El año 2023 fue, en gran medida, el año de la Inteligencia Artificial (IA) y sus aplicaciones en la vida cotidiana de quienes pueden acceder a ella. Y eso es algo en lo que coinciden las dos principales revistas científicas con referato del mundo: Science y Nature, que dieron a conocer sus análisis respecto de la producción científica, médica y tecnológica en el año que acaba de terminar. Y también qué líneas de investigación y desarrollo serán las más potentes en este recién estrenado 2024.
El auge de ChatGPT tuvo un profundo efecto en diversas actividades, desde el estudio hasta la creación de contenidos (con todo lo debatible y riesgoso que es esto último), hasta el quehacer científico. Se espera que a finales de este 2024 su creador (la empresa OpenAI que tiene sede en San Francisco, Estados Unidos) lance GPT-5, la próxima generación del modelo de IA que sustenta el chatbot. Pero los científicos también están a la espera del lanzamiento de Gemini, el competidor GPT-4 de Google.
De acuerdo con Nature, este año que recién comienza también llegará una nueva versión de la herramienta de inteligencia artificial AlphaFold de Google DeepMind, que los investigadores ya utilizaron para visualizar y analizar las formas 3D de proteínas. “La IA será capaz de modelar interacciones entre proteínas, ácidos nucleicos y otras moléculas con precisión atómica, lo que podría abrir nuevas posibilidades en el diseño y descubrimiento de fármacos”, aseguran.
Pero la IA no es ingenua ni inocente, por el simple hecho de que en sus orígenes hay seres humanos. De manera que las regulaciones no se harán esperar: el Órgano Asesor de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Inteligencia Artificial compartirá su informe final a mediados de 2024, estableciendo directrices para la regulación internacional de la IA.
Diabetes y obesidad
Para Science el protagonista científico del año fueron los “agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón”: resumiendo, los nuevos medicamentos que fueron aprobados tanto por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos como por otras agencias regulatorias de medicamentos y alimentos para tratar primero la diabetes tipo 2 y luego la obesidad. “El péptido 1 similar al glucagón, o GLP-1 para abreviar, a menudo se denomina hormona intestinal, pero en última instancia afecta a órganos de todo el cuerpo, desde el estómago hasta el cerebro. Al principio de la investigación de la hormona quedó claro que desempeña un papel importante en la regulación del azúcar en la sangre, lo que condujo a medicamentos para la diabetes que imitan sus efectos activando el receptor GLP-1. Estos medicamentos han pasado a denominarse agonistas del receptor de GLP-1”, resume Couzin-Frankel desde Science.
El boom de estos fármacos se debe a que, además, los médicos notaron que las personas que eran tratados con ellos también perdían peso. Así fue como en el año 2014, la FDA aprobó al primero de ellos. Pero no fue sino hasta el desarrollo de una versión cuyo tratamiento es semanal en lugar de diario, que los agonistas del receptor GLP-1 tuvieron éxito como medicamentos para bajar de peso.
“Estas nuevas terapias están remodelando no sólo cómo se trata la obesidad, sino también cómo se entiende: como una enfermedad crónica con raíces biológicas, no como una simple falta de fuerza de voluntad”, afirma Couzin-Frankel. Los ensayos clínicos sugieren que los agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón mejoran la salud cardíaca y la enfermedad renal en personas con obesidad o diabetes, y también se están probando en otras afecciones, incluida la adicción a las drogas.
Pero es imprescindible tener mucha precaución para no convertir a estos medicamentos en drogas “curalotodo”. Y es que tal es el boom que están siendo utilizados no sólo por personas diabéticas u obesas, sino también por personajes de toda índole que quieren, simplemente, bajar de peso. Tal es así que a mediados de 2023 hubo faltante de remedios para quienes los necesitan por cuestiones de salud específicamente: los usuarios “por estética” habían arrasado con los stocks en varios países. Y, como es de esperar, contribuido a aumentar su precio.
Inmunoterapias y Alzheimer
Enero del 2023 marcó el comienzo de una nueva era para el tratamiento de esta enfermedad, cuando la FDA dio luz verde al lecanemab, el segundo anticuerpo dirigido al β-amiloide que obtuvo dicha aprobación tras la controvertida aprobación del aducanumab. Se cree que la aprobación de otro, donanemab, se producirá pronto. Estos dos anticuerpos más nuevos demostraron sus méritos en ensayos clínicos, aunque de forma modesta, y ralentizaron la pérdida de cognición entre un 27% y un 35%. Así las cosas, están lejos de ser una cura y conllevan riesgos graves. En particular, la inflamación y hemorragia del cerebro; en casos raros, estos efectos secundarios fueron fatales.
Además, como señalan Todd Golde y Allan Levey en Perspective for Science, “una debilidad evidente de muchos de estos ensayos fue la falta de diversidad racial entre los participantes”. De hecho, quedan muchas preguntas, entre ellas si los tratamientos pueden realmente retrasar la aparición de los síntomas, y no sólo frenar su progresión.
Malaria y mosquitos
Durante el 2023 se llevó a cabo y con buenos resultados no sólo un gran ensayo de la primera vacuna contra la malaria, sino que un ensayo de otra vacuna más barata también arrojó datos más que alentadores, al punto de ganarse el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Qué esperar en 2024? El Programa Mundial de Mosquitos comenzará a producir insectos capaces de librarse de transmitir enfermedades en una fábrica en Brasil a partir de una cepa bacteriana que les impide funcionar como vectores de virus patógenos. De esta manera, creen los especialistas, se podrían proteger hasta 70 millones de personas de enfermedades como el dengue y el zika.La organización sin fines de lucro producirá hasta cinco mil millones de mosquitos infectados con bacterias al año durante la próxima década.
La Luna y más allá
Por primera vez desde la década de 1970, la NASA lanzará una misión lunar tripulada en noviembre de este año. Artemis II transportará a cuatro astronautas (tres hombres y una mujer) a bordo de la nave espacial Orion para un sobrevuelo de diez días alrededor del satélite natural de la Tierra. El objetivo es que Artemis II siente las bases para la posterior misión Artemis III, que llevará a la primera mujer y al próximo hombre a la Luna. China también se está preparando para lanzar su misión de devolución de muestras lunares Chang'e-6 en 2024. Si tiene éxito, la misión será la primera en recolectar muestras de la cara oculta de la Luna.
Las misiones para explorar lunas en el Sistema Solar exterior incluyen la nave Clipper de la NASA, que partirá hacia Europa, la luna de Júpiter, en octubre. Su objetivo es determinar si el océano subterráneo podría albergar vida. La misión japonesa Martian Moons eXploration (MMX), prevista para 2024, visitará las lunas de Marte, Fobos y Deimos. Aterrizará en Fobos y recogerá muestras de la superficie para regresar a la Tierra en 2029.
Crisis climática
Varios estudios de este año indican que la circulación global invertida (una enorme “bomba de carbono” que ayuda al océano a capturar un tercio de las emisiones anuales de la humanidad) se está desacelerando. En la segunda mitad de 2024, la Corte Internacional de Justicia de La Haya podría emitir una opinión sobre las obligaciones legales de las naciones para combatir el cambio climático.
Por otro lado, este año terminarán las negociaciones para el tratado de plásticos de la ONU, que busca establecer un acuerdo internacional vinculante para eliminar la contaminación plástica. Desde la década de 1950, el mundo ha producido 10 mil millones de toneladas de plástico, de las cuales más de 7 mil millones de toneladas son ahora desechos, gran parte de los cuales contaminan los océanos y dañan la vida silvestre.
Supercomputadoras
Las computadoras a exaescala, que pueden realizar quintillones (un billón de billones) de operaciones matemáticas por segundo llegaron en 2023. Ya permitieron perfeccionar pronósticos meteorológicos y diseñar nuevos materiales. Este año un grupo de científicos comenzará a utilizar Júpiter, la primera super computadora a exaescala de Europa. Los investigadores utilizarán la máquina para crear modelos de "gemelos digitales" del corazón y el cerebro humanos con fines médicos y para ejecutar simulaciones de alta resolución del clima de la Tierra.
Investigadores de Estados Unidos instalarán dos máquinas a exaescala en 2024: Aurora en el Laboratorio Nacional Argonne en Lemont, Illinois, y El Capitan en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en California. Los científicos utilizarán Aurora para crear mapas de los circuitos neuronales del cerebro y El Capitán para simular los efectos de las explosiones de armas nucleares.
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