Ya no juega sus partidas de bridge ni sale de su casona de Barrio Parque. Franco, el jefe del clan Macri, pasa por un delicado estado de salud. Tras los problemas coronarios y una fractura de cadera sufrida en febrero, los 88 años del empresario le pasan factura. Días atrás les envió un mensaje de audio a sus amigos.
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“Pronto me voy a recuperar y voy a estar con ustedes”, les avisó con evidentes complicaciones en el habla. “Está senil”, dicen en el entorno presidencial. “De hecho, pocas veces al día está lúcido”, completan.
Franco recibe la visita de Mauricio, Juliana y Antonia al menos una vez por semana. Y para que haya movimiento, todos los martes sus amigos se siguen juntando en su casa para jugar al bridge sin él, que está postrado en la cama.
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