No hay dudas que se trata de un intento de golpe de Estado contra Nicolás Maduro. Las movilizaciones del 23 de Enero en respaldo a Maduro fueron masivas y son contundentes. Demuestran que el pueblo venezolano, o al menos una gran parte, está dispuesto a combatir cualquier intervención extranjera.
Maduro es el presidente legítimo de Venezuela, elegido con el 67,8 % de los votos válidos emitidos en la elección de mayo de 2018. A Guaidó no lo votó nadie para presidente de Venezuela, ni siquiera se presentó en esas elecciones donde sí se presentaron otros candidatos opositores.
(Leer también: Crisis institucional en Venezuela: dos bandos en combate)
A Maduro lo reconocen la mayoría de los poderes del Estado Venezolano: el Tribunal Electoral, el Tribunal Superior de Justicia y la Asamblea Nacional Constituyente. Cuenta a su vez con el respaldo de la fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Es falso que el mundo rechaza a Maduro, el gobierno de EE.UU. no es el mundo. China, el país más poblado del mundo, respeta la elección del pueblo venezolano, Rusia también. Y desarrolla una colaboración activa en el plano político económico y militar para disuadir la posibilidad de una invasión de EE.UU.
(Leer también: Por presión de Maduro, diplomáticos estadounidenses se retiran de Venezuela)
El intento de que la OEA reconozca como representación de Venezuela a un enviado de la Asamblea Nacional Legislativa, solamente reunió 16 votos sobre 35: menos de los que habían reunido para tratar de desconocer a Maduro y reconocer a Guaidó.
Mauricio Macri debería seguir el ejemplo de México, que es la posición mayoritaria a nivel internacional, y rechazar la intervención en asuntos internos de otros estados.
por Juan Marino
Comentarios