Netflix divulgó los datos proyectados de audiencias para Lupin, y estiman que un mes después de su estreno, más de 70 millones de usuarios van a haber visto la serie protagonizada por Omar Sy, y basada en el libro del escritor francés Maurice Leblanc. Con esos números se ubica en el top 10 de lanzamientos más relevantes de la plataforma, junto a títulos que tuvieron un gran impacto en visualizaciones, como “Stranger Things”, “The Crown” o las más recientes “Gambito de Dama” y “Bridgerton”.
Lupin. En Lupin, los libros de Leblanc no son una adaptación literal, y funcionan más como un soporte para la trama, a la que le aportan temáticas. Assane Diop, el héroe de la serie, es hijo de un inmigrante senegalés que trabaja como chofer para una familia de millonarios. Cuando un collar que había pertenecido a María Antonieta desaparece de la casa de los Pellegrini, los empleadores de su padre, este se convierte en el principal sospechoso y va a la cárcel. La trama da un salto de 25 años y vemos como Assane logra robar del Louvre el collar -presuntamente recuperado por los dueños-, no para repetir la historia de su padre pero para probar su inocencia.
Con rasgos clásicos del género de detectives que ya funcionaron en títulos como “Sherlock” (la versión de la BBC), pero con una vuelta de tuerca visual a los Guy Ritchie (que llevó a la pantalla a Holmes en la piel de Robert Downey), y esa mística del ladrón de la saga “La Gran Estafa” de George Clooney, “Lupin” logró combinar la sazón para una propuesta entretenida. El ritmo de la serie es dinámico tanto a nivel visual como sonoro, y es una oferta que no tiene nada que envidiar a Hollywood. Y el formato de temporada corta (apenas 5 capítulos que dejan al espectador clamando por la segunda parte), también juega su rol para facilitar el consumo de la serie.
Por último, el factor racial que se presenta como un elemento central en el relato (recorre toda la historia en forma paralela), sirve para seducir audiencias que claman por ficciones con personajes más diversos e inclusivos.
Revolución. “Lupin” puede ostentar el lugar -por ahora-, de la serie francesa que más impacto logró en Netflix. Pero no es la única en plataformas de streaming, donde las producciones de ese país exploran diferentes géneros y ofrecen alternativas para un rango amplio de audiencias. El 2020 sin ir más lejos tuvo dos que que picaron alto. La primera de ellas es Recursos Inhumanos, protagonizada por el ex futbolista Éric Cantona, que encarna a Alain Delambre, un ex gerente de RRR.HH. que pierde su puesto, e imposibilitado de reintegrarse al mundo laboral (refleja muy bien el drama de quienes superan los 50 años y buscan desesperadamente trabajo), se enajena y decide atentar contra los que lo usaron.
También de 2020 es La Revolución, serie de terror que se sitúa en la previa de la Revolución Francesa: na enfermedad llamada “Sangre Azul” afecta a la aristocracia y los impulsa a matar plebeyos. La revolución surgirá justamente como una resistencia a esa matanza (del estilo “Orgullo, prejuicio y zombies”).
Un año antes, el 2019 había traído Marianne (solo tuvo ocho capítulos, pero alcanzaron para atraer hasta a Stephen King, que consideró que la ponderó) sobre una escritora que ve como las historias de terror que escribió se vuelven una realidad; y El Bazar de la Caridad, basada en un hecho real que sucedió en París en el año 1897, un incendio que se cobró la vida de muchas de las mujeres de la aristocracia.
Policiales. El género siempre tuvo buenas propuestas surgidas del cine francés. Y las series no son la excepción. Allí se anota La Mantis (2017), miniserie de seis capítulos que toma el nombre de una asesina que tras estar 25 años presa, ahora aporta su experiencia para encontrar a un imitador (al estilo “El Silencio de los Inocentes” y “Dragón Rojo”). También El bosque (2017), miniserie centrada en el asesinato de una mujer en un pueblo pequeño; y Glacé, del mismo año y también con seis episodios: dos eventos se cruzan, el hallazgo de un caballo sin cabeza en un teleférico y el inicio del tratamiento psiquiátrico de un asesino serial que lleva años preso. Y cierra ese rubro Le Chalet (2018), sobre un grupo de amigos que se reúnen en una villa en los Alpes franceses, pero ven como se derrumba el único puente del lugar, lo que los lleva a quedar aislados.
Finalmente, si de algo sabe Francia es de intrigas palaciegas. Versailles, producción franco-canadiense original de Canal+ debutó en 2015 con la chapa de ser la serie más ambiciosa de la televisión francesa. En 2016, Netflix estrenó Marsella, con Gérard Depardieu, ambientada en la ciudad mediterránea y con un argumento de thriller político que buscó ganarse a los televidentes de “House of Cards”. Pero la más exitosa en el rubro es sin duda Ten Percent, la comedia sobre una agencia de representantes que se pelea por una corte de actores célebres que hacen sus cameos, y que acaba de estrenar en el gigante del streaming su cuarta temporada.
por Ayelén Zabaleta
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