Durante años, el divorcio fue un territorio hostil, dominado por disputas judiciales interminables, negociaciones traumáticas y abogados dispuestos a inflamar el conflicto. Y aunque por desgracia esta sigue siendo una postal común (el caso Wanda Nara – Mauro Icardi es ser el mejor ejemplo), también hay asomos de cambio. En un clima social que reclama vínculos más sanos, surgió un nuevo modelo de asesoría que busca transformar la separación en un proceso planificado y sin guerra. Las asesoras son abogadas, muchas con fuerte presencia en redes, que ofrecen contención emocional, guía financiera y estrategias legales para que las mujeres puedan divorciarse con la mayor tranquilidad posible.
Una pionera local
Helena Estrada no solo creó el concepto de "divorce planner" en Argentina: le puso nombre, estructura y una voz empática a un fenómeno que hasta ahora no existía de manera organizada. Abogada y autora de libros como "Dueña de tu dinero" (El Ateneo) y "El viaje de la heroína" (Vergara), lleva más de 15 años trabajando por el empoderamiento económico de las mujeres. “A lo largo de estos años, acompañé -de forma informal- a muchas mujeres durante su proceso de divorcio. Es un momento crítico en el que deben tomar decisiones legales, económicas, impositivas y emocionales en simultáneo, en un estado de gran vulnerabilidad”, relata. Entendió que la problemática se repetía una y otra vez y así nació Tu Divorce Planner (@tudivorceplanner), una herramienta para ayudarlas a transitar el proceso desde el inicio, "ofreciéndoles un plan de acción que funcione como guía en el camino hacia un acuerdo razonable y justo”.
El feedback fue inmediato. “Sobre todo por parte de mujeres que ya atravesaron el proceso. Lo que más me dicen es: ‘¡Qué bien me hubiera venido esto en su momento!’. Coincido con ellas. Hay una primera etapa en la que el dolor, el shock y el duelo son tan fuertes que cuesta ponerse en acción. Pero superado ese primer impacto (o cuando las circunstancias lo exigen), contar con un mapa que ordene y dé seguridad es fundamental”, apunta.
Aclara que no es un servicio legal para un caso puntual, sino una etapa previa. Incluye ejercicios y tareas para que la mujer llegue a la negociación con muchos temas definidos, con un equipo propio y con un plan claro de acción. Y cree tanto en el producto que da garantía del 100%. "Si no resulta útil, devuelvo lo abonado. Mi objetivo es ayudarlas de verdad”, promete.

De lo legal a lo cotidiano
En esta misma línea de acercar el mundo jurídico a la vida real, hace seis años la abogada Majo Carricaburu creó la cuenta @tuderechosimple. “Veía que las personas llegaban al estudio llenas de incertidumbre y miedo. Necesitábamos un espacio más cálido, donde traducir lo legal a lo cotidiano”, cuenta. Y lo que empezó como un canal para explicar cuestiones técnicas se transformó en un ida y vuelta humano: “Las personas se sienten identificadas, me escriben para contarme sus historias. Ese feedback me confirmó que estaba en el camino correcto”, sostiene.
Al hablar de divorcio, enseguida detectó especial avidez: “Muchas personas consultan buscando libertad personal, pero antes quieren ordenar lo emocional, revisar los tiempos, los hijos. Incluso mujeres que todavía no decidieron separarse, pero quieren informarse. Me parece un signo enorme de valentía y madurez”, afirma. Además, advierte que muchas sienten culpa o temor de iniciar el proceso. "Saber más y comprender sus opciones no obliga a tomar una decisión inmediata, pero permite hacerlo con menos miedo y más claridad”, explica. Tener información desde el comienzo ayuda a evitar conflictos innecesarios, reduce la ansiedad y permite construir acuerdos más sostenibles, incluso en vínculos complejos. “Acompañar un divorcio no es solo redactar un acuerdo, es acompañar una transición de vida”, resume.
Siguiendo este camino de convertir lo jurídico en un lenguaje humano y cercano, Analía Raña Sá abrió su cuenta @asesoratesiempre en la primera semana de confinamiento de 2020. Abogada especializada en derecho de las familias y docente universitaria, buscó aportar información clara en medio del caos: “Muchos padres y madres no sabían cómo manejarse con el régimen de comunicación con sus hijos. Había gran desinformación”, cuenta. La repercusión la sorprendió, incluso la empezaron a seguir colegas que valoraban un espacio de divulgación cercano, sin tecnicismos.
Y aunque su cuenta no es específicamente de divorcios, cada vez que toca el tema encuentra gran eco. "Aún genera mucha incertidumbre, miedo y culpa, especialmente en las mujeres. Hay una necesidad real de saber cómo abordarlo , qué pasa con los hijos, con los bienes, con lo emocional y con lo patrimonial", describe. Y relata que asesorarse temprano baja la angustia y la conflictividad, ya que es una forma de cuidarse y cuidar los vínculos, especialmente si hay hijos. "Hay batallas que se pueden ganar en tribunales pero, mal asesorados, se pierden en lo familiar”, advierte. Por eso, lo primero que la especialista le diría a una mujer que piensa en separarse es que no está sola y que tiene derechos. "Es clave no apurarse, pero sí asesorarse siempre”, resume.
Un cambio de mirada
“El divorcio no es una derrota, es una decisión”, apunta Yanina Persoglia, del Estudio Persoglia y a cargo de la cuenta @persogliaabogados. “Hoy muchas mujeres buscan atravesar el proceso con autonomía y sin culpas, pero lo que más escucho no siempre son preguntas legales, sino angustias: ‘¿Estoy haciendo bien?’, ‘¿Cómo sigo después de esto?’. Por eso, es fundamental asesorarse: ordena la emoción, baja la ansiedad y permite tomar decisiones más respetuosas, incluso en el desacuerdo”, se extiende la especialista.
Desde su expertise, subraya que el divorcio implica revisar de dónde surge la decisión: ¿desde el enojo o desde un deseo genuino de cambio y cuidado propio? Esto es fundamental, porque lo que muchas veces continúa después de la ruptura es el ejercicio de la parentalidad compartida. “Cuanto más claro está eso desde el principio, mejor para todas las partes. Y ahí es donde lo legal, lo emocional y lo práctico se encuentran para ayudar a reescribir la historia de cada una con conciencia y cuidado”, sintetiza.
Así, de la mano de ciertas especialistas, el divorcio deja de ser solo un final para convertirse en un proceso mucho más humano y cuidado.
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