Monday 17 de February, 2025

EMPRESAS | 04-02-2025 13:39

Cultivar una mentalidad ganadora

En el mundo del deporte, vemos ejemplos palpables de cómo el liderazgo, la visión compartida y la convicción pueden llevar a equipos a alcanzar resultados extraordinarios.

En el mundo del deporte, vemos ejemplos palpables de cómo el liderazgo, la visión compartida y la convicción pueden llevar a equipos a alcanzar resultados extraordinarios. Pero ¿qué pasaría si estas dinámicas, tan evidentes en la cancha, se trasladaran al ámbito empresarial?

Cuando hablamos de liderazgo, nos referimos a aquellas personas que tienen la capacidad de inspirar e influir positivamente sobre un grupo, sacando lo mejor de cada individuo y del conjunto. De esta manera, se genera sinergia, logrando que el resultado del equipo sea superior a la suma de las individualidades.

Estos líderes obtienen resultados superiores a la media y suelen marcar un antes y un después; dejan una huella que define una época, ya sea en el deporte, la industria, cualquier actividad o empresa.

Casos. ¿Qué tienen en común equipos como Los Pumas, Las Leonas, Los Gladiadores y la llamada Generación Dorada? En primer lugar, todos son equipos argentinos que participan en deportes de conjunto, muchos de los cuales no siempre han tenido la relevancia que hoy se les reconoce.

En segundo lugar, si bien algunos de ellos son cada vez más profesionales y reciben mejores remuneraciones, se podría decir que provienen "desde abajo", en el sentido de no contar con grandes presupuestos ni patrocinadores para su desarrollo.

En tercer lugar, y lo más importante, a partir de liderazgos claros, tanto dentro como fuera del campo de juego, una fuerte identidad de equipo y una visión definida de lo que quieren llegar a ser, han generado resultados muy significativos y han alcanzado grandes logros.

Cada uno de estos equipos y deportes se encuentra en una etapa diferente de evolución hacia sus metas, pero todos comparten los tres aspectos mencionados.

La pregunta que surge es: ¿la dinámica de estos equipos y su liderazgo se puede aplicar al mundo empresarial, más allá de la simple metáfora que se suele hacer entre ambos mundos en momentos de euforia? La respuesta es sí, pero, al igual que en el deporte, es necesario pasar de la retórica de momentos puntuales a un trabajo planificado, constante y diario para lograr los resultados.

Entonces, para liderar en las empresas como en el deporte se requiere: una visión clara y compartida; líderes honestos y comprometidos con la visión; un buen proceso de selección de "jugadores"; un plan de "juego" bien diseñado, es decir, una estrategia; impulso anímico constante, tanto en los buenos como en los malos momentos; habilidad para manejar las emociones, los egos, e inspirar; conocimiento profundo de los adversarios y competidores; construcción de una fuerte identidad y sentido de pertenencia; dejar un legado a las generaciones futuras, una historia memorable; y cultivar una mentalidad ganadora.

El proceso detrás del éxito. He tenido la oportunidad de practicar rugby durante muchos años, y en mi juventud, otros deportes como fútbol, baloncesto y remo. Además, he desarrollado mi vida profesional trabajando en industrias, equipos y culturas muy diversos. Tanto en el deporte como en las empresas, he comprobado que cuando se cumplen todos o gran parte de los puntos mencionados, los equipos no sólo logran resultados, sino que crean momentos únicos que sus integrantes nunca olvidarán. Asimismo, una característica clara que define a los líderes de estos equipos es la profunda convicción que tienen de alcanzar sus objetivos, incluso cuando muchos dudan.

Siempre recuerdo una entrevista a Agustín Pichot, ex capitán de los Pumas, poco antes del Mundial de Rugby de Francia 2007, en la que afirmó: "Vamos a Francia a buscar el título". Ese año, los Pumas obtuvieron el tercer puesto y derrotaron en dos ocasiones al equipo anfitrión, lo cual demuestra convicción y resultados.

Podríamos mencionar a entrenadores y jugadores de todos los equipos argentinos que, torneo tras torneo y olimpiada tras olimpiada, han superado sus logros y mejorado sus marcas, alcanzando reconocimientos y marcando hitos históricos.

Hagámonos la siguiente pregunta: ¿Algún equipo nacional argentino ha llegado a un torneo o a una olimpiada por casualidad? La respuesta es ninguno. Hay un proceso detrás, una historia, un sueño, trabajo duro, caídas y victorias, un día a día con frustraciones y alegrías. Hay convicción. Hay una meta, algo en qué convertirse; hay liderazgo dentro y fuera del campo de juego.

Los líderes que son capaces de marcar una época tienen una característica única: saben cómo funcionan las personas y cómo sacar lo mejor de cada uno en función del equipo. Saben dar el ejemplo, manejar los egos y las emociones, y rodearse de los mejores para lograr el resultado.

En las empresas pasa exactamente lo mismo. Algunos líderes dejan una huella, un legado, mientras que otros simplemente dejan resultados efímeros y daños colaterales tras sus logros. Las compañías que promueven estos liderazgos positivos suelen, no sin esfuerzo, crear épocas de prosperidad y éxito. Inspiran y son aspiracionales.

Tanto en el deporte como en las empresas, el secreto para mantener estas cualidades a lo largo del tiempo reside en sostener con procesos, políticas y comportamientos adecuados este tipo de liderazgo. Ningún equipo llega por casualidad, ninguna empresa es exitosa, en el tiempo, por casualidad.

Liderar es un gran desafío que requiere sacrificios, constancia e integridad, pero quienes lo logran disfrutan de la satisfacción incomparable de haber marcado un hito, una época.

*Marcelo Villegas es coach ontológico y abogado especialista en derecho laboral y RR.HH. con gran trayectoria y experiencia en negociaciones, liderazgo y gestión de conflictos complejos.

 

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por Marcelo Villegas

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