***1/2 Una de las mejores noticias del año -lo contamos aquí- fue la adquisición del paquete de largometrajes de los estudios Ghibli por parte de Netflix. Más allá de los filmes de Hayao Miyazaki, podemos ver otros de maestros como Isao Takahata o debutantes como el hijo de Miyazaki, Goro, que adaptó los clásicos libros de Ursula K. LeGuin sobre Terramar, sus magos y sus criaturas. El resultado es ambiguo: tiene momentos muy buenos y momentos tediosos, y otros donde el sustrato ecológico se coloca en el primer plano (aunque no debería). De todos modos, visualmente está años luz por encima de la mayoría de lo que se realiza hoy en el cine de fantasía, y salvo por algunos detalles, es bastante fiel al espíritu de los libros de LeGuin. Un acercamiento a una obra importante, más que una realización totalmente lograda.
Galería de imágenes
Comentarios