**** Esta película tuvo estreno comercial en la Argentina pero nadie le prestó demasiada atención, lo que demuestra el estado de las cosas. La historia gira alrededor de un padre y un hijo. El hijo, adicto a las drogas; el padre, con la intención de rescatarlo. Pero lejos del melodrama desmelenado, la película opta por un registro mucho más realista e íntimo del asunto, sin subrayar sordideces ni eludir las aristas más problemáticas de lo que narra. Los dos actores principales hacen lo más difícil que un intérprete puede realizar: parecer personas a las que podemos cruzar por la calle y, aún así, mostrarnos qué tienen de extraordinario. Ese medio tono, que nunca cae en lo forzado, es el más importante de los atributos de esta película que, en otros tiempos menos apresurados, habría recibido la mirada que merece. Ahí está en las plataformas, por lo menos.
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