**** Pusimos “drama” porque, bueno, en gran medida se supone que es un drama. Se trata de la relación entre Miguel Ángel y el Papa Julio II cuando el segundo encargó al primero pintar la Capilla Sixtina. En cierto sentido es una película literaria, pesada, agobiada por los decorados. Pero resulta que Heston y Harrison (uno de los mejores intérpretes de la ironía inglesa en la pantalla, a la altura de David Niven) le ponen chispa y humor a lo que, después de todo, no es una gran anécdota. Artista y jefe tuvieron roces, artista hizo lo suyo, fin. La película no subraya lo grandioso, inhumano de la obra de Buonarotti, sino el costado más amable y terrenal de la relación entre estos dos tipos. Eso es lo que la hace memorable, los diálogos modernos dichos con filo entre un yanqui y un inglés.
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