Luana Volnovich sigue recibiendo felicitaciones de sus conocidos, luego de haber quedado en el segundo puesto de la lista de diputados de la Provincia de Buenos Aires, detrás de Sergio Massa. Pero su designación dejó demasiados heridos dentro del kirchnerismo.
En tres años y medio de gobierno PRO, la joven de La Cámpora fue la dirigente K que más se benefició. Pasó de estar en el puesto 12 en la lista de diputados de 2015, al 2 en 2019. Relegó al mismísimo Máximo Kirchner, principal armador del espacio; y a “Wado” de Pedro, quien encabezó la lista en la anterior elección presidencial.
Muchos consideraron que la diputada de 39 años no tenía los pergaminos suficientes para quedar como primera de los suyos, a pesar de haber sido funcionaria en el Ministerio de Educación y estar terminando su primer mandato en la Cámara baja. Incluso ya evalúan que, una vez que aseguren las bancas en el Congreso, podría haber un centenar de motivos que alejen al líder del Frente Renovador del bloque para armar el suyo propio. En ese eventual escenario, Volnovich podría liderar el espacio K.
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Títulos. Desde su sorpresiva designación, nació en el kirchnerismo herido un nuevo apodo para Luana. Un dirigente del núcleo duro se lo dice a NOTICIAS: Volnovich es “la princesita”, un título nobiliario al que habría accedido por su cercanía con el príncipe de La Cámpora, Máximo Kirchner.
Sin embargo, el rumor de que son novios (dado por cierto -sin aportar pruebas- por gente de su entorno y por periodistas de TV como Paulo Vilouta y Carola Gil), fue desmentido por los protagonistas en varias ocasiones. “Hace años que nos conocemos, somos amigos y compañeros, pero no tenemos ninguna relación”, le decía Luana a NOTICIAS en 2018. Esta vez prefirió no contestar.
La diputada, que buscará renovar su banca, se puso bajo el ala de Cristina muchos años atrás. Fue en 2011, cuando su pareja de entonces, el economista Iván Heyn, se suicidó de manera involuntaria en medio de un viaje oficial a Uruguay. El subsecretario de Comercio Exterior era uno de los preferidos de la ex presidenta. El otro, Axel Kicillof. Por eso despertó una tristeza profunda en CFK, quien invitó a Luana a la Quinta de Olivos para consolarla. Desde allí, entablaron una fuerte relación
Pero entre sus compañeros, la cosa no le sería fácil. Antes de ser “la princesita”, algunos en La Cámpora la criticaban por su “falta de calle”. Por eso, revela una ex camporista, en 2014 la mandaron a hacer campaña a Berazategui. “Para que te curtas”, le señalaron. Luana fue, caminó el partido del conurbano y volvió a Capital siendo diputada.
Luego de Heyn, Volnovich fue pareja de uno de los kirchneristas más polémicos: el legislador bonaerense Jorge Romero, con quien tiene una hija. El “Loco”, como lo apodan, recibió denuncias por acoso sexual. Nunca nadie de Unidad Ciudadana se expidió sobre el asunto.
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Mucho más rápida de reflejos estuvo Volnovich con la tapa de NOTICIAS de “Los Cristinos”, del 13 de junio, donde una Cristina empoderada amamantaba a Alberto Fernández y Massa. Un fotomontaje hecho sobre un cuadro de Leonardo Da Vinci. Luana fue una de las diputadas K que firmaron la presentación en la Cámara de Diputados asegurando que era “una ilustración sexista que agravia y denigra a la persona de la ex presidenta”. Y completaba que era “un despreciable y abusivo empleo de la libertad de expresión”.
Familia. Luana nació en el exilio. Fue en Brasil, en 1979. El año anterior su padre, Jorge, se había ido de Argentina perseguido por la dictadura. Volverían a radicarse en el país en 1989, cuando Raúl Alfonsín le dejaba el sillón de Rivadavia a Carlos Menem.
Su papá influyó en su actividad de militancia, que comenzó en la UBA, en plena crisis de 2001. Médico y psicoanalista de niños, Jorge se convirtió en una eminencia en violencia y abuso sexual en la infancia. Es docente, tiene varios libros publicados y es el fundador de dos centros de estudios. Además, le transfirió su amor por el peronismo.
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Hoy, su hija despertó varios resquemores en el movimiento. Aunque el candidato a presidente, Alberto Fernández, asegura no haber renegado por el armado de las listas, en las que no pudo meter candidatos. Entendió cómo era el juego y explicó: “Tengo la tranquilidad de que el gobierno lo voy a armar yo. Es lo único que me preocupa como presidente”. Está convencido de que ni Cristina, ni La Cámpora se meterían en la elección de su Gabinete. Está por verse.
En el peronismo aseguran que hasta las 20 del sábado 22, cuatro horas antes del cierre de listas, la diputada Cristina Álvarez Rodríguez creía que era la segunda en la lista. Poco después se enteraría de que había quedado relegada al cuarto lugar. No contaba con Luana.
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