Saturday 18 de May, 2024

EMPRESAS | 19-09-2023 06:50

El valor diverso

La tensión entre resultados de corto plazo y la sustentabilidad del negocio revalorizan la función estratégica del directorio.

La anécdota pareció risueña, pero en su momento causó extrañeza y no tuvo atenuante alguno de parte de la parte “acusada”. En plena conversación por el mega préstamo del FMI, la entonces directora gerente, Christine Lagarde. Tuvo una reunión con los directores del Banco Central y preguntó por qué no había mujeres en el directorio. No había explicación. Sólo un ejemplo de la poca atención que en los órganos decisión de las grandes corporaciones argentinas se les dispensaba a aspectos que podrían parecer formales, pero lo dejaron de ser hace mucho tiempo en las economías desarrolladas.

Tendencia. Fabiana Gadow, CEO en Argentina de la consultora Korn Ferry International señala que el mundo de los negocios está cambiando para todo tipo de empresa: con un ritmo más rápido e intenso, la tecnológica es omnipresente, la regulación se está intensificando, la exigencia de los inversores aumenta, los temas ambientales, sociales y de gobernanza cobraron importancia como también las prácticas de gestión de riesgos están en el centro de atención. “Esto exige a las empresas que puedan no solo gestionar la coyuntura sino tener una visión a largo plazo para lo cual el rol del directorio es clave: tiene que contribuir a delinear de manera disruptiva la estrategia y la cultura organizacional”, subraya. Para Gadow este cambio de rol del directorio implica monitorear, además de la marcha del negocio, el cumplimiento de objetivos de integridad, reputación y confianza, rendición de cuentas de parte de los directivos, gestión de riesgos, innovación y desarrollo de las personas, entre tantas funciones estratégicas.

Precisamente, en un estudio reciente que realizó Korn Ferry a nivel global, Carolina Butus es abogada y se dedicó a la dimensión legal en empresas y sus órganos de gobierno. Cita como ejemplo de la importancia que avanzó al campo del negocio el caso de BlackRock, una gestora de fondos de inversión con presencia en 37 países, con activos por US$8,5 billones e ingresos por US$17.000 millones en el último ejercicio. La firma tiene una política muy clara de diversidad e integridad tanto para la contratación de colaboradores como la de inversión en activos. Por ejemplo, pone el criterio de sostenibilidad como epicentro de su estrategia y asienta su actividad a la hora de invertir en los vectores ESG (ASG en castellano: ambiental, social y gobernanza). “Estas medidas de valor que exceden la imputación financiera tradicional evolucionó sobre todo en la década de 2010 a 2020 y además produjo los mejores resultados financieros en el mediano plazo”, acota.

Localmente. Apostar por la integración diversa de los directorios en términos no sólo de género, sino también de edad y de expertise, en Argentina todavía queda mucho por recorrer. “La participación de mujeres no es de más del 10% en los directorios, casi la mitad del resto de la región, pero esta proporción también varía en función de la industria. La confluencia de estos factores de diversidad contribuye a llegar al objetivo principal que tiene el directorio: la sostenibilidad de la organización”, concluye.

Si pudiéramos hacer una “radiografía” de los directorios de empresas en Argentina, ¿qué encontraríamos? Santiago Gallichio es presidente del Instituto de Gobernanza Empresarial y Pública (IGEP), un espacio en Argentina específicamente dedicado a congregar, a título individual, a todos los miembros de directorios de empresas y organizaciones. “En todavía demasiados directorios encontraríamos un órgano vacío – es decir un simple sello de goma equivalente a una escribanía que aprueba y ratifica los actos legales, reglamentarios o estatutarios que deben tener su aprobación y registro”, señala.

Alejandro Marchionna es secretario de IGEP, y viene investigando el tema en el ámbito de las escuelas de negocios desde hace tres décadas. Explica que un directorio es diverso cuando se lo mira desde varios ejes y el que se habla con más frecuencia en es el de género, pero está claro que las empresas se pierden mucho talento y perspectivas diferentes cuando no tiene mujeres presentes en el nivel máximo de decisión. “Por ejemplo, hay empresas que necesitan aprovechar de la experiencia y el conocimiento de personas de edad más avanzada. Hay empresas que en forma suicida no incorporan a gente joven que seguramente tendrá mayor capacidad para comprender con claridad los cambios sociales y tecnológicos que ya han sucedido y que pueden darse para adelante”, enfatiza.

El tema de su composición no es un mero formalismo. Sandra Olive, socia gerenta en Backer & Partners, apunta que para un directorio sea considerado profesional su composición debe reflejar la combinación estratégica de personas trabajando como equipo para tomar decisiones en beneficio de la organización y sus partes interesadas. “La composición ideal varía de una organización a otra en función de industria, foco, desafíos, ubicación geográfica y necesidades, entre otras cosas”, completa. Las grandes empresas internacionales, coticen o no en bolsa, tienen una bajada de línea en función de lo que dictaminen sus casas matrices, elaborando normas o guías para que la intención no se convierta en letra muerta cuando choca con la idiosincrasia local. “Contar con un equipo de liderazgo con diversidad es crucial para asegurar el éxito y sustentabilidad de una organización por muchos motivos. El primero, totalmente comprobado, es que las empresas diversas son más exitosas”, agrega. La razón es que, en esta visión, el cliente también es diverso y así se puede responder mejor y con más agilidad a sus necesidades. También, concluye Olive, las empresas con diversidad son mucho más creativas, atraen y retienen ejecutivos clave y promueven culturas abiertas y transparentes. Un verdadero juego en el que, en principio, todos podrían ganar.

 

 

por Tristán Rodríguez Loredo

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