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CIENCIA | 22-12-2019 09:55

Alerta pirotecnia: lo que hay que saber en estas fiestas

Por Stella Maris Cuevas*- Los fuegos artificiales sonoros afectan a personas y animales. También al medio ambiente. Qué producen en cada caso.

Llegan las fiestas de fin de año y, junto con ellas, la necesidad de recordar la importancia de un uso adecuado de los fuegos artificiales y de la pirotecnia. Para muchas personas son una costumbre y pueden ser sinónimo de alegría, divertimento y placer, pero para otras se asocian con sufrimiento. Tampoco quedan afuera, en estas fechas los animales domésticos, callejeros o salvajes.

La pirotecnia es percibida con casi todos nuestros sentidos. Aunque es hermoso ver el espectáculo que nos brindan en el cielo, en ocasiones pueden causar lesiones oculares, desde quemaduras hasta pérdida de un ojo. Los fuegos artificiales tienen sustancias químicas (como el perclorato, el litio y el aluminio) que se pueden oler y que pueden causar irritación e intolerancia, que se manifiestan con dolor de cabeza. 

El uso de la pirotecnia puede causar también daño auditivo: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud  (OMS) los sonidos que superan los 70 decibeles son considerados molestos, mientras que aquellos que están por encima de los 90 decibeles están calificados como dañinos. El organismo establece como “deseable” un máximo de 50 decibeles, y recomienda no estar expuestos a más de 55 decibeles durante la noche, ya que puede dañar la salud. Una bomba de estruendo llega a los 190 decibeles y un mortero... hasta 145 decibeles. Las secuelas auditivas de tal nivel de exposición pueden ir desde un leve zumbido permanente hasta la pérdida de la audición total e irreversible. Uni o bilateral.

El sentido del tacto también interviene en la manipulación de estos productos. Si esta no es correcta y segura, los fuegos artificiales pueden causar quemaduras y otras lesiones en las manos y los brazos y, aunque no sea muy conocido, reacciones alérgicas.

Además, hay personas que son especialmente sensibles a los estruendos de la pirotecnia. Un niño o una niña que tenga una Condición del Espectro Autista (CEA) pueden pasar un verdadero infierno, debido a la hipersensibilidad de uno o más de sus sentidos (visual, auditivo, olfativo, gusto y percepción de las texturas). Una muy alta sensibilidad auditiva (hiperacusia) hace que los ruidos lleguen incluso a dole. Un persona con CEA puede percibir los estruendos como una verdadera catástrofe y estresarse a punto de sufrir.

Es tan fuerte la conmoción que genera la pirotecnia en estas personas, que los desorganiza. Se incrementa el nivel de cortisol en sangre, lo que los pone tensos y con conductas estereotipadas y repetitivas. Pueden presentar conductas irascibles, crisis de llanto y episodios de autoagresión. Por eso, y para evitar mayores riesgos, se aconseja el uso de tapones de silicona en el conducto auditivo externo y cerrar las puertas y ventanas poner música. 

Los adultos mayores y en especial aquellos que padecen algún tipo de demencia también pueden alterarse con los ruidos demasiado fuertes y presentar crisis nerviosas (con llanto, palpitaciones y agitación) e inconductas que pueden tener consecuencias muy peligrosas.

También están los animales. Los efectos de la pirotecnia en estos casos son diversos, de diferente intensidad y gravedad, porque los animales poseen un aparato auditivo mucho más desarrollado que el de los seres humanos. No solo las mascotas son perjudicadas sino también aquellos animales que viven en las calles y en campos.

En el caso de los domésticos, pueden presentar agitación, palpitaciones, temblores, náuseas, falta de aire y mucha sed. El temor que sienten con los ruidos puede hacer que quieran escaparse y al huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse. Los gatos en particular suelen correr detrás de los explosivos, por curiosidad ingiriendo restos de estos productos usados y sufrir algún tipo de intoxicación. Los caballos también se agitan de tal manera que, muchas veces, al querer huir, se lesionan con los alambrados. Las aves pueden, en su intento de escape, chocar contra los vidrios de puertas y ventanas y sufrir lesiones, e incluso morir. 

Si hasta el medio ambiente sufre. Los fuegos de artificio pueden ser una de las principales causas de incendios forestales. Además, estos productos se fabrican con sustancias tóxicas, que luego de la explosión se concentran en las aguas más próximas y en el suelo, causando gran contaminación. 

En resumen, y teniendo en cuenta los riesgos que la pirotecnia sonora implica para las personas, los animales y el medio ambiente, lo recomendable es evitar el uso de  fuegos artificiales sonoros, y recurrir a sus versiones lumínicas. El festejo podrá ser bello visualmente hablando, y menos agresivo.

Por Stella Maris Cuevas*
*Presidenta Asoc. de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires,  AOCBA.

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