Diciembre está lleno de simbolismos: reuniones, celebraciones, y esa expectativa de compartir en familia o con seres queridos. Pero para muchas personas, este mes puede ser un recordatorio doloroso de pérdidas, soledad o rupturas que todavía duelen. Las
imágenes de felicidad y unión que invaden todo no ayudan demasiado; al contrario, a veces solo hacen que sintamos ese vacío con más fuerza.
Lo primero que quiero decirte es que es normal sentir tristeza, nostalgia o incluso enojo en estas fechas.
Es una reacción completamente natural cuando estás atravesando un duelo o te sentís aislado. Lo Importante es validar esas emociones: decirte que está bien extrañar, sentirte triste o incluso estar enojado con estas fechas.
Ahora, validar lo que sentimos no significa quedarnos atrapados ahí. Como dice la psiquiatra y psicoterapeuta Anabel González en su libro Lo bueno de tener un mal día: “Si cuanto peor nos sentimos, más y mejor nos cuidamos, amortiguaremos de un modo muy importante el malestar que tenemos y este durará menos tiempo”. O sea, cuando peor estás, más tenés que cuidarte.
¿Qué podemos hacer para sentirnos un poco mejor?
Te comparto algunas herramientas que a mí me han servido y que también han ayudado a muchas otras personas:
- Pedir ayuda y buscar compañía: Rodearte de personas que te hagan bien puede ser un gran alivio. Si no tenés a nadie cerca, incluso salir a caminar, hacer una actividad grupal o simplemente hablar con alguien de confianza puede ayudarte.
- Conectar con la tristeza de forma simbólica: A veces hace bien escribir una carta, prender una vela o hacer un pequeño ritual que nos conecte con quienes extrañamos. Esto ayuda a canalizar lo que sentimos y darle un espacio.
- No darle más peso del que tiene: Muchas veces nos estresamos por la cena de Navidad o de Año Nuevo como si fuera lo más importante del mundo. Pero cuando pasa, nos damos cuenta de que solo fueron unas horas.
- Preguntate: ¿realmente vale la pena angustiarme tanto por esto? Decidir dónde ponés el foco: Podés elegir enfocarte en lo que sí lograste este año y en las personas que sí están para acompañarte. También podés soltar las expectativas de los demás y pensar en lo que realmente te hace bien a vos.
¿Por dónde empezar?
No esperes al 1° de enero para empezar a buscar tu bienestar. Hacé algo hoy, por pequeño que sea. Si te sentís mal, detenete un momento y preguntate: ¿Qué podría hacerme bien en este instante? Puede ser algo tan simple como tomar un té, dar un paseo o escuchar una canción que te conecte con vos mismo.
Espero que estas palabras te sirvan para transitar diciembre con más calma y, sobre todo, con mucho cuidado hacia vos.
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Ubicación: Centro de Rosario
por CEDOC
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