Una estatua dorada de Harvey Weinstein, el productor, cuya compañía está a punto de entrar en bancarrota y va a ser vendida por unos 500 millones de dólares tras las recurrentes denuncias por acoso y abuso sexual recibidas en los últimos meses, revoluciona la previa de los Oscar.
Aparecida hace unos días en Hollywood Boulevard justo frente a la estrella de Elvis Presley, en un lugar cercano al mítico Dolby Theatre donde este domingo se llevará a cabo la tradicional gala de los Premios de la Academia, la figura de oro muestra a Weinstein sentado en un sofá, vistiendo una bata de baño ligeramente abierta y sosteniendo un Oscar en su mano derecha a la altura de su pubis.
Una obra que, con cartel incluído, hace una referencia a la cadencia del productor por el "Casting Couch", las "audiciones de sofá", es decir al acoso al que sometió a varias actrices de Hollywood valiéndose de su posición de poder en la industria.
Los artistas callejeros Plastic Jesus y Joshua 'Ginger' Monroe colaboraron en la creación de la escultura. Monroe ya fue noticia hace un par de años cuando se atribuyó la autoría de la estatua de un Donald Trump desnudo que apareció en varias ciudades de Estados Unidos en 2016.
Weinstein, desterrado de la industria, es el principal responsable de la gesta #MeToo (Yo También), que causa un impacto global en el mundo, visibilizando los reclamos femeninos por igualdad, y el rechazo al acoso y la violencia de género.
Tras recibir múltiples acusaciones por parte de actrices como Rose McGowan, Ashley Judd, Angelina Jolie, Sarah Polley, Lena Headey o Cara Delevingne, el que fuera uno de los hombre más poderos de Hollywood alegó una patología relacionada con su irrefrenable apetito sexual e ingresó en uno de los centros de rehabilitación más prestigiosos de Arizona.
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