Saturday 23 de November, 2024

POLíTICA | 19-04-2017 11:15

Macri cree que ganarán por la política y no la economía

"Es preferible que nos lleven puestos", afirma el Presidente. El Gobierno no tiene plan B y va al todo o nada en octubre. ¿Y si falla?

Mauricio Macri disfrutó la carrera hacia la Presidencia mucho más que Daniel Scioli. Básicamente porque era el único de los dos que concebía su felicidad futura tanto en la victoria como en la derrota.

Confesaba ante los más íntimos que si el destino no lo depositaba en la Casa Rosada su vida sería plena. Podría disfrutar finalmente y sin condicionamientos del oasis hogareño con Juliana y su pequeña hija Antonia. Volver a viajar sin tener que dar explicaciones y duplicar las horas de golf, bridge, fútbol y paddle semanales.

Estaba tan convencido de su premisa que alguna vez llegó a decirlo en uno de esos retiros espirituales con su gabinete ampliado. Ese día recibió un sagaz consejo de quien más le marcaba el ritmo para conseguir el objetivo final: “Mucha de esta gente se juega la vida por vos, trabaja a destajo al todo o nada, no está bueno que les cuentes que para vos ganar o perder es más o menos lo mismo porque ellos son los que te van a ir a buscar los votos puerta a puerta. Y para ellos no es lo mismo. Muchos de ellos, si vos no ganás, se quedan sin laburo de la noche a la mañana…”.

Tener plan B para su historia política y personal le valió hace un año y medio el máximo premio al que puede aspirar un político argentino. Dieciocho meses después, en inglés y sin red, el presidente Macri reconoció que “no hay un plan B” para la economía argentina. Y en los días siguientes fue en privado aún más allá. Exultante, más convencido que nunca y dispuesto a jugarse al todo o nada, Macri ya digirió que la economía no será su tabla de salvación en octubre. No hay segundo semestre ni brotes verdes en su horizonte real. Se conforma con que no se dispare la inflación y por eso pelea pero sostiene la política monetaria de Federico Sturzenegger en el Banco Central mientras todos lo critican. Del plan volverá a hablar después de las elecciones. Por ahora pretende que, al menos, nada lo perturbe.

Su apuesta será la política. Al todo o nada. Enamorándose cada día más de sus decisiones más temerarias. Como la de desalojar la Carpa Docente del Congreso el domingo a la noche cuando todos titubeaban. “No vinimos a pasar desapercibidos, es preferible que nos lleven puestos”, dijo el lunes a sus colaboradores.

El Presidente camina hacia esta elección convencido de que gana. No hay plan B (¿hay plan A?) para la economía pero tampoco hay plan B para la política.

por Nancy Pazos

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