Tuesday 23 de April, 2024

EN LA MIRA DE NOTICIAS | 04-05-2020 16:27

La nueva cara de Santiago Cafiero

El rol más activo que se espera del Jefe de Gabinete, en el inicio de la fase más tensa de la cuarentena extendida.

Gregorio Dalbón, uno de los abogados de Cristina Fernández de Kirchner, acaba de dispararle uno de sus dardos venenosos al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. “Es mudo, no podemos tener un jefe de Gabinete mudo. A mí no me gusta. No, no me gusta. A mí me hubiera gustado que en éste gobierno esté Aníbal Fernández”, propuso Dalbón en una entrevista radial. El picante letrado ya lo había cruzado a Cafiero a principos de año, en medio de la interna oficial por los “presos políticos” K y la lucha contra el Lawfare. En uno de los habituales proyectiles por elevación que lanzan desde el instituto Patria hacia los despachos albertistas de la Casa Rosada, esta vez el cristinismo auténtico señala una nueva etapa en la carrera del Jefe de Gabinete.

 

En los últimos días, Cafiero comenzó a levantar su perfil, en conversaciones con periodistas alineados y no tanto, donde el coordinador de los ministros empezó a ensayar un matiz menos conocido de su personaje. De ser el galán amigable y de pocas palabras que escolta a Alberto Fernández en sus mensajes presidenciales, Cafiero intenta pasar a la acción comunicacional más polémica, devolviendo de contragolpe las críticas que la prensa, las redes sociales y la oposición le lanzan al Gobierno por sus bloopers e indefiniciones en esta fase más áspera de la cuarentena.

 

Mientras el Presidente trata de conservar su alto rating positivo, tocando acordes spinettianos en su guitarra para calmar los ánimos de la clase media alterada por el encierro, su Jefe de Gabinete trata de convertirse -con cierta incomodidad- en el escudo que ninguna figura del Gabinete pudo asumir en lo que va de la pandemia, luego de los prematuros fallidos comunicacionales del ministro de Salud, Ginés González García, quien era el natural conductor designado para esta larga crisis sanitaria.

 

Más allá de la malicia habitual del abogado de Cristina, en este caso Dalbón dio en el clavo de un tema estratégico que el búnker presidencial tiene que resolver ya mismo, al entrar a otra semana con agenda reservada para cacerolazos cada vez más fuertes desde los balcones. El Presidente tiene que empezar a exponerse menos a medida que crecen los costos económicos, psicológicos y médicos del avance del Covid-19. Alguien tiene que poner la cara para resguardar la buena imagen presidencial, y Cafiero tiene casi todos los números de esa lotería oficial.

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Silvio Santamarina

Silvio Santamarina

Columnista de Noticias y Radio Perfil.

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