Thursday 18 de December, 2025

EMPRESAS | 10-11-2025 01:53

De los datos al propósito

Al igual que Internet en su momento, la IA promete transformar no sólo cómo trabajamos, sino también cómo pensamos y lideramos.

La inteligencia artificial no es solo una herramienta tecnológica: es un amplificador de cambio cultural y organizacional. Al igual que Internet en su momento, promete transformar no sólo cómo trabajamos, sino también cómo pensamos y lideramos. El desafío no está en la tecnología en sí, sino en su adopción. La pregunta clave para los líderes hoy no es “¿puedo usar IA?”, sino “¿cómo puedo integrarla para que las personas trabajen mejor y más eficientemente?”.

Liderar en esta era exige un cambio de mentalidad:  gobernar y democratizar los datos para poder confiar en ellos y promover su uso para la toma de decisiones, fomentar la experimentación y aprender junto a los equipos. La IA amplifica capacidades, no reemplaza personas. Su incorporación requiere comunicación constante, la celebración de pequeños avances y una comprensión de las expectativas del equipo.

Un estudio reciente de Harvard Business Review coincide en que el éxito de los líderes depende menos de la tecnología y más de su habilidad para gestionar el cambio cultural. Entre las competencias críticas se destacan la toma de decisiones basada en datos y la creación de entornos que fomenten la experimentación y el aprendizaje continuo. El verdadero reto es traducir las promesas de la IA en beneficios tangibles para las personas y la organización.

Estas ideas fueron ampliamente debatidas en el IA Day organizado por la Cámara de la Industria Argentina de Software (CESSI). En ese espacio se subrayó la necesidad de derribar barreras como el desconocimiento, el temor a la complejidad y la falta de casos locales de éxito. Asimismo, se destacó que la adopción de IA es un proceso que debe estar siempre bajo supervisión humana (human-in-the-loop), garantizando decisiones responsables, seguras y alineadas con los objetivos del negocio.

Hoy, el liderazgo se mide por la capacidad de inspirar confianza en un contexto de incertidumbre tecnológica y por poner a las personas en el centro de la transformación. La IA, como toda tecnología, no es buena ni mala por sí misma, pero no es inocua; su capacidad de amplificar favorece los beneficios cuando objetivos, procesos de negocios y equipos son eficientes y están bien gestionados. pero la falta de procesos robustos, bien alineados y un síndrome de silo como cultura organizacional hace que la IA amplifique las deficiencias, es por esto que tener claro que debe mejorar antes de adoptar la IA, es un factor de éxito. El acompañamiento externo puede minimizar riesgos, pero el verdadero motor del cambio es un liderazgo que prioriza el propósito y la cultura por sobre la mera implementación tecnológica.

Estamos dejando de ser simples usuarios de la tecnología para convertirnos en líderes que la integran estratégicamente en la vida organizacional. La IA es más que un recurso: de nuevo, es un amplificador que redefine todo lo que conocíamos hasta hoy y de nosotros depende que obtengamos los beneficios que esta tecnología promete.

*Alejandro Bianchi es miembro de la Comisión Directiva de CESSI, integrante del equipo coordinador del HUB IA y Fundador de LIVEWARE.

por Alejandro Bianchi

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios