También existen películas que deciden tratarnos mal, vaya uno a saber por qué. Una noche..., con esos tres puntitos insidiosos (y feos) en el título es de esas.
Narra el imaginario encuentro entre cuatro íconos de la cultura negra (Malcolm X, Cassius Clay poco antes de ser Muhammad Alí, el cantante Sam Cooke, el deportista y luego actor Jim Brown) en una habitación de hotel. Se discuten cosas: si Clay va a convertirse o no al Islam, si Sam Cooke es un traidor a los negros por cantar para los blancos, etcétera.
Pero el problema no es el tema, sino la forma. ¿Se acuerdan de “Conversaciones”, ese programa de TV donde se reunían a hablar frente al público Einstein, Descartes, Cleopatra, Lutero y la tía Chola frente a Steve Allen? Bueno, eso pero más violento, más unidireccional, más subrayado, más pueril.
En algún momento, la charla parece derivar al thriller de misterio (¿Se convertirá o no Clay? Bueno, ya sabemos que sí, pero cómo), pero no pasa nada. Una exposición de lugares comunes sin relieve, y en cierto modo (negros aparte del mundo es la hipótesis) racista.
Calificación: **
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