La Inteligencia Artificial (IA) ha estado presente en la vida cotidiana del ser humano desde hace ya varios años, sin embargo, las últimas innovaciones digitales basadas en esta tecnología han dejado por completo sorprendido a más de uno. La diferencia entre la inteligencia humana y la IA es que esta última está diseñada para analizar patrones y tomar decisiones basadas en datos recopilados.
“La IA está reemplazando algunos productos, procesos y resultados que antes eran realizados por seres humanos, es decir, estamos creando IA para que haga ciertos trabajos por nosotros. No obstante, la IA es nada más que una descripción de que esta no opera a través de un humano, pero fue creada por humanos y lo que hoy nos sorprende de estas aplicaciones es su capacidad de amplificar o profundizar las habilidades esenciales de las personas”, señaló Beatriz Arias, directora de CoEducation Consulting, empresa especializada en el desarrollo de talentos, transición en sistemas culturales, liderazgo y posicionamiento.
Desde hace tiempo que existen algoritmos de IA en muchas de las plataformas y en los servicios educativos que se utilizan habitualmente. Pero con la aparición del ChatGGP, además de estar abierta al uso masivo, el sistema de inteligencia ofrece una interacción con el usuario. Por supuesto, como en cualquier otra tecnología educativa, lo central es el marco del empleo dentro de un objetivo. Teniendo en cuenta que la inteligencia humana es la única capaz de articular eso en términos de estrategia pedagógica.
“En términos educativos, la primera tecnología educativa es la conversación que supone una interacción entre quien enseña y quien aprende. Entonces, hay una primera interacción que se presenta como aparentemente objetivizada por la tecnología”, explicó Arias y agregó: “Probando, jugando, equivocándonos y sabiendo cuál es el rol social y humano, es el factor para darle sentido a los outputs que la inteligencia artificial nos ofrece. Esos outputs no siempre son conocimiento nuevo. Y esto es porque la IA trabaja sobre datos e información preexistente que ha sido producida en otro momento. Recaba, busca, edita y entrega. Pero el conocimiento nuevo lo pone un humano. Ahí está el proceso de aprendizaje”.
Sin embargo, en la actualidad, también aparece la ética sobre la utilización relacionado con el plagio, el mashapeo de voces y la música. Para los especialistas, es fundamental poder asumir un rol ético del empleo de las tecnologías, porque existe la posibilidad que se abran huecos legales, referentes al copy right o los derechos de autor. Un caso reciente fue el proyecto musical AISIS, un álbum realizado enteramente con programas de IA emulando la agrupación británica de rock Oasis.
“Lo que hace la inteligencia artificial es sacarnos de nuestra zona de confort y obligarnos a dejar de hacer trabajos mecánicos para poder empezar a ocupar otros roles y hacer otro tipo de trabajos, en donde sí vamos a agregar un valor diferente. La inteligencia artificial nunca va a saber qué preguntar ni va a saber cómo me siento yo con las preguntas que me estás haciendo. Hay algo diferente que el ser humano puede hacer y un lugar que puede ocupar, que la inteligencia artificial le va a agregar valor el día que entendamos cuál es ese espacio para ocupar”, remarcó la referente de CoEducation Consulting.
Finalmente, desde Co Education concluyen que: “Definitivamente, el uso de la inteligencia artificial aplicando el aprendizaje profundo va a modificar la vida del ser humano, pero no menos que lo han hecho la imprenta, las máquinas o la energía nuclear. Va a ser parte del desafío de la humanidad que todos accedamos y obtengamos lo mejor de esta interacción”.
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