, 5.820.000 menos que los que coronaron a Cámpora como nuevo presidente. “Pero la calle no sabés lo que era, muchísimos jóvenes me paraban y me decían ‘dale para adelante Norita’”, cuenta ella, casi medio siglo y media sanción a la ley para legalizar el aborto después. Es verdad que esa campaña le dio difusión nacional a Ciapponi: en 1979, cuando dejó Argentina luego de tres años de lucha y búsqueda de presos y desaparecidos del PST, tuvo que conseguir un pasaporte falso para no ser detectada. Además, ella tenía razones para irse del país sin que la dictadura militar se enterase: se fue a Nicaragua a unirse a la brigada internacionalista Simón Bolívar que peleó junto al sandinismo en aquella revolución. Mujer bonita es la que lucha, como Nora.

 

 

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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