Cuando Vladimir Putin anunció el 12 de agosto que Rusia había aprobado dentro del país la primer vacuna contra el coronavirus pandémico no solo sorprendió a las principales potencias, sino que despertó controversias y preocupación en científicos y organismos mundiales de salud. ¿Por qué? Porque no se han mostrado hasta el momento informes científicos acerca de pruebas sobre miles de personas, que es lo que las normas indican es necesario para aprobar el uso de una vacuna.
Ahora los rusos vuelven a sorprender, tras afirmar que tiene en desarrollo una segunda vacuna que "evita los efectos secundarios de la primera". La nueva versión fue bautizada con un nombre con menos capital simbólico que la primera. Se llama EpiVacCorona, fue probada sobre 57 personas que estuvieron hospitalizadas durante 23 días y, siempre según la versión del organismo de regulación en tema de medicamentos de Rusia, no produjos efectos adversos.
"Todos los vacunados se encuentran bien. Hasta la fecha, la primera vacuna se administró a 57 voluntarios, mientras que 43 recibieron un placebo", informó Rospotrebnadzor, el Servicio Federal Ruso de Vigilancia de la Protección de los Derechos del Consumidor y el Bienestar Humano.
El objetivo de la nueva vacuna es producir una respuesta inmune después de dos inyecciones administradas con 14 a 21 días de diferencia. Y lo que más sorprendió es que Tatyana Golikova, ministra de Salud, aseguró que esperan aprobarla a fines de setiembre y principios de octubre, y empezar a producirla en noviembre.
Los ensayos clínicos fueron desarrollados por el Instituto de Virología y Biotecnología Vektor, ubicado en Siberia.
Por otro lado, también hay novedades en torno de la Sputnik V, la vacuna que en los registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) continúa en fase I. RDIF, fondo soberano de inversión de Rusia, asegura que comienza la fase final de los ensayos clínicos, con la participación de 40.000 personas. Además, anunció que se realizarán pruebas similares en otros cinco países.
por RN
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