Wednesday 3 de July, 2024

ESPACIO NO EDITORIAL | 24-06-2024 08:33

“Frustraciones, ¿son decepciones?”

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En la mente nace una idea, imaginándose la forma en que sucederán los hechos. Cadenas de pensamientos no frenan, continuos entrecruzamientos de ansiedades y escenarios futuros oscilan entre lo ideal y dramático.

Al llegar el momento de concretar ese plan tan esperado, se cae en cuenta que no coincide con lo imaginado.

Esa diferencia entre lo esperado y lo sucedido, da lugar a la frustración.

Distancia entre lo soñado y lo acontecido, se siente en el interior como un sufrimiento inmerecido.

En un mundo complicado, una y otra vez la frustración atraviesa, siendo el desafío no sentirse atrapado en la decepción, la impotencia, el enojo y la angustia que genera no lograr lo anhelado.

Conceptualmente, en tres planos circulan pensamientos:

  • Plano ideal: tentadora trampa mental de buscar la perfección inalcanzable, un imposible de lograr, que asegura intensos costos internos.
  • Plano real: mundo concreto en que se habita y se vive la cotidianidad, fuente inacabable de potenciales frustraciones.
  • Plano posible: entre el pensamiento inicial (que tiende al plano ideal) y el desarrollo de un proyecto, aparece “lo posible”.  Sabiduría de reconocer los propios límites, renunciando a lo ideal, evitando así repetidas frustraciones.

“¿Es posible lo que estoy pensando?”

Animarse a cuestionar esos mandamientos internos aceptados como verdades rígidas y absolutas, dando lugar a una flexibilidad de ideas, permitirá el tránsito por el plano de lo posible.

Paso a paso, sostener esfuerzo y deseo dará lugar a un sano proceso de construcción, que tal vez no tenga el brillo imaginado, pero será el posible de cada momento del mundo interno .

Texto: Lic. Germán Rothstein.

Imágenes: Pixabay.

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