****De a poco, lentamente, la música en vivo está volviendo a sonar en la ciudad de Buenos Aires. En cuanto se aprobó el protocolo para las actividades escénicas, el Centro Cultural Kirchner fue la primera institución oficial en anunciar el ansiado regreso de los conciertos con público en su sede.
Quienes asistieron a esa reapertura debieron cumplir con cada una de las medidas de cuidado implementadas: reserva de entradas online, declaración jurada a través de la aplicación Cuidar, toma de temperatura e higienización de manos al ingresar, acceso y egreso por tandas, distancia entre personas en el interior del auditorio, uso permanente de tapabocas. En esta “nueva normalidad”, la ocupación de la gran sala sinfónica se ha restringido al 30%, en sintonía con los protocolos aplicados en todos los países que han podido reanudar la actividad de las artes escénicas en estos tiempos de pandemia.
Cuatro artistas subieron a escena para brindar una hora de música sin pausas. Matías Sagreras tuvo a su cargo el momento de mayor impacto en el inicio del concierto, al hacer sonar el majestuoso órgano Klais opus 1912. Su interpretación de la Tocata y fuga en re menor de Bach resultó tan emotiva como estremecedora. Luego llegó el expresivo canto de Nadia Larcher, junto al pianista Andrés Beeuwsaert, en una pequeña selección de temas propios, de Spinetta y de Hilda Herrera. El cierre estuvo en manos de Horacio Lavandera, que desplegó virtuosismo y sensibilidad en dos clásicos de Piazzolla, “Adiós Nonino” y “Libertango”. La última obra del programa fue el Himno Nacional, en una versión pianística que permitió apreciar detalles y matices con la magnífica ejecución de Lavandera.
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