El 7 de junio se conmemoró el día del periodista en nuestro país. En ese contexto el arzobispo de La Plata monseñor Aguer, histórico adversario del Papa Francisco, brindó consejos para un correcto desarrollo del periodismo en tiempos de grieta.
En su columna en el programa “Claves para un mundo mejor”, Aguer calificó al periodismo como una profesión que debe reflexionar sobre “la responsabilidad de remitirse siempre y sólo a la verdad”. El prelado destacó a Nelson Castro y Eduardo Feinmann: ”Dos periodistas extraordinarios, muy bien preparados, que hacen las preguntas que conviene hacer y dejan hablar y responder al entrevistado”.
En cuanto a las falencias actuales de la profesión desde su mirada como referente de la Iglesia Católica opinó, “¿Qué cosas creo que pueden faltar? Permítanme enumerar algunas de las cosas necesarias que faltan: a muchos periodistas les falta amor a la verdad, a la exactitud de lo que transmiten, como cuando se trata de comunicar la opinión o los dichos de alguien, lo que siempre hay que hacer con objetividad, con respeto”.
Criticó duramente a diario Perfil por difundir sus afirmaciones sobre el origen de la pedofilia y los femicidios. Recordó que el diario escribió, “el siempre polémico prelado platense, quien a principio de año había dicho que la pedofilia y los femicidios son culpa del divorcio”. En ese contexto argumentó: “¡Yo nunca dije semejante cosa! ¡Jamás dije eso! Lo que sí habré dicho, y lo sostengo, es que la destrucción de la familia tiene mucho que ver con el femicidio y con la pedofilia”. Y agregó: “Hay periodistas que no tienen conciencia de la responsabilidad enorme que la profesión periodística adquirió en la sociedad contemporánea”.
Finalmente, consideró que que el periodismo en este tiempo marca un camino fundamental, “sobre todo en momentos en los que debemos trabajar por la concordia y por la paz social, no podemos estar echando leña al fuego sólo para dar la última noticia y hacerla más espectacular”.
Aguer cumplirá 75 años en el 2018 y deberá dejar su renuncia a disposición del Papa Francisco, según lo indican las normas canónicas.
por Florencia García
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