Thursday 28 de March, 2024

POLíTICA | 07-09-2020 15:50

Lázaro Báez: entre la prisión domiciliaria y la condena

La Justicia ordenó su liberación, después de 4 años y medio de detención. Pero pronto habrá sentencia en la Ruta del Dinero K.

Nadie valora tanto la libertad como aquel que no la tiene. Por eso cuando la Justicia le bajó el monto de la fianza a Lázaro Báez, todo hacía presuponer que, luego de más de cuatro años detenido en prisión preventiva, volvería a su casa. No sucedió. El empresario K debió seguir esperando en su celda de Ezeiza, lejos de los lujos que había adquirido en sus años de poder, hasta este lunes 7 de septiembre. Finalmente el Tribunal Oral Federal 4 le concedió el arresto domiciliario que tanto añoraba.

¿Por qué Lázaro no salió antes, a pesar de que la única condición era que pagara la fianza? Los argumentos son varios.

Primero, la reactivación del juicio por la ruta del dinero K de manera remota, lo ponían muy cerca de la sentencia. De hecho, los abogados del dueño de Austral Construcciones ya terminaron sus alegatos y la Justicia espera que para noviembre ya pueda haber una resolución. Por ese motivo, y evaluando que podría llegar una eventual condena (entre la Fiscalía, la Oficina Anticorrupción, la Unidad de Información Financiera y la AFIP, pidieron entre 8 y 12 años de pena), era demasiado incordio poner tantos millones para tan poco tiempo.

Pero además, la fianza establecida por el TOF 4 lo había puesto frente a una realidad: ¿cómo justificaba Báez que tenía casi $ 400 millones para pagarla, si todos sus bienes deberían estar embargados? Porque no solo había que llegar al monto fijado, sino también demostrar que el origen de ese dinero es lícito y está en blanco.

Pero además, la fianza puso al ex empresario K de cara a lo más cruel del llano. Cuando uno cae en las malas, queda abandonado a su suerte. Es que el otrora opulento hombre de negocios no tiene ni un amigo que le pueda salir de garante. Desde el barro, Lázaro sabía que era imposible que alguien le dé una mano: nadie quería quedar manchado junto a él.

Acercamiento. Báez decidió no participar activamente del juicio por la ruta del dinero K. No se hace presente en las audiencias y deja todo en manos de sus abogados, aunque sigue de cerca el avance de la causa que se realiza de manera virtual, a través de Zoom.

En su alegato, brindado por sus asesores legales, por primera vez hizo referencia a sus hijos. En dos años de juicio nunca había tenido una palabra para ellos, pero en el final los despegó de los hechos de lavado de dinero que se le imputan. El gesto fue valorado por una familia que desde hacía tiempo solo tenía cortocircuitos.

Las amenazas mediáticas de su ex mujer, Norma Calismonte, de reclamar su parte de los bienes que habían quedado afuera del millonario embargo judicial, lo sorprendieron. A través de su abogado, su ex esposa reveló a NOTICIAS que el entorno de Báez recauda por mes una importante suma de dinero del alquiler de bienes muebles e inmuebles que se escaparon de la lupa de la Justicia. E indicó que iría a los tribunales para dirimir qué parte le correspondía a ella y a sus hijos de esa tajada.

El empresario decodificó el mensaje y desligó a su descendencia de los ilícitos. En los alegatos, sus abogados indicaron que “hubo una persecución contra sus hijos”. De Leandro, Melina y Luciana, aseguraron que “ni siquiera formaban parte de la apertura de las cuentas ni de la gestión empresarial”; mientras que de Martín (que está detenido junto a él en Ezeiza) sostuvieron que solo tenía el 5 por ciento de las acciones. “Lázaro tomaba las decisiones con sus colaboradores, nunca con sus hijos”, concluyeron.

Sálvese quien pueda. A esta altura del juicio por lavado de dinero, cada imputado intenta conseguir la mejor sentencia a título personal. El primero que salió de la banda y saltó de vereda fue el financista Leonardo Fariña, al que sus ex compañeros bautizaron “el testigo de la corona”. Ahora fue el turno del ex abogado del dueño de Austral Construcciones, Jorge Chueco, que sostuvo su inocencia “lisa y llana” porque “en ningún momento formó parte de una empresa de lavado de activos”. Para él, la fiscalía pide ocho años de prisión.

A la hora de los alegatos, los asesores legales de Báez decidieron atar su situación procesal a una operación política. “Todos lo sabemos, si Lázaro hubiera dicho algo a favor del anterior gobierno hoy no estaría preso”, aseguraron. La técnica no era mala: había funcionado para el resto de los ex presos K que hoy están afuera de las penitenciarías de Ezeiza y Marcos Paz. El ex dueño de Austral Construcciones no tuvo la misma suerte.

Como una paradoja, cuando Báez tuvo a mano la libertad, a tiro de una fianza, no pudo disfrutar del beneficio judicial que tanto había reclamado. Pero la Justicia le dio una mano, cuando ya había desistido. Es que la tormenta de la condena se avecina con fuerza y el hombre quería administrar sus recursos para los tiempos que vienen.

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Carlos Claá

Carlos Claá

Periodista político

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