TRES ESTRELLAS
Un gato se hace amigo de un ratón, ambos recalan por casualidad en el Museo del Hermitage de San Petersburgo; allí hay otros gatos que protegen las pinturas. El ratón es aficionado a comer pinturas, justamente, y está por llegar prestada la Gioconda.
En realidad, contar el esquema narrativo es mucho más complejo que la película en sí, una fantasía de “animalitos” bastante simplona y que no provee más que un ratito de cuento.
Lo que nos lleva a dos problemas: el primero, la estandarización perezosa de la animación por computadoras, que no otorga aquí ningún elemento que diferencie este film de cualquier otro. El segundo, la idea vieja de que los chicos quieren ver animalitos.
Aún cuando no aburre -si uno se deja llevar más o menos por lo que pasa-, es un poco enojoso que todo sea tan esquemático.
Galería de imágenes
Comentarios