La Argentina deja hoy atrás el noveno default de su historia. Este viernes se emiten y en las siguientes horas comenzarán a cotizar los títulos públicos bajo legislación extranjera que fueron canjeados por aquellos que el país dejó de pagar en mayo pasado. En los próximos días, las calificadoras de riesgo crediticio pondrán su nota a los nuevos bonos argentinos, pero ya no tendrán más la D de default. El desafío ahora consiste en recuperar una economía y una situación social dramáticas y en evitar a futuro una décima cesación de pagos.
El gobierno de Alberto Fernández logró reestructurar el 99% de los 66.000 millones de dólares de títulos de ley externa heredados del de Mauricio Macri, luego de que el canje fuera aceptado por el 93% de las acreencias y de que se activaran las cláusulas de acción colectiva (CAC) que obligan a las minorías a aceptar los acuerdos de las mayorías. Unos 23 viejos bonos serán cambiados por otros 12.
Christian Reos, gerente de research del agente bursátil Allaria Ledesma, ansía que, "con esta reestructuración y si la Argentina puede lograr en los próximos años un equilibrio en su presupuesto, esta sea la última vez en que reestructura". "Va a depender del sendero de ajuste en las cuentas fiscales que haga el Gobierno en los próximos tres años. Con esta reestructuración, la Argentina se compró tres o cuatro años para hacer los deberes porque en esos años prácticamente no tiene vencimientos ni de capital ni de intereses. A partir de ahí los vencimientos empiezan a crecer", señala Reos. Solo con crecimiento, que permita aumentar la recaudación tributaria, se evitará el décimo default.
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