Nueva temporada de esta serie francesa que desmiente que no sepan usar las herramientas de la sitcom americana para hacer sonreír y reír.
Por si nunca la vio, se trata de una agencia de representantes con muchas estrellas como clientes, que lidia con los problemas personales de sus empleados, las excentricidades de los famosos (que aparecen en la serie burlándose de sí mismos) y los asuntos financieros que nunca van del todo bien.
Los tres hilos de la trama se combinan perfectamente y los actores, todos, demuestran una convicción que se transmite al espectador: realmente les están pasando las cosas absurdas que vemos que les pasan.
El ritmo (otro mentís al lugar común de que “lo francés es lento”, propio de quien no ve cine ni TV franceses) es incesante y la cámara nos mete de lleno en ese universo donde la fama cuesta, sobre todo a quienes no son famosos.
Calificación: ****
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