FRACTAL es el laboratorio de bienes públicos digitales de la Fundación Bunge y Born, una organización sin fines de lucro, fundada en 1963. Promueve el desarrollo de soluciones novedosas a problemas educativos, culturales, científicos y de salud pública. Es de uso libre y abierto para el trabajo colaborativo. Busca estar en la frontera entre el conocimiento y el desarrollo de la política pública. Está destinado a ciudadanos, investigadores, estudiantes, periodistas, líderes y decisores de política pública, para que puedan trabajar basándose en datos respecto a distintos temas.
Según sostuvo el director ejecutivo de la Fundación Bunge y Born, Gerardo della Paolera sostiene que las sociedades actuales tienen problemas cada vez más complejos y necesitan de una diversidad de disciplinas y enfoques para desarrollar soluciones creativas. "Por eso, este laboratorio de bienes públicos digitales tiene como objetivo buscar soluciones innovadoras a nuevos y viejos problemas para contribuir al bienestar de la sociedad”, asegura.
Por ahora están estos datos y con los meses, se incorporarán más bienes públicos para contribuir al debate con herramientas y datos:
Índice de Confianza y Acceso a Vacunas (ICAV). Con seis años consecutivos de desarrollo y medición en todas las regiones del país. Sus indicadores permiten identificar barreras concretas y orientar decisiones de política pública y estrategias de comunicación más efectivas. Las variaciones en ambos índices, con el paso del tiempo, crean un reservorio que habla del dinamismo en los comportamientos y en las decisiones individuales y sociales en relación a la inmunización y cómo estas pueden incidir en la cobertura de vacunación.
Julio Ichazo, coordinador Senior de Proyectos de la Fundación Bunge y Born, expresó que cuando sube o baja la tasa de cobertura de las vacunas es muy difícil saber a qué se debe. "Podemos elaborar hipótesis en base a nuestros conocimientos y/o percepciones pero la realidad es que no hay datos que puedan explicar esas variaciones. Detrás de estas variaciones puede haber multiplicidad de factores: las personas se vacunan menos porque no les gustan las vacunas, o porque no confían en ellas, o porque no saben que se tiene que vacunar, o porque les queda lejos el vacunatorio, sabemos que hay segmentos poblacionales que se ven más afectados por estas barreras", explica.
La importancia del ICAV justamente radica en ese punto, ayuda a entender qué es lo que se esconde detrás de estas variaciones, y todavía más: nos ayuda a trabajar en pos de erradicar (o por lo menos, atenuar) esas barreras, para lograr mejorar las tasas de cobertura de la vacunación.
Altas de Espacios Verdes de las Ciudades Argentinas. Reúne, por primera vez, la información clave sobre 33 aglomerados urbanos del país para medir la distancia de los ciudadanos a su espacio verde más próximo. El punto de partida es que el acceso a un espacio verde mejora la salud física y mental de las personas y reduce desigualdades sociales, clave para ciudades más justas.
Antonio Vázquez Brust, fellow de la Fundación Bunge y Born expresó que uno de los grandes desafíos para lograr ciudades más sanas y sostenibles es llevar a cada residente servicios esenciales y entre ellos se cuentan los espacios verdes. "El verde no sólo ayuda a mitigar efectos ambientales como el calor extremo o las inundaciones, sino que también tiene beneficios comprobados en la salud física y mental de las personas", subraya. Esos beneficios son aún mayores para los sectores más vulnerables, lo que convierte a los espacios verdes en una herramienta clave para reducir desigualdades.
En Argentina tomar decisiones basadas en evidencia puede ser difícil por la falta de datos completos y actualizados. Para aportar a la discusión sobre dónde hacen falta más parques o plazas desarrollamos el Atlas de Espacios Verdes, una herramienta actualizamos frecuentemente y mapea más de 150 localidades en el país. Permite entender quiénes tienen buen acceso y a quienes les quedan lejos los árboles y la posibilidad de esparcimiento, o un respiro. Con esta información los gobiernos locales pueden planificar mejor y sobre todo priorizar la inversión donde tenga el mayor impacto positivo.
- Mapa de Accesibilidad a las Escuelas Argentinas. Con 62.000 escuelas georeferenciales de todo el país y más de medio millón de recorridos calculados, el objetivo es medir las distancias que millones de niños y adolescentes realizan para llegar a su establecimiento educativo, en especial en contextos rurales, dada la extensión del territorio argentino. Ichazo destaca que las herramientas de mapeo nos ayudan a tener una mirada general de un problema, un diagnóstico que puede ayudar a tomar decisiones de manera informada. En el caso del Mapa, tomamos información que ya está disponible (geolocalización de las escuelas y el tendido vial de todo el país) y las combinamos de manera innovadora a través de un sistema de inteligencia artificial que nos permite saber cuánto tiempo debe caminar un niño o niña, para llegar al establecimiento educativo más cercano de su hogar. "Para generar este dato estimamos más de medio millón de trayectos a pie, pero más allá del desafío técnico, lo importante es la realidad que buscamos reflejar: hay zonas de nuestro país en las que las escuelas están tan lejos que es prácticamente imposible acceder a la educación pública", apunta.
Si bien sabemos que en muchos casos (especialmente en el ámbito rural) construir nuevas escuelas es inviable desde un punto de vista económico, esta herramienta permite a los tomadores de decisión pensar en nuevas soluciones para estas problemáticas (como por ejemplo, la ampliación del servicio de transporte escolar). Todos estamos de acuerdo en que el lugar en donde deben estar los niños y las niñas es la escuela, el desafío es lograr que lleguen, permanezcan y cumplan con sus trayectorias educativas. "El desafío es grande, pero con herramientas como el Mapa de Accesibilidad a las Escuelas, consideramos que se puede arribar a soluciones", concluye.
Para relevar los datos y conformar estos bienes públicos, la Fundación Bunge y Born cuenta con un equipo de profesionales de distintas áreas: investigadores, académicos, diseñadores y programadores. Esta propuesta tiene, además, el objetivo de ser un espacio abierto y colaborativo con distintos actores de la sociedad: investigadores, estudiantes, periodistas, líderes y decisores de política pública.
Las herramientas digitales abiertas a la comunidad, creadas desde distintos ámbitos y geografías, contribuyen a formar un patrimonio digital global disponible para todos. Esto permite un posterior uso e intervención de forma colectiva (tanto de gobiernos como organizaciones y ciudadanos) para crear ideas nuevas y otros bienes públicos, y permiten una mejor toma de decisiones, basadas en evidencia.
por T.R.L















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