Fue el sueño de los más tímidos: aquellos que siempre quisieron comprar algún juguete sexual pero les daba vergüenza ingresar a un sex shop encontraron en la cuarentena y el auge de las compras online su mejor aliado. Con bolsas discretas que no alterarían a ningún vecino del contenido, recibían en la puerta de sus casas aquello con lo que venían fantaseando hace rato. Y así, la venta de este tipo de productos, que ya llevaba una década de crecimiento sostenido, se disparó en plena pandemia. “Nuestras ventas subieron un 40%”, gráfica Mariana Rincón, encargada de local de Buttman (@buttman_sexshop), el sex shop más grande del país, que no solo vende a particulares sino que además abastece a otros locales y a pequeños emprendedores web.
Las mujeres arriba
Otro número que da cuenta del cambio en el hábito de consumo es que mientras antes el 80% se vendía en el local, hoy la cifra está cerca de invertirse: se vende un 70% por web y un 30% presencial. Y si debieran catalogarse los compradores, el número se replica: son un 70% mujeres y 30% hombres. “Compramos más nosotras, sea para uso personal o para nuestras parejas. De hecho, los hombres que entran generalmente vienen a comprar para sus mujeres o para usar con ellas”, apunta Rincón, que además imparte información sobre el tema en @juguetologa.ar. El dato tiene sentido considerando que alrededor del 75% de los productos están destinados a mujeres. Como también lo tiene saber que el juguete que causa mayor sensación en los últimos tiempos es un “succionador de clítoris”. Entre los muchísimos modelos que tienen esta función, hay uno que llama la atención: un pingüinito con la boca abierta. Desde Buttman también destacan el “Satisfyer”, un producto tan masivo que en el mundo hay incluso mujeres que se lo han tatuado. Su gran logro es que en lugar de succionar funciona con la presión de ondas de aire, una tecnología novedosa que ofrece distintos niveles de intensidad, permitiendo llegar al orgasmo más rápidamente. “La elección de un juguete es algo muy particular; hay personas más y menos sensibles, algunas que quizás ya han utilizado algunos productos y necesitan algo más fuerte”, detalla Rincón. Otra novedad de este rubro es la incorporación de silicona 100% pura, sin químicos e hipoalergénica.
La categoría que también se mantiene firme es la de vibradores, que incorporó innovaciones varias. “Los más elegidos son los de tipo 'rabbit' o 'conejito', que estimulan la zona G y clítoris a la vez. También mini vibradores, muy elegidos por las personas que quieren experimentar por primera vez. Nuestra estrella es la #SantaBalita”, cuenta Patricia Barúa, cocreadora de Buenos Aires Sex Shop (@buenosaires.sexshop), un local que en pandemia migró a lo virtual con gran éxito. Otros elegidos son los huevos vibradores a control remoto y los anillos peneanos.
Y si hablamos de innovaciones, no se puede pasar por alto la gran revolución de estos tiempos: los juguetes con apps para manejarse desde largas distancias. “Si tu pareja está en otra provincia o país y, por ejemplo, por las restricciones de la pandemia no pueden verse, igual pueden seguir jugando juntos y haciendo sexting gracias a estos dispositivos”, ilustra Barúa. Esto funciona con los mismos modelos antes mencionados pero con tecnología más avanzada, que permite personalizar los dispositivos, el tipo de vibración y la forma de conexión. También ha cambiado la forma de recarga: de las clásicas pilas de reloj, AA o AAA se pasó a cargadores USB.
Mayor libertad
Como se dijo, los tímidos están de fiesta con el reinado de la compra online. Porque no solo la entrega es discreta, sino que también las consultas son anónimas y pueden ser mucho más exhaustivas. Asimismo, durante la cuarentena más estricta se notó un crecimiento del interés por los contenidos sexuales en redes. “Y de la mejor forma: hay muchas cuentas con profesionales que ayudan a tratar temas no tan habituales, por no decir casi prohibidos, brindando ESI (Educación Sexual Integral), y eso repercute también en nuestro trabajo y en el interés de las personas por los juguetes sexuales”, razonan desde Buenos Aires Sex Shop. Para Patricio Gómez Di Leva, psicólogo y sexólogo, que de hecho cumple esta función desde su cuenta de Instagram @respuestasexual, el envío a domicilio de compras de forma privada tranquilizó a muchos y fomentó el shopping de este tipo de productos. Sin embargo, él lamenta la pérdida de la vivencia presencial. “Ir al sex shop implica romper ciertos miedos y prejuicios y es una experiencia muy positiva en sí misma, más allá de lo que se compre”, destaca.
Y a pesar de que las grandes compradoras sean las mujeres y, en general, el uso sea individual, el especialista también sostiene que son cada vez más las parejas que incorporan elementos a sus encuentros sexuales. “Hay juguetes diseñados para parejas específicamente que suman mucho, como anillos peneanos con estimulador de clítoris o succionadores que también tienen estimulador de punto G y permiten la penetración”, detalla. “Nuestros clientes buscan sorprender a sus parejas, generar un momento distinto para romper con la rutina y, sobre todo, autoconocerse”, agregan desde Buenos Aires Sex Shop. Y desde Buttman suman otro dato relevante: mientras antes la franja de 18 a 25 años compraba sobre todo lencería y disfraces, hoy los juguetes se llevan con total libertad desde los 20 en adelante.
Si se les pide un top 5 de los más vendidos, en Buttman rankean en primer lugar a los estimuladores de clítoris, luego a los vibradores de doble estimulación (vaginal y clitorial), a los plugs anales, a los juguetes con control remoto o manejables por apps y a los anillos peneanos. La amplitud de precios es asombrosa: hay desde productos por $ 150 a $ 454.000, que es lo que puede llegar a valer una muñeca realista, totalmente articulada, con detalles como dispositivos de calentamiento con USB en sus genitales o variedad de pelucas.
Y en lo que hace a tendencias en cuanto a prácticas, desde los espacios consultados coinciden en que hay un auge en el intercambio de roles, conocido también como “pegging”, donde la mujer es quien penetra al hombre con un juguete sexual. “Esta última práctica avanza con fuerza, ya que los hombres tienen la próstata, su punto máximo de placer, dentro del ano, y la única forma de llegar es penetrando con los dedos o con un juguete”, explica Barúa. Sobre todo se animan y consultan las nuevas generaciones, con una cabeza más abierta para probar cosas que antes hubieran sido inmediatamente catalogadas como de otra orientación sexual. Otra tendencia en alza es el BDSM (Bondage, Disciplina, Sumisión, Sadismo y Masoquismo). “Desde ’50 sombras de Grey’ en adelante todo lo que tiene que ver con esposas, ataduras, látigos, fustas, arneses de cama o puerta, etc. se vendió muchísimo y se puso muy de moda”, detalla Rincón. Los medios acercaron el contenido y la cuarentena potenció las ganas. Hoy subir el nivel del disfrute está a solo un click.
Los preferidos
Son los juguetes que tienen más demanda, tanto en la compra presencial como online. A diferencia de los materiales del pasado, en la actualidad son hipoalergénicos y con un diseño estético.
-
Estimuladores de clítoris: succionadores y por presión de ondas de aire.
-
Vibradores de doble estimulación, vaginal y clitorial, de silicona.
-
Plugs anales. Están realizados con distintos diseños y materiales.
-
Juguetes con control remoto o manejables por apps.
-
Anillos peneanos. También dan estímulo a otros puntos erógenos.
Comentarios