(CUATRO ESTRELLAS)
Puede pensarse (puro prejuicio) que las películas de Eisenstein, el gran realizador y teórico soviético, son aburridas. O que como se las ha señalado como “obras maestras”, pertenecen al campo del estudio y nada más.
Pues bien, vean esta épica narración de la lucha medieval entre alemanes y rusos (bueno, vean la fecha de rodaje, también) y lo que Eisenstein logra con momentos de pura acción, vibrante y vertiginosa. La música de Prokofiev especialmente compuesta para la película ayuda mucho y, en sus mejores momentos (que son mucho) vemos que Hollywood es mucho más un espíritu universal, la encarnación del puro pensar en movimiento(s) que algo atado a
una nacionalidad.
Hay mucho para disfrutar en esta película notable, aún cuando su héroe es tan positivo e infalible como un Rambo de otrora (Eisenstein pensaba en masas y en sujetos revolucionarios o épicos, no en personas individuales con compleja psicología). Sí, es divertida, basta de prejuicios.
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