Thursday 24 de October, 2024

ESPACIO NO EDITORIAL | 17-10-2024 11:25

Conversaciones difíciles

Jesica Delgado. Consultora Psicológica – Coach Ontológico – Coach de equipos – Abogada.

¿Alguna vez te preguntaste por qué te cuesta tanto comunicarte con algunas personas? ¿Por qué te cuesta entenderlas o hacerte comprender?

Existen tantas razones como personas, no obstante, en mi experiencia como facilitadora en la resolución de conflictos he podido comprobar que la mayoría de las veces en los conflictos interpersonales lo que existe no es tanto una dificultad para comprender, sino una dificultad para comunicar.

Muchas veces estamos más ocupados queriendo impresionar en lugar de enfocarnos en comunicarnos de manera asertiva. Nos preocupamos por demás en articular lo que vamos a decir en lugar de escuchar también lo que la otra parte necesita decirnos. Defendemos nuestros argumentos de una sobremanera, como si de ello dependiera nuestra reputación o prestigio, ignorando que se gana mucho más cuando escuchamos e incluso cuando cedemos frente a un buen argumento de la otra parte.

Imagine el lector que si conversa con alguien que siempre defiende bajo cualquier argumento sus diferentes posturas, que todo lo cuestiona o lo contradice, probablemente cuando esa persona este diciendo algo que merezca que cambiemos de opinión, no lo hagamos. Esto es debido a que terminamos quitándole autoridad y minimizando cualquier planteo que éste realice. Eso sucede cuando al hablar mantenemos una postura inflexible y avasallante frente al discurso y opinión de otros. Perdemos autoridad. Nos volvemos fundamentalistas, e incluso, poco creíbles.

Muchas veces me sucede en mi consultorio que las personas vienen manifestando no comprender los planteos de sus parejas, hijos, jefes, empleados, etc. Pero cuando se permiten reflexionar acerca de los verdaderos motivos que tiene la otra persona, logran mirar las cosas desde otra perspectiva. Es allí cuando la empatía y la comprensión surgen con mayor facilidad mejorando notablemente la comunicación.

El gran problema aquí es que generalmente nos enfocamos en la postura que asume nuestro interlocutor y pocas veces, o ninguna, nos permitimos ver qué necesidades insatisfechas existen detrás de sus planteos.

Cuando logramos hacer ese cambio de observador, no solo cambia nuestra percepción de su planteo sino también la manera en la que nos predisponemos a escuchar y a responder. Ya no escuchamos palabras, escuchamos a personas con necesidades legítimas, tan legítimas como las nuestras.

Invito al lector a que cada vez que deba mantener conversaciones de ese estilo, conversaciones en las que normalmente se siente incómodo, se permita en primer lugar escuchar a la otra persona lo más despojado de prejuicios posible. Podemos estar en desacuerdo, sin embargo siempre podemos escuchar los argumentos de nuestro interlocutor. Luego, reflexionar desde qué lugar, desde qué necesidades o intereses insatisfechos la otra persona percibe las cosas, validándolas como legítimas, aunque no sean compartidas.

En resumen, escucha empática, flexibilidad y respeto son los pilares fundamentales de cualquier conversación. Sobre todo, de aquellas que se perciben como las más incómodas de tener. La buena noticia es que es posible trabajar para poder mejorar nuestras habilidades a la hora de comunicar algo y de negociar algún acuerdo con las demás personas. Recordemos que de la calidad de nuestra comunicación, depende la calidad de nuestros vínculos.

por CEDOC

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