Como parte de los festejos del 23 aniversario del nacimiento del Museo Malba de Buenos Aires, se inauguró uno de los proyectos más importantes de la institución: Malba Puertos. Se trata de un nuevo espacio de exhibición, en el partido de Escobar, que mantendrá una agenda diferenciada de actividades y programas.
El flamante museo, gratuito y de entrada libre, está ubicado dentro de Puertos, un desarrollo inmobiliario de la constructora de Eduardo Costantini, Consultatio, iniciado hace casi dos décadas, que apuesta a convertirse en una ciudad para 70.000 personas (hoy viven allí 5000). A solo 4 km. de la Panamericana (kilómetro 45 del ramal Escobar) el Museo será una de las principales atracciones culturales de la zona.
El edificio, instalado en el centro neurálgico del pueblo, frente al lago central, tiene la forma de una estructura de aire y luz que se integra perfectamente con el paisaje circundante. El Estudio Herreros de España estuvo al frente del proyecto con el apoyo de Torrado Arquitectos. Bulla se encargó del paisajismo y Flora Estudio, del diseño del mobiliario. El conjunto tiene 5500 m2, entre espacios cerrados y jardines circundantes y requirió una inversión de alrededor de 12 millones de dólares.
“Malba Puertos nace del deseo de ampliar el impacto cultural y social del Museo en nuevas audiencias. También de la necesidad de albergar nuevas formas de expresión y exhibición, acordes al museo del siglo XXI, en el que las disciplinas y formatos son cada vez más híbridos e interdisciplinarios y donde el visitante es un participante activo”, explicó Eduardo Costantini al presentar Malba Puertos.
También destacó que en su ejecución y montaje participaron durante varios años cientos de personas (arquitectos, desarrolladores, personal de Malba y de Puertos) y más de 60 artistas vivos, los creadores contemporáneos que serán el alma y el motor del proyecto artístico del nuevo museo.
La coordinación general del espacio estará en manos de Eleonora Jaureguiberry, ex Secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro. Su tarea será generar los lazos con la comunidad para que la institución se inserte vitalmente en la zona en que está emplazada.
Lo que hay que ver
Capitalizando la excelente experiencia internacional en materia de creación de museos y centros culturales en zonas que no contaban con este tipo de ofertas, Malba Puertos seguramente (como en otras partes del mundo) será el motor de una actividad social y comercial diversa (desde la construcción hasta la gastronomía) impulsada por el empuje de la cultura.
Dividida en dos zonas diferenciadas, dentro y fuera de los límites del museo, la nueva institución propone un programa ideal para pasarla bien por muchas horas. A las muestras temporarias en las tres salas internas, se suman en el edificio una tienda y una cafetería-restaurante con vista privilegiada al lago. El lugar esta a cargo del chef Alejandro Féraud, responsable en Buenos Aires de Alo’s, con la compañía de la chocolatería Las Romeas. Todo el espacio que rodea al museo se constituye, además, en una plaza amplia y cómoda para pasar la tarde, leer, reunirse o solo mirar el cielo.
El entorno natural es parte esencial de este proyecto, que extiende la exhibición a cada uno de los rincones de la ciudad, incluso a la reserva de 6 kilómetros sobre el Río Luján, que se encuentra en los límites del pueblo. La visita de las salas se puede combinar con una larga caminata para recorrer la muestra permanente a cielo abierto, que reúne la obra de 23 artistas.
Este recorrido, llamado “Circuito de Arte Público”, está dividido en tres zonas. La primera está organizada alrededor de las principales vías de comunicación del pueblo. La segunda interviene toda la costa del lago central. Y la tercera se interna en la reserva natural. Irina Kirchuk, Pablo Accinelli, Florencia Almirón, Daniel Basso, Diego Bianchi, Daniel Joglar e Irene Kopelman son algunos de los autores de las esculturas “site-specífic” en exhibición.
“Podemos empezar a cualquier hora del día, podemos ir en pijama si se nos antoja, el recorrido lo decidiremos en el momento, según lo que nos dicte la intuición o la pereza”, propone la crítica y narradora María Gainza en “Paseos no obligatorios”, una suerte de catálogo literario que escribió para acompañar cada una de las obras del circuito público. Para leer sus textos, hay que descargarlos en el teléfono desde el QR que se encuentra en el emplazamiento de cada trabajo.
Contemplación
Las esculturas del artista tucumano Gabriel Chaile, que Costantini adquiriera en Venecia en 2022, son piezas fundamentales del nuevo museo; no solo porque estarán allí en forma permanente, sino también porque fueron uno de los motores de la concreción del proyecto. En esta primera exhibición, entablarán un diálogo con la obra textil de Claudia Alarcón y el colectivo de tejedoras wichis, Silät, y sus piezas de hilado de chaguar. Los enormes totems de arcilla de Chaile llevan los nombres de los miembros de su familia y trazan junto a los hilados un paisaje de tonos tierra que remiten a las tradiciones más antiguas de nuestro territorio.
También de la naturaleza se nutre la segunda muestra, basada en otra obra monumental que estará emplazada en forma permanente en Malba Puertos. Se trata de la instalación “Argentina (paisajes), 2009-13” del dúo Mondongo, integrado por Juliana Laffitte y Manuel Mendanha, que está compuesta por 12 paneles gigantes. El conjunto retrata la experiencia de la pareja en un bosque de Entre Ríos y su mirada sobre las variaciones de muerte y resurrección del paisaje. La curadora Alejandra Aguado combinó la obra de Mondongo con los mínimos cuadros de Luis Ouvrard, un artista rosarino que murió en 1988, autor de sutiles naturalezas muertas que replican la quietud de las frutas y las flores vivas.
La tercera muestra tiene lugar a pocos pasos de la puerta del museo, en las llamadas “Salas del bosque”, al aire libre. Allí se exhibe “Mueble escultura”, un proyecto que se cuestiona el límite entre funcionalidad y estética y que convocó a importantes artistas y arquitectos para realizar obras que exploraran esa frontera.
Pioneros
Dando el puntapié inicial en Argentina a una tendencia que hace furor en el mundo, Malba Puertos presenta aquí su Reserva Técnica, un espacio de depósito de las colecciones de Malba central y la personal de Costantini. Las piezas que no están colgadas o las que esperan su traslado a otras instituciones del mundo estarán almacenadas en este espacio.
Y los depósitos de los museos siempre esconden maravillas. En este caso, la idea es mostrarlas parcialmente a partir del diálogo con importantes artistas. En la exhibición inaugural, Amadeo Azar eligió obras de Alejandra Seeber, Jorge Gumier Maier, Magdalena Jitrik y Liliana Maresca (entre otros) para dialogar con sus acuarelas, inpiradas en el entorno natural de la zona. “Si el fin del mundo humano ya ocurrió, ellas parecen haber sobrevivido en todo su esplendor”, escribe la artista Leticia Obeid, sobre la muestra.
Con la naturaleza como principal motivo, el nuevo Malba propone una experiencia integral de aire, luz y color, para vivir un momento de conexión con el arte, muy lejos del ruido y de la confusión de la ciudad.
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