Con un mismo gesto histórico, dos mujeres que marcaron la moda global dan un paso al costado. Por un lado, Anna Wintour deja su emblemático cargo como editora en jefe de Vogue Estados Unidos y Donatella Versace se despide como directora creativa de la casa fundada por su hermano Gianni. El cierre de estos capítulos redefine no solo dos segmentos de la moda que interactúan y se retroalimentan, sino un universo estético y editorial que dominó la cultura popular durante las últimas tres décadas.
Dama de hierro. En lo que respecta a Anna Wintour, a sus 75 años, y para sorpresa de todos, anunció que renunciaba a su cargo de editora en jefe de American Vogue tras 37 años. Asumió el puesto en 1988, abriendo una nueva etapa, como demostró con aquella inolvidable portada de una modelo en jeans, y transformó para siempre la revista y el concepto de celebridad en el mundo editorial. Lorena Pérez, periodista de moda y editora del sitio Bloc de Moda, consultada por NOTICIAS resume: “Wintour, bajo su manera de focalizar la industria, llevó la moda a terrenos como fenómeno cultural y económico, imponiendo siempre temas nuevos y diversos. Fue capaz de apoyar a su partido político, de poner a las primeras damas en portada y hacer una cultura de las celebridades. Desde ese punto, una adelantada. Siempre supo inaugurar épocas.”
Aunque Wintour deja el título de editora general, su poder no cesará del todo ya que conservará los cargos de global chief content officer de Condé Nast y global editorial director de Vogue, así como su liderazgo en eventos emblemáticos como la Gala Benéfica del Instituto del Traje. Sobre este cambio de roles, incluso con autoridad, Pérez agrega: “Convirtió la gala del MET en un evento que recauda millones de dólares que mantienen no solo al Instituto del Vestido, sino a todo el Museo Metropolitano de Arte de Manhattan. Y gracias a ella, no hay una ciudad en el mundo donde no haya un museo de moda”. Vale recordar que el carácter arrollador de Anna Wintour fue llevado al cine a través de la actriz Meryl Streep, quien la representó en “El diablo viste a la moda”. En el film, estrenado en 2006, se muestra el poder que tenía cada una de sus decisiones en el mundo de la moda. La cinta recaudó unos 326 millones de dólares, casi diez veces su presupuesto, y quedó en la historia como un clásico generacional.
Pero como el mundo sigue girando, la compañía Condé Nast (que edita títulos como Vogue, Vanity Fair, GQ y The New Yorker) ya publicó en LinkedIn la búsqueda del nuevo “Head of Editorial Content” para Vogue Estados Unidos. Hasta el momento, el departamento de Recursos Humanos reconoció haber recibido miles de visitas en su publicación. Wintour habló de este cambio de paradigma y sugirió que será el momento de entrenamiento generacional: “Ahora, mi mayor placer será ayudar a la próxima generación de editores a irrumpir con sus propias ideas…”.
Estampa italiana. Otro de los cimbronazos que resonaron en las pasarelas del mundo fue el anuncio que realizó Donatella Versace, adelantando que dejaría su puesto como directora creativa tras casi 30 años al frente de la maison tras la muerte de Gianni. Su última colección otoño/invierno 2025 fue presentada con una campaña cargada de nostalgia, y reunió a musas originales de los ‘90 como Claudia Schiffer, Kate Moss, Kristen McMenamy y Amber Valletta, y actuales como Anok Yai y la argentina Mica Argañaraz. En palabras de Donatella, la campaña representó “amistad, lealtad y amor”, celebrando “el alma de la mujer Versace: su fuerza, espíritu, actitud y corazón”. Aquí, Pérez redobla la mirada: “Donatella Versace deja su cargo creativo y se convierte en embajadora, como lo es Carolina Herrera de su empresa de perfumes. No va a perder su mirada al frente de la casa, pero las colecciones sí dejan de tener su sello. Lo que vale resaltar es que ella pasó más tiempo que su hermano siendo directora creativa de Versace, la etiqueta que fundó su hermano Gianni".
El cierre de su era fue acompañado por el anuncio del sucesor, Dario Vitale, proveniente de Miu Miu, quien fue designado director creativo. Además, Versace fue adquirida por el grupo Prada por 1.250 millones de dólares. Esta designación generó mucha indignación en la platea femenina que sigue la marca. Pérez reflexiona: “Es lamentable, porque no deja de ser otra mujer que declina en las casas de moda para que asuma un hombre. Esto no lo hablo desde una visión de género, pero debería haber más mujeres, ya que la mirada de una mujer vistiendo a otra mujer a mí me resulta muy interesante. Y eso básicamente hoy en las casas de moda no existe, porque, aunque parezca ilógico, en la actualidad todas las posiciones femeninas están a cargo de hombres”.
Una era dorada concluye. Y a pesar que Wintour y Donatella no se retiren del todo, su ausencia se sentirá en lo cotidiano y a futuro, porque su mirada de vanguardia dejará de marcar el camino. El desafío de ambos imperios será reinventarse y no ceder prestigio y mucho menos protagonismo.














Comentarios