★★★ La verdad, la verdad... no era necesaria una tercera película sobre Bridget Jones. Pero tampoco es necesario el alfajor, digamos, y uno lo come. Esta vez, entrada en la cuarentena y separada, la señorita Jones queda embarazada y no está segura de quién es el padre: si su constante peor-es-nada interpretado por Colin Firth o el apuesto recién llegado que juega Patrick Dempsey. El tono irónico del personaje se mantiene, la mirada menos que glamorosa sobre lo que implica ser mujer en este mundo, también; y los intercambios con los dos partenaires funcionan porque Zellweger es una muy buena comediante. Eso es el dulce de leche del alfajor. La masa, sin embargo, es un poco insulsa, a veces carente de timing. Y la cobertura, esa moralina maternal que termina imperando, es un poco desabrida. Pero si uno tiene ganas de una golosina, cumple dignamente.
por Leonardo D’Espósito
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