La cumbre del G20 estuvo signada por traspiés, bloopers y perlitas de la más variada especie.
El primero tuvo lugar el miércoles 28. Un hombre circulaba en su viejo Ford Falcon por la avenida del Libertador cuando el auto se le descompuso justo frente a una ultra custodiada Embajada de Arabia Saudita que albergaba en su primera noche al cuestionado príncipe Mohammed bin Salman. En un primer momento, invadió la tensión entre los uniformados, quienes sospecharon del conductor que estuvo al menos una media hora intentando arreglar el vehículo a los martillazos. Pero había sido realmente un problema mecánico.
Un poco de menos suerte fue la que tuvo el presidente francés, Emmanuel Macron, al arribar al aeropuerto de Ezeiza. El mandatario bajó del avión junto a su mujer Brigitte y, por una supuesta falla en el protocolo, la vicepresidenta Gabriela Michetti no llegó a tiempo para recibirlos. En cambio, los primeros argentinos en saludarlo fueron dos empleados del aeropuerto, uno de ellos con el clásico chaleco amarillo, pero que en Francia tomó una connotación negativa para el gobierno por estar asociada a las protestas por el alza de los precios de los carburantes. El episodio, por supuesto, derivó en cientos de memes en las redes sociales, en las que también se burlaron del francés rústico de Michetti.
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La desprolijidad en la bienvenida a Macron, según Michetti: "Teníamos que esperar que nos dijeran '¡Ahora!' para ir a la alfombra roja a recibirlos. Estaba todo cronometrado, en teoría. Pero cuando nos dijeron 'ahora' ya se estaban metiendo en el auto" pic.twitter.com/sXmm4M2SkG
— TN - Todo Noticias (@todonoticias) November 29, 2018
El mandatario que sí fue recibido con bombos y platillos, literalmente, fue el presidente chino Xi Jinping. Aunque con un error de cálculo. Una banda del Regimiento de Patricios lo aguardaba a los costados de la alfombra roja en la bajada del avión. El problema se dio cuando al abrirse la puerta de la aeronave, la banda comenzó a tocar creyendo que el hombre que se asomaba era el mandatario y en realidad era un funcionario de su comitiva. Un claro ejemplo de que a veces "menos es más".
No fue el único líder asiático que sufrió un percance con la organización. El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-In, quedó atrapado en el despliegue de seguridad que debía custodiarlo. Por eso, mientras se trasladaba por la Avenida 9 de julio, se vio encerrado entre las cientos de vallas y fue la misma comitiva surcoreana la que le tuvo que abrir el paso.
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Me hacen llegar un ultimo aporte por hoy: los Coreanos tuvieron que correr ellos mismos las vallas para poder pasar. Acá por casa es igual cuando arman los corsos en carnaval, pero en vez de seguridad privada yo la hago bajar a mi hija. pic.twitter.com/06YERkxR2M
— Mariano (@ciclonboedo) November 30, 2018
Pero quien dio la nota de color en las últimas horas, fiel a su estilo, fue el presidente norteamericano, Donald Trump. Primero protagonizó una perlita al seguir de largo cuando debía sacarse una foto junto a Mauricio Macri, lo que derivó en que el mandatario argentino se sintiera confundido y diera vueltas en el escenario. Más tarde, en una conferencia de prensa junto a Macri, Trump se sintió algo incómodo con su traductor y tiró el aurícular al piso. Luego aclaró, dirigiéndose a Macri: "Creo que le entendí mejor en su idioma que en la interpretación".
A Trump no le gustó nada la traducción simultánea y terminó tirando el dispositivo al suelo y quejándose: "Le entendí mejor en su idioma que en mi 'interpretación'" pic.twitter.com/HMdadxwMeR
— TN - Todo Noticias (@todonoticias) November 30, 2018
Aún quedan más de 24 horas para que termine el G20, y por qué no, para que se de alguna perlita más.
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