“Es solo una persona luchando contra todo un sistema”, posteó Lourdes Arrieta desde su cuenta personal de X. La legisladora mendocina acompañó su mensaje con una seguidilla de fotos en la que se la aprecia parada, en soledad, en el recinto de la Cámara baja. Hace varios meses, la diputada abandonó el bloque de La Libertad Avanza en el Congreso, para formar parte del sector de Coherencia, que luego abandonó para habilitar su ingreso a Provincias Unidas hace algunas semanas.
Desde que Arrieta asumió como diputada nacional por la provincia de Mendoza en diciembre de 2023, su gestión legislativa estuvo marcada por una serie de controversias que alimentaron distintos escándalos públicos y políticos en la agenda nacional. La representante, electa inicialmente dentro del mileismo, acumuló críticas y reproches tanto dentro como fuera del Congreso por su conducta, decisiones internas y alineamientos cambiantes.

De manera insólita, uno de los episodios que más repercutió mediáticamente fue su presencia en una reunión de comisión en la Cámara de Diputados con un patito de goma “kawaii” sobre la cabeza. Una moda viral de TikTok que miles de personas adoptaron como símbolo de optimismo, pero que en un contexto legislativo generó estupor y tono de burla en los medios. El gesto, que fue objeto de diversos cuestionamientos y críticas en redes, se instaló como un símbolo de la imagen poco ortodoxa de Arrieta en el Congreso.
Pero, por lejos, su carrera enfrentó un punto de inflexión con el escándalo por la visita, el 11 de julio del año pasado, a militares condenados por delitos de lesa humanidad en el penal federal de Ezeiza. Arrieta integró una comitiva de legisladores de La Libertad Avanza que se reunió con represores de la última dictadura, entre ellos Alfredo Astiz, lo que provocó un fuerte rechazo social y político por parte de organismos de derechos humanos y de sectores de la oposición. Inicialmente, la diputada intentó justificar su participación diciendo que no sabía quiénes eran los detenidos que visitó, aduciendo que nació en 1993, pero la polémica se profundizó cuando presentó una denuncia penal para que se investiguen los hechos, responsabilizando a diputados de su propia bancada.
Posterior a ese controvertido episodio, la crisis interna en su bloque se agravó cuando la misma Arrieta denunció por violencia de género a su colega Nicolás Mayoraz, tras una reunión de bloque en la que, según ella, fue increpada amenazantemente, un episodio que fue negado por la bancada libertaria. Por supuesto, la suma de estos conflictos terminó con su salida de LLA, anunciando su renuncia antes de que fueran a expulsarla. A partir de ahí, la mendocina conformó su monobloque denominado “Fuerzas del Cielo – Espacio Liberal”, buscando consolidar una supuesta identidad política independiente.

Lejos de terminar las controversias, el proceso de distanciamiento con el oficialismo continuó este año, cuando Arrieta se sumó a un grupo de legisladores que rompieron con la conducción de los hermanos Milei para conformar el nuevo bloque legislativo llamado “Coherencia”, junto con Marcela Pagano, Carlos D'Alessandro y Gerardo Gómez. Este espacio se definió como liberal y de centro derecha, con el objetivo de marcar distancia de las decisiones internas y cuestionamientos a la gestión del bloque original.
Más allá de ese cambio, la trayectoria política de la diputada siguió siendo inestable, hace unas semanas abandonó ese bloque para sumarse a Provincias Unidas, compartiendo bancada con figuras como Martín Lousteau y la ex gobernadora Gisela Scaglia, en lo que fue interpretado como otro cambio de espacio político en poco más de dos años en la Cámara baja. A lo largo de estos episodios, se da por descontado que Lourdes Arrieta continuará por su solitario derrotero en los distintos bloques que deseen albergarla.














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