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ECONOMíA | 20-09-2020 00:54

Qué problemas de fondo hay que resolver para calmar al dólar

El reforzamiento del control cambiario a personas y empresas contiene las reservas, pero provoca incertidumbre.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, le dijo al diario La Nación en una entrevista publicada este 13 de septiembre qué opinaba del cepo cambio: “Queremos ir en la senda hacia la normalización, no hacia cerrar aún más, porque eso sería una medida para aguantar. Nosotros no venimos a aguantar, sino a tranquilizar la economía”. Dos días después, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, le torció el brazo a Guzmán, reforzó el cepo a personas y empresas y por lo menos la reacción inmediata del mercado ha sido negativo. Pero en el Ministerio de Economía afirman que actuaron coordinados: “Es una vuelta de tuerca en un largo camino. Los neumáticos del coche están en medio de la ruta y tienen que llegar a la gomería. Alineación, balanceo y calibrado de la presión. Desde la macro, tiene lógica hasta que entren más recursos y se normalice la situación”.

La pregunta radica en si el nuevo cepo aguantará hasta que lleguen esos fondos. Fernando Navajas, integrante de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), señala que las nuevas medidas del Central, más que encaminarse hacia la normalización cambiaria, parecen ir en dirección a un desdoblamiento. “Mientras que los cambios pueden ser vistos como un aguante transitorio y un señalamiento hacia un esquema desdoblado estable con un segmento financiero (dólar ahorro) cercano al CCL (contado con liquidación), el problema del nivel y ajuste del tipo de cambio oficial –que es la referencia para el intercambio comercial y el nivel de precios– resulta todavía una incógnita”, advierte Navajas. El dólar ahorro subió el 16 de septiembre a $ 130 y el CCL, a $ 132. 

“Depende críticamente de las decisiones de salida o entrada de capitales de los argentinos, no del exterior solamente, que en esta coyuntura está muy limitado –continúa el académico–. Y lo que determina esta decisión de salida o entrada no es solamente la superación del default o la resolución de la pandemia. Depende de la expectativa de un sendero hacia un equilibrio fiscal monetario, pero también depende del nivel y evolución esperada del riesgo político-económico del país. Y en este último aspecto, las cosas no vienen para nada bien porque las señales de intervencionismo económico y conflicto político alientan la fuga de capitales y un tipo de cambio de equilibrio muy alto. Si esto no cambia y se profundiza, no vamos a tener tranquilidad ni sostenibilidad. Y estas medidas van a terminar siendo más parche de aguante hacia un futuro inestable que puente hacia un esquema estable y perdurable”.

Francisco Eggers, profesor de las universidades Nacional y Católica de La Plata, comprende las medidas del Central e incluso señala que las empresas podrán seguir pagando sus deudas en el exterior, sin reestructurarlas, si compran los dólares por el CCL, pero alerta que no resuelven el problema de fondo. “Si se construye un dique y la fuerza del flujo que se quiere contener es mayor que la que se calculó, hay que reforzarlo. Las medidas del Central tratan de reforzar más el dique. Pero el país no crecerá, más allá del rebote luego de la cuarentena, si no logra estabilizar su balance de pagos en forma sostenible; porque si la expectativa es que en algún momento el Central se quedará sin reservas, profundizando la crisis económica, pocos van a emprender inversiones productivas de largo plazo. ¿Qué es lo que puede revertir las expectativas? El país tiene que tener acceso en forma genuina a divisas, para lo cual tiene que aumentar sustancialmente sus exportaciones”, señala Eggers. Y recuerda que la última vez que el país lo logró fue entre 2003 y 2005, y no solo por la mejora de los precios de las materias primas sino también porque un tipo de cambio alto impulsó los envíos industriales al extranjero.

Victoria Giarrizzo, investigadora de la UBA y directora del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX), también apunta a que las nuevas disposiciones dejan sin resolver el asunto: “Desdoblamiento, controles más estrictos, da igual con qué medidas se intenten contener las presiones en los mercados financieros. Porque ninguno de nuestros problemas se resuelven solo desde lo cambiario o monetario. La cuestión de fondo es otra, y mientras continuemos postergando reformas y medidas que nos permitan producir en mejores condiciones, generar empleo, eliminar la corrupción, nada de lo que hagamos detendrá la fuga de capitales, porque la confianza en el país es nula”.

Enrique Dentice, profesor de la Universidad de San Martín, lamenta que el cepo reforzado “genera más incertidumbre, desalienta inversiones y encarece precios internos. “No es que faltan dólares, falta plan para salir con medidas reactivantes”, concluye y lamenta que Pesce esté “quemando las naves”.

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Alejandro Rebossio

Alejandro Rebossio

Editor de Economía y columnista económico de Radio Perfil.

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