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SHOWBIZ | 27-11-2015 20:12

Cuatro de los films nacionales más resonantes de 2015 estuvieron basados en libros

Los negocios de la conversión y próximos estrenos. Del papel a la pantalla.

Personajes que crecen, nuevos ambientes que se crean, líneas argumentales que toman potencia o disminuyen su presencia, giros que vuelven a sorprender. De una novela editada como libro a una adaptación para cine hay un largo camino en el que escritores, guionistas, directores y productores reescriben el texto en la búsqueda de una nueva obra. Cuatro de los films de producción nacional más resonantes de este año estuvieron basados en libros.

Estrenada en enero, más de 380.000 personas vieron “Papeles en el viento”, novela de Eduardo Sacheri en su adaptación dirigida por Juan Taratuto. Le siguieron “El Patrón: radiografía de un crimen”, basado en el texto de Elías Neuman y dirigida por Sebastián Schindel fue vista por alrededor de 47.000 espectadores y “Tuya”, de Edgardo González Amer sobre el libro homónimo de Claudia Piñeiro, superó los 56.000 tickets cortados. “Abzurdah”, la historia autobiográfica, fue la segunda película más vista del año entre las argentinas, con 785.000 localidades: sólo fue superada por “El Clan” (basada en en el caso real del clan Puccio), que fue vista por más de 2 millones de personas, según cifras de Ultracine. Entre enero y septiembre, el cine nacional convocó a más de 5,5 millones de espectadores, por lo cual las ideas que surgieron del papel y se llevaron a la pantalla grande representaron el 14% de los tickets.

El próximo 3 de diciembre llegará a las salas otra novela convertida en película, “Kryptonita”, escrita por Leo Oyola y adaptada y dirigida por Nicanor Loreti. Y un escritor consagrado se prepara para hacer su debut en la pantalla grande, probablemente el próximo año: Jorge Fernández Díaz con su novela, “El Puñal”.

Negocio. Al igual que en el caso de las traducciones, la compra de los derechos de autor de una novela se realiza con la editorial que sacó al mercado el título. El primer contacto del productor o director con el material puede darse a partir de una charla con el autor o mediante un acercamiento a la editorial que lo publicó. La distribución de las ganancias por esa venta de derechos varía según el contrato de edición: el reparto suele ser 75% y 25% o 65% y 35% para el autor y el sello, respectivamente, según quien haya recibido la propuesta para hacer el film. Si se llega a un acuerdo entre las partes, reciben una seña para reservar el material: el pago de las primeras cuotas dará indicios de si el proyecto avanzará o no, ya que si no se consiguió financiación es probable que quede en stand by.

“Una novela siempre es la primera versión de un guión de película. Hay mucho trabajo de estructura, concepción, desarrollo de personajes. Pero luego son fórmulas narrativas muy distintas. Las formas en las que se construyen las metáforas en la literatura y el cine son diferentes. Una película tiene una concreción diferente, un tiempo y espacio limitado. Para hacer un buen film, en cierto punto tenés que traicionar a la novela”, cuenta a NOTICIAS Axel Kuschevatzky, director de Telefónica Studios y productor asociado de la ganadora del Oscar “El secreto de sus ojos”, filmada en base al libro “La pregunta de sus ojos” de Eduardo Sacheri.

Kuschevatzky trabajó en varios proyectos audiovisuales basados en libros, como “Metegol” (a partir de un cuento de Fontanarrosa), “Papeles en el viento”, “Abzurdah” y la española “Extinction”. El productor asegura que esos proyectos le llegaron con los libros elegidos y sus derechos comprados, y que, inclusive, él intenta no leer la novela antes de hacer el film. “Las películas basadas en best sellers se trabajan en un marco de expectativas, porque ya tienen una base de fans que te piden no fidelidad de letra pero sí del espíritu. ¡Te planteás cuánto le metiste los cuernos al original! Está ese riesgo asumido, pero está claro que la película no debería ser la novela. El desafío está en entender que son géneros primos, no hermanos”, asegura el productor.

Lo que viene. Autora de best sellers, Claudia Piñeiro ya vio tres de sus libros en la pantalla grande (“Las viudas de los jueves”, “Betibú” y “Tuya”) y en este momento el director Nicolás Gil Lavedra trabaja en el guión de la cuarta, “Las grietas de Jara”. La escritora elige vender los derechos de sus textos pero no involucrarse en la reescritura: “Prefiero contar siempre historias diferentes. Adaptar, por ejemplo para cine, es contar otra vez lo mismo”, cuenta la escritora y dramaturga, quien tiene en su casa la primera versión del guión del próximo film para leer: “Se trata de una cuestión cordial, me lo muestran para ver qué opino, pero no es que lo corrijo”, explica. “Tengo mucho desprendimiento con mis libros, creo que otro puede escribir ese guión mejor que yo. Así como cada lector termina de armar el texto en su cabeza, con la película pasa lo mismo: es una nueva lectura de lo que escribiste, sólo que como está en imágenes se ve más. Lo que espero cuando la veo en el cine es sorprenderme con un buen trabajo”, asegura a esta revista la autora, que ya recibió algunos contactos por los derechos de “Una suerte pequeña”, su título más reciente. En algunos casos como el de “Las viudas de los jueves”, de Piñeiro, y “Abzurdah” (Latini), y años después de su primera impresión, los libros recuperan su dominio en el ranking de ventas tras el estreno en el cine.

Autor consagrado, con más de 10 libros publicados, a Jorge Fernández Díaz le llegará pronto el momento de ver una de sus creaciones en una sala de cine: “El puñal”, editada este año, despertó el interés de Alex Kahanoff de Pampa Films y del director Enrique Piñeyro, quienes se acercaron al periodista para expresarle su interés y a comienzos del año próximo comenzarán el rodaje. Fernández Díaz vendió los derechos del libro a esa dupla, y luego el proyecto fue adquirido por la prestigiosa productora “K&S films”, por lo que tomó una magnitud aún mayor. “Ver a tipos de esa experiencia enamorados de la novela fue hermoso. La tienen destripada, la conocen más que yo mismo”, asegura Fernández Díaz a NOTICIAS sobre el libro que él mismo define como “un thriller sobre el lado gangsteril de la política, cruzada por una historia de pasión”. El periodista y escritor pidió no leer el guión: “No quiero. Me da la impresión de que no debo meterme en un guión cinematográfico, prefiero entregarlo. Será la obra de otra persona, que tiene que manipular. Lo que les pedí es que no vulneren al personaje central, un héroe infame que si está mal graduado puede parecer un killer psicopático o un James Bond de los países emergentes”, cuenta sobre su única intromisión. “Para quienes intentamos vender nuestros libros en el exterior es muy bueno que se haga una película”, asegura. El escritor había recibido propuestas para filmar “La logia de Cádiz”, pero hacerla requería un presupuesto muy alto, y después supo de siete directores o productores de Estados Unidos, España y Argentina que querían comprar los derechos de “Mamá, una historia íntima”, pero declinó las ofertas ya que su madre –sobre quien versa el texto– no quería que se hiciera aquel film.

Emergentes. No sólo los títulos de escritores famosos o con una larga trayectoria despiertan el interés del mundo del cine. Durante el Festival Internacional de Mar del Plata se estrenó “Kryptonita”, la versión cinematográfica del libro homónimo de Leo Oyola que estará en las salas desde el próximo 3 de diciembre. “A los cuatro meses de publicada la novela me vino a ver el director. Algunos colegas me aconsejaron correrme del trabajo de adaptación del guión, para no sufrir tanto con la poda de partes. Pero en la película está el espíritu del libro”, cuenta Oyola, que había recibido el interés de realizadores españoles por otros de sus textos, “Chamame” y “Gólgota”, que fueron editados allí pero luego no transitaron el camino del rodaje. “No es que te vas a hacer rico por vender los derechos, pero si te sirve para poder seguir escribiendo”, dice el escritor.

El actor Gonzalo Heredia también se interesó por el mundo de las adaptaciones del papel al cine, y encaró proyectos propios: primero adquirió los derechos de “Un publicista en apuros”, emprendimiento que no se terminó de concretar, y ahora trabaja con “Ladrilleros”, de Selva Almada, texto que lo cautivó como lector. “Es una historia que me gustaría contar como productor artístico. Yo no tengo una aspiración económica en esto, no es que abro un maxiquiosco para cobrar un sueldo. Lo hago por puro placer, es una exploración que me apasiona”, dice sobre el nuevo camino que emprendió.

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por Daniela Rossi

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