Las manecillas del reloj del Centro Cívico dictan las 20:30, pero el sol apenas empezó a caer en el horizonte. Es un viernes de diciembre con 28 grados y por la calle Mitre, un desfile de gente en shorts, vestidos y con bronceados para la envidia, emprende la vuelta a sus respectivos hoteles. Algunos regresan de Playa Bonita. Otros del ritual del mate en la rambla, con el agua turquesa del Nahuel Huapi como telón de fondo. La imagen podría ser una digna postal de cualquier ciudad costera. Sin embargo, la belleza de las retamas en flor da la señal de que se trata de la Patagonia argentina, más precisamente, de que empezó la temporada de verano en San Carlos de Bariloche.
Con 15.400 visitas en 2018, la ciudad rionegrina se posiciona como la que más creció en turismo receptivo en lo que va del año. Y la temporada estival no será la excepción. Lejos de la Bariloche de los Centros de sky y los egresados extasiados en su viaje de fin de curso, el verano es una excelente oportunidad para conocer paisajes de ensueño entre lagos y bosques; animarse a las excursiones que eleven las endorfinas; relajarse en sus tranquilas playas y dejarse seducir por su exquisita gastronomía.
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Deportes y descanso. Como Capital Nacional del turismo de aventura, se puede realizar kayak de travesía, escalada y mountain bike. Además de la flotada en el Río Limay, una de las actividades más populares. En la “flotada”, se navega en una balsa durante una hora, para observar distintas formaciones rocosas como el famoso Anfiteatro y Las Mellizas. La travesía termina con una picada o merienda en “El Mangrullo”, un refugio a orillas del río elegido por el mismísimo Mauricio Macri, luego de su recorrida por San Martín de los Andes. El precio de la excursión más la consumición es 30 dólares por persona.
Para aquellos que prefieran estar con los pies en la tierra, durante enero, una cabalgata con almuerzo incluido rondará los 1900 pesos; un paseo por Circuito Chico, 600 pesos; y el ascenso al Cerro Catedral estará a 590.
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También hay múltiples opciones para los que eligen relax y playa en la montaña; como la tradicional Playa Bonita, en el kilómetro siete de la avenida Bustillo; Bahía Serena, en el kilómetro 12, con arena y un ambiente más familiar; y Villa Tacul, una playa rodeada de bosque, ideal para practicar buceo en Circuito Chico, kilómetro 29, detrás del hotel “Llao Llao”.
Servicios. Por su agua de montaña, la gastronomía de Bariloche es ideal para los amantes del buen comer y beber. Desde el minuto uno, es una misión casi imposible no dejarse tentar por sus decenas de chocolaterías. Además de las clásicas como “El Turista”; “Rapa Nui”; y “Mamushka”, se le suman otras más boutique como “Chocolaterie VanWynsberghe”, donde se puede realizar un “chocolate-tasting” muy divertido, ya que incluye una cata de chocolates a ciegas. A la hora del almuerzo o la cena, uno de los platos que no puede dejar de probarse es la trucha. Además del tradicional cordero patagónico y el ciervo. Se pueden encontrar excelentes versiones en restaurantes como el histórico “El Patacón”, por donde pasaron personalidades como Bill Clinton a fines de los ‘90, o “Las Morillas”.
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Una de las industrias que más ha crecido en los últimos años en Bariloche es la cervecera. Gracias a un territorio amigable para el cultivo del lúpulo y el agua de montaña, esta bebida adquiere en la zona un sabor inigualable. Ese es el caso de “Patagonia” y su microcervecería en el kilómetro 24.7, con vista al lago Moreno y la Cordillera de fondo. El “Berlina Tap Room” también resulta lúdico, ya que se puede visitar su fábrica y probar algunas de sus 18 canillas. Tomarse una pinta y comerse una hamburguesa de cordero cuesta unos 350 pesos.
Si bien los precios de Bariloche han aumentado entre un 20 y un 25% en relación al año anterior, los empresarios de la ciudad apuestan a que será una temporada exitosa. “Definitivamente creemos que Bariloche será una de las ciudades más elegidas del verano 2019”, aseguró a NOTICIAS Diego Piquín, Director Ejecutivo del EMPROTUR Bariloche. De hecho, la primera semana de enero cuenta con una ocupación hotelera del 80%. Los valores para un hostel rondan los 500 pesos la noche; una cabaña para 4 pasajeros arranca en los 3000; un hotel 3 estrellas desde los 2500 y uno de 4 desde los 3000.
En la ciudad, además, remarcan ciertos beneficios como que la nafta cuesta un 20% más barata que en el resto del país; la exención del IVA para los turistas extranjeros y la gran cantidad de vuelos hacia y desde la ciudad. Este verano Bariloche tendrá más de 130 vuelos semanales y estará conectado por seis compañías: Aerolíneas, Latam, Flybondi, Norwegian, LASA y Andes. Con valores para todos los bolsillos y conectividad, ya no hay excusas para no visitar Bariloche y vivir el encanto de la Patagonia argentina.
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