★★★★1/2 Si el gran acontecimiento audiovisual del año pasado fue Get Back, el documental con material inédito de los Beatles, podemos decir que también McCartney 3, 2,1 es un extraordinario acompañante donde sir Paul, sin dejar de ser un jovencito (más allá de su edad cronológica) repasa con amabilidad en diálogo con Rick Rubin una carrera que, cuando se analiza, deja sin aliento. Lo mejor de esta serie de seis episodios consiste en lo cotidiano, en la manera alejada de cualquier divismo en la que los dos conversan. Y cómo, a partir de allí y también sin ningún subrayado, surge el genio de McCartney, lo que sabe de música, incluso el asombro que se le dibuja de haber sido, nada más ni nada menos, un Beatle. Y, para muchos, el Beatle quintaescencial. Una serie sobre algo que forma parte del (mejor) acervo cultural mundial.
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