Al 17 de octubre, históricamente, se lo vincula con el Día de la Lealtad Peronista por los hechos acontecidos en 1945. Pero ésta no es una fecha que sólo pueda relacionarse con motivos políticos. Sucede que, ese mismo día, pero en 1951, se realizó la primera transmisión de televisión en la República Argentina.
Bajo la señal de LR3 TV Radio Belgrano, que poco después se conocería como Canal 7, hoy Televisión Pública, daba sus primeros pasos un nuevo medio de comunicación. Hay quienes criticaron su llegada ya que no entendían el motivo de su presencia en el país. Otros, la observaron con desprecio y recelo mientras que afirmaban que podría opacar a la radio y al teatro. Hubo pocos los que confiaron. Y se la jugaron. Uno fue Jaime Yankelevich, un empresario mediático, dueño de Radio Belgrano, que se aventuró en tierras estadounidenses con el fin de adquirir las nuevas tecnologías que ya eran muy populares en otros países.
Pruebas técnicas de tonos, sonido e imágenes. Aciertos y errores. Ensayos, preparativos. Temor a lo desconocido. No fue casual que la primera transmisión de televisión coincidiera con el Día de la Lealtad. Lo cierto es que este suceso se venía gestando hacía tiempo, y entre sus impulsores, se encontraba nada más ni nada menos que María Eva Duarte de Perón. “Probablemente, alentada por el ministro de Comunicaciones, Oscar Nicolini, mantuvo conversaciones formales con Jaime Yankelevich y le impuso el 17 de octubre como fecha de inauguración”, dice el libro “Estamos en el Aire”, un libro dedicado a la historia de los medios de comunicación en la Argentina, escrito por Silvia Itkin, Carlos Ulanovsky y Pablo Sirvén.
El sol del 17 viene asomando. Tarde de primavera. La Plaza de Mayo se veía realmente colapsada. No era una jornada típica. Se había decretado feriado nacional por el sexto aniversario de la lealtad peronista. A pesar del precario estado de salud de Evita, ella le habló a la gente. Su gente. Pero antes de comenzar el acto, Juan Domingo Perón advirtió: “Compañeros, como la señora está un poco débil, para no esforzarse demasiado que le puede hacer mal guarden el más absoluto silencio mientras ella les dirige la palabra”. Ahora, sería el turno de Eva: “Mis queridos descamisados, es este un día de muchas emociones para mí. Yo les aseguro que nada ni nadie hubiese podido impedirme que viniese. Porque yo tengo con Perón y con ustedes, con los trabajadores, con los muchachos de la Confederación General del Trabajo una deuda sagrada. Y a mí no me importa si para saldarla, tengo que dejar jirones de mi vida en el camino”, dijo ante la multitud, en un imponente discurso que puede encontrarse completo en el archivo oficial de la Casa Rosada en su canal de YouTube. Aquel día, Eva nombró nueve veces su propia muerte. Se cree que ese discurso es considerado como su testamento político.
Y de esta forma, con el audio de aquel evento, acompañado de imágenes fijas de los líderes, se dio por inaugurado el servicio de tevé en la República Argentina. Con aquel registro se encendieron, por primera vez, las cámaras del nuevo medio. Algunos datos difieren entre sí, ya que no existen cifras concretas, pero se estima que el programa pudo ser captado hasta 150 kilómetros de la Capital Federal. Si bien la transmisión tuvo baja repercusión periodística, además de su poca trascendencia, un gran equipo técnico trabajó para que este hecho fuera posible. “A pesar de que aún no teníamos las posibilidades la televisión fue muy bien recibida. A la distancia, fue un maravilloso momento para todos”, comenta en diálogo con NOTICIAS, Raúl Lavié, estrella de la actuación y el canto, y quién recordó parte de su historia como preadolescente de 14 años con suma amabilidad y generosidad.
Lavié menciona el rol de la radio ya que ésta era el medio de comunicación por excelencia que “manejábamos como la mayoría de las familias argentinas”. Más allá de su importante presencia, recalca que la novedad del arribo de la TV “fue una noticia fundamental para todos porque entrábamos en una dimensión que nadie esperaba que pudiera llegar en ese momento”, concluye el artista, cuyo debut en escena fue en el año 56, al compartir cámara con grandes figuras de las artes escénicas como Pepe Biondi, José Marrone y Dringue Farías.
¡Aire! Tres cámaras estratégicamente ubicadas en un balcón del segundo piso del Banco Nación documentaron aquel momento. En controles, Enrique Telémaco Susini, pionero de la radiofonía argentina, Jaime Yankelevich, apodado “el padre de la TV”, Adolfo Agromayor, Gerardo Noizeaux y Óscar Orzábal Quintana en el switcher, entre otros técnicos, dieron por inaugurado uno de los acontecimientos más importantes en cuanto a la historia de los medios de comunicación en el territorio nacional. “En aquel momento el presidente Perón dijo, 'se van a ver todos los actos y reuniones que ocurran en el ejido de la República Argentina y, fundamentalmente, los actos que necesitamos para que el país se levante y crezca'. Recuerdo que lo felicitamos, pero fue una felicitación no solamente al gobierno sino al país”, relató a NOTICIAS Roberto Di Sandro, quién trabaja hace 72 años como periodista acreditado en la Casa Rosada. Después del discurso, según rememora Di Sandro, el expresidente se acercó a conversar con los periodistas para darles a conocer algunas informaciones técnicas, muy desconocidas para la época, sobre la transmisión. “Escuchamos algunas referencias que ni idea teníamos de cómo se conectaba la televisión con la gente”, agregó Roberto, que al momento de aquel acontecimiento tenía 19 años. En el evento no sólo hubo concentración de multitudes afines al peronismo también estuvieron artistas de gran talla como Hugo del Carril, Nelly Omar y Pedro Maratea, detalla el histórico periodista.
Se dice de mí. Días previos al lanzamiento poco se hablaba sobre el arribo de la televisión. Quienes mostraban, con cautela, su “interés”, decían que “la TV implicaría la muerte de la radio y que el cine se dedicaría a hacer películas para televisión”, afirman los autores de “Estamos en el Aire”. Se trataba de un mundo nuevo. Y diferente porque lo que abundaba en los hogares eran radios, no televisores. Tal vez, nadie imanigaría que la pantalla chica iba a formar parte de la historia y cultura de la nación. “Todo el mundo sabía que llegaba algo nuevo pero la gente no sabía que era. Nos hacíamos mil conjeturas al respecto”, recuerda Silvio Soldán, reconocido locutor y presentador, ante NOTICIAS.
Como parte de la invitación a “encender” este nuevo medio, Silvio rememora una publicidad cantada de la época: “'La televisión pronto llegará. Tú me verás y yo te veré…'. Imaginaban que se iban a ver unos con otros (risas). Y, como siempre, estaban los que decían que iba a fracasar pero, a su vez, los que decían que iba a ser un éxito. En definitiva, pasó lo que pasó. Fue un gran éxito y la televisión hoy domina prácticamente al mundo”, describe con lujo de detalle Soldán, quién, en aquellos tiempos, era un adolescente de 16 años y que un año después tendría su primera aparición en tevé.
¿Sobredosis de TV? Después de la triunfal primera transmisión, la tevé pudo verse más en las vidrieras y anaqueles de algunos comercios que en los propios hogares. Su presencia aún no cobraba una significativa relevancia. Muchos no entendían a qué se debía su llegada, sumado a que su precio era altísimo. Según se describe en “Estamos en el Aire”, el valor podría rondar los “800 pesos de la época”. Nada accesible si se consideraba que un sueldo promedio rondaba los 1.500 pesos. “Me pareció una cosa mágica. E incluso, como yo no tenía tele, iba a casa de mis padres para verla. En sus bodas de oro, junto a todos los hermanos, les habíamos regalado el televisor”, destaca a NOTICIAS Magdalena Ruíz Guiñazú, famosa periodista y locutora, poniéndose en la piel de la joven de 16 años que fue en aquel entonces. Cuenta, además, que la presencia del nuevo medio la hizo sentir “maravillada” y que su primera participación al aire fue en “Buenas Tardes, Mucho Gusto”, un programa dedicado a la mujer que se emitía por Canal 13 después del mediodía.
1, 2, 3… ¡Probando! Para salir al aire aquel 17 de octubre, previamente, Jaime Yankelevich había viajado a Estados Unidos para adquirir el equipamiento necesario. La industria americana le proporcionó asesoramiento e instalaciones completas, cámaras, switcher master y alrededor de 1.000 televisores marca Capheart, aunque las cifras pueden variar. Las versiones no coinciden pero, según pudieron averiguar y apuntar en su libro los autores Itkin, Ulanovsky y Sirvén, muchos de los aparatos “se conectaron en despachos de funcionarios, empresarios, comerciantes, líderes de opinión, periodistas y agencias de publicidad”.
El costo de este “sueño” tampoco se conoce con exactitud, aunque se estima que rondó los 15 millones de pesos y que LR3 TV Radio Belgrano, después Canal 7, habría pagado en cuotas mensuales de 600.000 pesos. El canal se ocupó de su completa financiación, no utilizó divisas del Estado Nacional.
José “Pepe” Novoa, popular actor de cine, teatro y televisión, charló con NOTICIAS y describió, orgulloso, cómo fue su primer acercamiento con la TV: “Tenía 14 años en ese entonces. Veíamos la televisión desde los negocios que vendían televisores. Estaba muy entusiasmado porque esperábamos el día en que nos lo iban a mandar”. Asimismo resalta que a este aparato “lo habíamos comprado en cuotas. Cuando por fin llegó, lo gozamos”. Pepe Novoa, al igual que cientos de figuras del arte y la cultura de Argentina, accedió al mundo del espectáculo a través de la radio y la prensa gráfica. “Una vez conocí a las estrellas del momento por las revistas que había en la peluquería que tenía mamá. Después, al mismo tiempo que hacía la primaria, comencé a formarme artísticamente. El principio fue maravilloso y forma parte de los momentos más lindos que he pasado en mi niñez”.
Por su parte, el actor Lalo Fransen, reconocido por su papel en “El Club del Clan”, un programa de comedia musical de la década de los ´60, también recuerda con ímpetu cuando conoció a la caja chica, a sus 11 años: “En aquel tiempo no todos contábamos con un televisor. Era común ir a lo del vecino o de algún familiar que sí tenía tele. Por ahí se juntaba todo el barrio a ver algún partido de Boca y River. Todo esto era una cosa nueva porque lo único que se conocía antes era el cine en blanco y negro y después cuando apenas vino el color, llegó la televisión. Pero en blanco y negro”, añora.
69 años han pasado desde aquel primer encendido que marcó la historia sociocultural del siglo XX. Aquel acontecimiento revolucionario que prometía informar y entretener a la audiencia desde la comodidad de su casa. Fueron muchas las emociones encontradas con el arribo de la TV. Se la recibió con alegría, odio, recelo, curiosidad, asombro… Hoy, casi siete décadas después, el concepto de “ver televisión” viró por completo. Así como la tecnología que lo conforma. La familia ya no se reúne alrededor del codicioso gabinete de madera que recibía y emitía ondas electromagnéticas. Hoy por hoy, se puede disfrutar, a toda hora y lugar, desde múltiples dispositivos tecnológicos. De analógica a HD, la tevé conquistó, no sólo a la comunicación mundial, sino también, a los corazones de muchas generaciones.
*Por Eugenia Victoria Trubbo Faugas, alumna de la Escuela de Comunicación de Perfil.
por Eugenia Victoria Trubbo Faugas
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